Re: ¿FUÉ LUTERO UN BUEN CRISTIANO?
Que tal Dosolivos, un saludo.
¿Puede un buen teólogo, decir esto?...
(Carta a Melanchthon, Agosto 1, 1521 American Edition, Luther's Works, vol. 48, pp. 281-82, edited by H. Lehmann, Fortress, 1963): "Si eres predicador de la gracia, entonces predica la gracia verdadera y no una gracia ficticia; si la gracia es verdadera, debes cargar un verdadero pecado [p. 282] y no un pecado ficticio..."
Por supuesto que puede decir eso. Dios salva pecadores verdaderos, no pecadores nominales. Muchas personas dicen de la boca para afuera que son pecadores, pero en sus corazónes abrigan lo contrario, es decir, piensan que no son tan malos despues de todo. A los tales la Gracia les es insípida, pues esta te obliga a reconocer la realidad de lo que eres.
"...Dios no salva a personas que son solo pecadores ficticios. Sé un pecador y peca avezadamente, pero cree y regocíjate en Cristo aun con mayor avezamiento..."
Aquí Lutero no está animando a Melanchthon a pecar, sino que le está instando a reconocer de forma dramática su condición de pecador como una realidad y no como algo a la ligera, pues de solo de esa forma podrá apreciar a Cristo y refugiarse en Él. Esto es confirmado por lo que sigue:
"...mientras estamos aquí [en este mundo] debemos pecar..."
Aquí confirma lo que dije anteriormente. Aquí Lutero está reconociendo nuestro estado en este mundo aún siendo redimidos, es decir, seguimos siendo pecadores e inevitablemente pecaremos, como Jesús mismo dice: "...
es necesario que vengan tropiezos..." (
Mateo 18:7).
"...No hay pecado que pueda separarnos del Cordero, aún cuando cometamos fornicación y asesinato mil veces por día".
Obvio. Verdad de verdades, pues no hay pecado que nos separe de la Gracia de Dios.
Ahora, si leyeses comprensivamente, te darías cuenta que Lutero aquí no está diciendo ni ordenando que forniquemos y asesinemos como locos, sino que está estableciendo que el pecado no tiene poder alguno para separarnos de Dios. Ni el adulterio y asesinato de David, ni la idolatría de Salomón, ni la debilidad de Sansón los separó de la Gracia de Dios. Tuvieron que aguantar Su disciplina Paternal, pero no perdieron Su Gracia.
Eso es la Gracia. Si no lo entiendes, entonces no entiendes el Evangelio de la Gracia de Dios.
Dios te guarde...