Re: Homosexuales celebran legalización de bodas gay en Nueva York
GCR:
Hola. Dice "yo no condeno al homosexual, sí a la homosexualidad."
¿Qué tan real es eso? La homosexualidad es parte integral de la vida de un homosexual. ¿Realmente podemos rechazar su homosexualidad sin rechazarlo a él? Es como decir: "no rechazo a los negros, rechazo su negrura". Todos ellos son negros, ¿no acaso rechazar una de sus características más importantes es rechazarlos a ellos? Decir que rechazo la negrura sería buscar a un negro que realmente fuera blanco, como rechazar la homosexualidad es pedirle a un homosexual que fuera heterosexual.
¿Realmente son dos cosas diferentes?
Un beso,
Karina.
Karina:
¿Sabes?, yo pensaba lo mismo que tú. estaba seguro que las personas que son homosexuales no podían cambiar. Pero te voy a decir algo.
Tenemos un
Dios más Grande que la homosexualidad.
Cuando el ser humano dice no puedo,... Dios te dice,
Yo lo puedo todo, soy Todopoderoso.
Yo escuché el hermoso testimonio de un hermano, que todavía de hecho hablaba en forma aguda, un poco afeminada. Contó como desde que era un niño, ponía fotos de artistas masculinos en su pieza, porque le gustaban. Fue rechazado en su colegio y se burlaban de él. Trataba de tener novias, pero no le gustaban
Algo mayor, fue transformista y bailaba en un Club Nocturno Gay de la Capital. Allí ganó mucho dinero, fue aceptado por la comunidad gay, también vivieron las drogas...fueron varios años teniendo parejas ocasionales y con una vida desenfrenada.
Luego, un día cualquiera, se sintió muy mal...y tuvo que ir al hospital, donde después de hacerle el test ELISA le confirmaron lo que él sospechaba:
TENÍA SIDA.
Y el SIDA no se podía curar (todavía no se puede, lo que se hace actualmente es bloquearlo y mantener al enfermo en forma crónica)
El médico le dió 2 meses de vida, pues su sistema inmunológico estaba muy deteriorado. Y lo aislaron totalmente. Contó que afuera de su pieza pusieron un letrero, con una advertencia,...la gente que pasaba lo señalaba con el dedo y miraba a través de la ventanilla, mientras él, día a día perdía peso...a los 2 meses, era prácticamente un esqueleto...él tenía marcada la fecha en que se cumplían los 2 meses y pensaba: ese día me voy a morir...
Un día, con la fecha ya pasada y con el estado de gravedad que apenas podía hablar, entró a su pieza una Dama de Blanco ( Acá en Chile son un Voluntariado Femenino Evangélico que asisten a los enfermos en 4 áreas: espiritual, social, material y humanista), y cuenta que le preguntó cómo llegó hasta ahí, pues él en su condición especial, tenía prohibido todo tipo de visitas, a lo cual ella le dijo:
vengo de parte de mi Señor, nada me habría impedido llegar hasta tí.
Él, extrañado por la respuesta le dijo que tuviera cuidado, que no se acercara que tenía SIDA. Ella se acercó y le dijo suavemente:
no te preocupes, porque soy enviada del Rey...¿crees en Dios?
Él sintió que le inundaba la rabia:
¿Cuál Dios? , ¿Dé qué Dios me hablas?...Tú Dios no existe, si existiera no me tendría acá a punto de morir..., dijno sollozando.
Ella sólo le sonrió y le dijo:
Jesús te Ama, y te ama más de lo que puedas imaginar, por eso estoy acá, para que creyendo en Él tengas vida en su nombre.
entonces Él le dijo que se fuera, que no se burlara de él, que no tenía vuelta..¿acaso no veía que se estaba muriendo?
Entonces ella le dijo: La próxima vez que te vengan a poner sangre, has un acto de fé y pídele ayuda invocando su nombre, cree que esa sangre es SU SANGRE, y cuando lo hagas no dudes. Él le dijo: ¿cómo?...y ella se fue diciéndole, que Dios te bendiga.
Al otro día, efectivamente tocaba la transfusión de sangre, y a él se le había olvidado la experiencia del día anterior, excepto porque había dormido toda la noche y sin dolor, al contrario de las anteriores.
Cuando entró el médico, la enfermera y la auxiliar, le dijo que le iba a poner sangre..."sangre" pensó él, y se acordó de lo que le había dicho la misteriosa señora del día anterior. Cuando le pusieron la sonda intravenosa, sintió una extraña paz y él pensó: ¡Esta sangre es la sangre de Jesús!...
Inmediatamente sintió un dolor como si le hubieran estado inyectando ácido en vez de sangre, el describió que era como fuego que circulaba por sus venas.
Entonces gritó en presencia de todos:
¡Jesús es el Señor!..la enfermera, extrañamente se puso a hablar en una lengua desconocida (después supo que era una cristiana que estaba alejada...) Y el médico con la auxiliar, se miraban sin entender nada...
Ese día se sintió algo mejor, y el siguiente, y el siguiente...ya se podía sentar incluso...en un mes estaba parado junto a la ventana, había ganado todos los kilos perdidos.
La junta médica ordenó rehacer todos los exámenes..cuando el médico tratante lo llamó, se tomó la cabeza con 2 manos y mostrándole los primeros exámenes ledijo:
estos exámenes que tengo en mi mano, son los que te hicimos cuando entraste al hospital y demuestran que tuviste SIDA...pero estos últimos que te hicimos hace muy poco, dicen que estás totalmente sano...no entiendo que pasó...
él sabía desde antes lo que el médico le iba a decir, ya no dudaba nada...cuando preguntó por la Dama de Blanco, le respondieron que no sabían de qué hablaba.
Cuando llegó a su casa, le dijo a su madre y a su padre (que siempre estuvieron con él y sufrieron lo indecible):
¡Jesús me sanó!
Cuando mostró los exámenes, nadie podía creer...cuenta que hasta los médicos de ese hospital se convirtieron.
Luego, concluye su historia:
El Señor no deja nada a medias...esto ocurrió hace ya muchos años, y en respuesta a mis oraciones incesantes, el Señor me enseñó a sacarme la falda, a ponerme pantalones...¡¡¡y me dió una esposa y dos hijos!!!; Él me dió un corazón nuevo y UNA MENTE NUEVA...
Karina, si yo no lo hubiera escuchado, me habría costado creerlo y me confirma que
¡¡tenemos un Dios que no conoce la palabra imposible!!
He hablado con varios homosexuales en varias ocasiones, sólo presentándoles al Señor (jamás condenándoles) y "poniéndome en la brecha", orando...el resto no está en mis manos, ni en la de esa persona.
Dice en juan 14:
11 Créanme cuando les digo que mi Padre y yo somos uno solo. Y si no, al menos crean en mí por lo que hago.12 Les aseguro que el que confía en mí hará lo mismo que yo hago. Y, como yo voy a donde está mi Padre, ustedes harán cosas todavía mayores de las que yo he hecho.13 Yo haré todo lo que ustedes me pidan. De ese modo haré que la gente vea, a través de mí, el poder que tiene Dios el Padre.14 Yo haré todo lo que ustedes me pidan.
Estamos llamados a orar y presentar a Cristo a todos...pero con discernimiento al hablar con cada persona, al final todo sea para Cristo.
En Cristo,
GCR.