No me han sorprendido las respuestas a la pregunta inicial, pero solamente suelen satisfacer a los creyentes protestantes, o de tradición protestante, y no al resto de la gente que conoce algo de su vida y sus obras, incluyendo a los no creyentes.
Lutero fue el defensor de los poderosos, no de la justicia, y por ello fue protegido por muchos príncipes. Dijo que cada persona debía profesar la misma religión del príncipe que lo gobierna, y si no debía ser perseguido políticamente. Fomentó el antijudaísmo de tal modo, que los alemanes nazis utilizaron sus escritos para apoyar su genocidio judío. Y por si fuera poco, mandó exterminar a los campesinos sublevados, que habían sufrido siglos de abusos infames de la nobleza que los tiranizaba. Además, en su vida personal demostró ser un personaje con una personalidad iracunda, de trato muy desagradable.
Muchas veces es dicho que todas las personas son pecadoras, y que Lutero también lo era, nada más. Pero entre los pecadores cabe distinguir dos categorías principales: los pecadores criminales, y los pecadores no criminales. A los segundos pertenece la mayor parte de la gente de este mundo, y a la primera la gente como Lutero, quien aprobaba y fomentaba la muerte de gente inocente, que no quería dejarse gobernar por medio de la religión, como él pretendía. Si los cristianos lo son por ser seguidores de Cristo, ¿realmente es Él tan desconocido para ellos, como para no saber si esos actos son o no propios de un cristiano santificado mediante la gracia divina? Y, ¿tan desconocido es, como para no saber si una persona de tal condición puede o no ser salvada, sin haberse arrepentido de tales actos?
Poco antes de morir, sus acompañantes le preguntaron si moría en la fe, ante lo que respondió "Sí", cuando estaba perdiendo la facultad de hablar poco antes. Ello hace casi completamente seguro, que habría repetido la vida que había tenido, al menos en estos puntos destacados; y aunque sus intenciones iniciales eran buenas, su continuación fue infame, y Dios dice:
"Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán contadas: por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que cometió, por ello morirá." (Ezequiel 18: 24).
Ese es el criterio divino; y no hace falta sobrevalorar tantísimo a un personaje, que poco después de comenzar su obra, la limitó posteriormente a defender la transferencia de los poderes del clero romano, a los príncipes de los que se beneficiaba para que sigan haciéndolo.
Nota: Yo soy un cristiano de tradición protestante.