Santa Margarita de Antioquía
Margarita de Antioquía o
Santa Margarita (venerada en la
Iglesia ortodoxa como
Marina de Antioquía) es una santa
cristiana, virgen y
mártir, inscrita en el grupo de los
Santos auxiliadores. Fue asesinada por su fe bajo la persecución del
emperador Diocleciano, reinante entre los años 284 y el 305.
La hagiografía clásica cuenta que Marina-Margarita nació en Antioquía (en Asia Menor, hoy Turquía), Era hija de un sacerdote pagano llamado Teodosio, pero a través de su ama de leche, conoció la fe cristiana y se convirtió al cristianismo a la edad de 12 años. Esta conversión fue un acto de valentía, ya que su padre la rechazó tras enterarse de su nueva fe.
Un día, cuando Margarita ya tenía 15 años, estaba cuidando a unas ovejas que pastoreaban. Pasó por el lugar el prefecto romano
Olibrio, que quedó fascinado por la belleza de la joven y le propuso matrimonio. Margarita no ocultó que era cristiana. Entonces, el gobernador la entregó al cuidado de una noble mujer. Tenía la esperanza que ésta iba a convencer a la joven a renegar de
Cristo. Pero Margarita fue firme y se negó a ofrecer un sacrificio a los ídolos.
Encarcelada por no acceder a los requerimientos del prefecto fue enviada a una prisión con serpientes por Diocleciano por negarse a ofrecer sacrificios a los dioses romanos, se cuenta que consiguió echar, de sí misma, un demonio de su garganta por medio del signo de la cruz; otra versión es que un demonio se le apareció en forma de dragón y la devoró, pero ella poseía un crucifijo con el cual rasgó la piel del dragón y salió de allí. Entonces la sometieron a las más terribles torturas: la azotaron con varillas, cortaron su cuerpo con
tridentes, le clavaron clavos y fue
lacerada con un gancho.
Sobreviviendo milagrosamente, según la leyenda, de las muñecas de Margarita se cayeron las cadenas y sobre su cabeza empezó a irradiarse una extraordinaria luz, dentro de la que volaba girando una paloma que sostenía en el pico una corona de oro.
El gobernador, finalmente, ordenó decapitarla, así como a todos aquellos quienes creían en
Cristo. Según la leyenda, ese día fueron decapitadas 15 000 personas. Feotim, un testigo, relató los martirios de Margarita.
EL 20 de julio, el Martirologio Romano conmemora "el martirio de Santa Margarita, virgen y mártir, en Antioquía". La santa fue en la antigüedad una de las mártires más populares de la Iglesia. El culto «de la gran virgen Marina» comenzó en el Oriente. Pero Rabano Mauro la llama Margarita en su martirologio (siglo IX), lo mismo que el Salterio de Bosworth. La fama de Margarita se extendió a partir de entonces por Inglaterra, Francia y Alemania y no decayó en toda la Edad Media.
El pueblo cristiano la consideraba como uno de los «catorce santos auxiliadores» y su voz fue una de las que oyó santa Juana de Arco. Sus pretendidas reliquias fueron robadas de Antioquía el año 908 y transportadas a San Pietro in Valle, junto al Lago de Bolsena. En 1145, fueron trasladadas a Montefiascone y, en 1213, Venecia recibió una parte de ellas. En muchos sitios de Europa se muestran actualmente sus reliquias.
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