Freddy Juarbe y la doctrina #18 de los Adventistas del 7mo día.

Freddy Juarbe y la doctrina #18 de los Adventistas del 7mo día.

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Re: Freddy Juarbe y la doctrina #18 de los Adventistas del 7mo día.

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La caída en el pecado
Lección 3

Para el 18 de Octubre del 2008
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Sábado 11 de octubre
Al observar a la santa pareja en el Edén, Satanás vio una oportunidad de continuar con la obra que había comenzado en el cielo. Escondiéndose bajo el disfraz de una serpiente, entró al jardín y le dijo a Eva que Dios no les decía la verdad; que el fruto del árbol prohibido no les traería muerte sino sabiduría "Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella". Al caer en la tentación, desobedecieron a Dios; ya no podían vivir en el Edén y fueron expulsados. Tampoco podían comer más del árbol de la vida y una espada evitaría que se acercaran.
En todas las edades el trabajo de Satanás ha sido el mismo: dejar sin efecto la ley de Dios y llevar a los hombres y mujeres a transgredirla. El Señor requiere hoy de los seres humanos lo mismo que requirió de Adán: perfecta obediencia. Pero Satanás se esfuerza por transformar la luz en tinieblas y la verdad en error. Les dice que Dios ha eliminado su ley; que todo lo que necesitan hacer es creer. Intenta hacer lo que hizo en el cielo para proclamarse como gobernante del universo. Pero hoy, como entonces, sus declaraciones son falsas; su leyes inmutable, y aunque los seres humanos la rechacen y se burlen de ella, se mantiene tan firme como el mismo trono de Jehová (Review and Herald, septiembre 24, 1901).

Domingo 12 de octubre: La rebelión en el huerto
"Y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella" (Génesis 3:6).
Y ahora, habiendo pecado, ella [Eva] se convirtió en el agente de Satanás para labrar la ruina de su esposo. Con extraña y anormal excitación, y con las manos llenas del fruto prohibido, lo buscó y le relató todo lo que había ocurrido.
Una expresión de tristeza cubrió el rostro de Adán. Quedó atónito y alarmado. A las palabras de Eva contestó que ése debía ser el enemigo contra quien se los había prevenido; y que conforme a la sentencia divina ella debía morir. En contestación, Eva le insto a comer, repitiendo el aserto de la serpiente de que no morirían. Alegó que las palabras de la serpiente debían ser ciertas puesto que no sentía ninguna evidencia del desagrado de Dios; sino que, al contrario, experimentaba una deliciosa y alborozante influencia, que conmovía todas sus facultades con una nueva vida, que le parecía semejante a la que inspiraba a los mensajeros celestiales.
Adán comprendió que su compañera había violado el mandamiento de Dios, menospreciando la única prohibición que les había sido puesta como una prueba de su fidelidad y amor. Se desató una terrible lucha en su mente. Lamentó haber dejado a Eva separarse de su lado. Pero ahora el error estaba cometido; debía separarse de su compañía, que le había sido de tanto gozo. ¿Cómo podría hacer eso?
Adán había gozado el compañerismo de Dios y de los santos ángeles. Había contemplado la gloria del Creador. Comprendía el elevado destino que aguardaba al linaje humano si los hombres permanecían fieles a Dios. Sin embargo, se olvidó de todas estas bendiciones ante el temor de perder el don que apreciaba más que todos los demás. El amor, la gratitud y la lealtad al Creador, todo fue sofocado por amor a Eva. Ella era parte de sí mismo, y Adán no podía soportar la idea de una separación ... Resolvió compartir la suerte de Eva; si ella debía morir, él moriría con ella. Al fin Y al cabo, se dijo Adán, ¿no podrían ser verídicas las palabras de la sabia serpiente? Eva estaba ante él, tan bella y aparentemente tan inocente como antes de su desobediencia. Le expresaba mayor amor que antes. Ninguna señal de muerte se notaba en ella, y así decidió hacer frente a las consecuencias. Tomó el fruto y lo comió apresuradamente (Conflicto y valor, p. 16).
Cuando Eva se acercó al árbol prohibido, Satanás tuvo la oportunidad de sembrar la duda en su mente, y así comenzó el conflicto en esta tierra. Ella vio "que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella". Satanás le presentó la posibilidad de alcanzar una posición más elevada y de obtener más conocimiento y sabiduría que las que el Creador les había dotado, actuando independientemente de la voluntad divina. De la misma manera había actuado Satanás en el cielo y había perdido el poder y la gloria que se le había concedido; por su orgullo y ambición de llegar a ser igual al Altísimo y establecer su trono en medio de las estrellas lo había perdido todo. Ahora quería presentarles la misma tentación que se había originado en su corazón para hacerles dudar de la divina sabiduría y desconfiar de sus providencias. No tuvo escrúpulos para engañarlos a fin de cumplir con su propósito de acarrear sombras sobre la vida y el carácter de la santa pareja, producir tristeza y dolor en el cielo, y desbaratar los propósitos divinos en la creación de los seres humanos. Pretendiendo ser su amigo, les declaró que Dios había cometido un error al establecer leyes que regularan la conducta de sus criaturas. Pero al sembrar dudas acerca de la ley de Dios, sólo estaba buscando cumplir con su deseo infernal de traer a la raza humana bajo su propio control (Signs o/ the Times, octubre 8, 1894).

Lunes 13 de octubre: Esclavos del pecado
"Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud" (Gálatas 5:1).
Al principio Dios puso al hombre bajo la ley, una condición indispensable para su misma existencia. Era un súbdito del gobierno divino y no puede haber gobierno sin ley ...
Dios es omnipotente, omnisciente, inmutable. Siempre sigue un camino recto. Su leyes verdad inmutable, eterna. Sus preceptos están en consonancia con sus atributos. Pero Satanás los hace aparecer bajo una falsa luz. Al pervertirlos trata de dar a los seres humanos una impresión desfavorable del Dador de la ley. Mediante su rebelión ha tratado de hacer aparecer a Dios como un ser injusto y tiránico ... Ha cegado los ojos de los hombres para que no puedan ver debajo de la superficie y discernir su verdadero propósito.
Como resultado de la desobediencia de Adán, cada ser humano es un transgresor de la ley, vendido al pecado. A menos que se arrepienta y convierta está bajo las ataduras de la ley, sirviendo a Satanás, cayendo en los engaños del enemigo y llevando testimonio contra los preceptos de Jehová. Pero por la perfecta obediencia a los requerimientos de la ley, el hombre es justificado. Solamente mediante la fe en Cristo es posible una obediencia tal. Los hombres pueden comprender la espiritualidad de la ley, pueden reconocer su poder como revelador del pecado, pero son incapaces de hacer frente al poder y los engaños de Satanás a menos que acepten la expiación hecha para ellos en el sacrificio vicario de Cristo quien es nuestra expiación.
Los que creen en Cristo y guardan sus mandamientos no están bajo las ataduras de la ley de Dios; porque para los que creen y obedecen, su ley no es una ley de servidumbre sino de libertad ... Todo el que por fe obedece los mandamientos de Dios alcanzará la condición sin pecado en que vivía Adán antes de su transgresión. Todo el que cree en Cristo, que confía en el poder protector del Salvador resucitado ... que resiste la tentación e imita aun en medio del mal el modelo dado por Cristo, por la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo llegará a participar de la naturaleza divina, porque habrá escapado de la corrupción que hay en el mundo debido a la concupiscencia (En lugares celestiales, p. 146).

Martes 14 de octubre: Muerte espiritual
"Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás" (Efesios 2:1-3).
Aquí se habla de muerte espiritual, un estado en el que muchos están sin advertido ni sentido. Andan en armonía con el mundo y con los deseos de su propio indisciplinado y pervertido corazón. Viven en medio de placeres y mundanalidad, y si la enfermedad y la muerte los sorprendiera, no estarían preparados porque no les interesó correr la carrera por la vida eterna. Para ellos el conflicto con el pecado, con los principados y potestades de las tinieblas, no es esencial; Satanás los tiene bajo su poder y no ven el peligro en que están; son esclavos del espíritu que obra en los hijos de desobediencia; del ángel caído que es el gobernante de los poderes de las tinieblas. Necesitan la luz que les muestre cómo crucificar el yo y quitar de su vida todo lo que separa al alma de Cristo (Review and Herald, marzo 31, 1904).
Ciertamente es un misterio que Dios fuera así manifestado en la carne, y sin la ayuda del Espíritu Santo no podemos esperar comprender este tema. La lección más humillante que el hombre tiene que aprender es que la sabiduría humana es nada, y que es necedad el tratar de descubrir a Dios por sus propios esfuerzos. Puede esforzar sus facultades intelectuales al máximo, puede tener lo que el mundo llama una educación superior y, sin embargo, todavía puede ser ignorante a los ojos de Dios. Los antiguos filósofos se jactaban de su sabiduría, pero ¿cuánto peso tenía ésta en la balanza de Dios? Salomón tenía gran conocimiento, pero su sabiduría era necedad, porque no sabía cómo mantenerse moralmente independiente, libre del pecado, en la fortaleza de un carácter modelado según la similitud divina. Salomón nos ha dado el resultado de su investigación, de sus penosos esfuerzos, de su perseverante búsqueda. Declara que su sabiduría es completa vanidad.
El mundo no conoció a Dios por sabiduría. Su estimación del carácter divino, su imperfecto conocimiento de los atributos de Dios, no aumentaron ni expandieron su concepto mental. Su mente no se ennobleció en conformidad con la voluntad divina, sino que se sumergió en la más crasa idolatría. "Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles" (Romanos 1 :22, 23). Este es el valor de todos los requisitos y del conocimiento apartados de Cristo (Mensajes selectos, 1. 1, pp. 292, 293).

Miércoles 15 de octubre: Muerte física y eterna
Al hombre caído le fue revelado el plan de infinito sacrificio por el cual se lograría la salvación. Nada sino la muerte del amado Hijo de Dios podía expiar el pecado del hombre, y Adán se maravilló por la bondad de Dios al proporcionar tal rescate por el pecador. Por el amor de Dios, una estrella de esperanza iluminó el terrible futuro que se extendía delante del transgresor. Mediante el establecimiento de un sistema simbólico de sacrificios y ofrendas, la muerte de Cristo había de estar siempre delante del hombre culpable, para que pudiera comprender mejor la naturaleza del pecado, los resultados de la transgresión y el mérito de la ofrenda divina. Si no hubiese habido pecado, el hombre no hubiera conocido nunca la muerte. Pero en la víctima inocente sacrificada por su propia mano contemplaba los frutos del pecado: la muerte del Hijo de Dios en su lugar (A fin de conocerle, p. 19).
Todo el mundo impío compareció ante el tribunal de Dios, acusado de alta traición contra el gobierno del cielo. No tenían quien defendiera su causa; estaban sin excusa; y la sentencia de muerte eterna se pronunció contra ellos.
Entonces fue evidente para todos que la paga del pecado no es noble independencia y vida eterna, sino esclavitud, ruina y muerte. Los impíos vieron lo que perdieron por causa de su vida rebelde. Despreciaron el más excelente y eterno peso de gloria cuando éste les fue ofrecido; pero cuán deseable les parecía entonces. "Todo esto --clamaba el alma perdida- habría sido mío, pero decidí poner lejos de mí todas estas cosas. ¡Oh, qué extraña infatuación! He entregado la paz, la felicidad y el amor a cambio de la miseria, la infamia y la desesperación". Todos se dieron cuenta de que su exclusión del cielo era justa. Mediante sus vidas manifestaron que no querían que Jesús reinara sobre ellos (La historia de la redención, pp. 445, 446).
La justicia demanda que el pecado no sea meramente perdonado, sino que debe ejecutarse la pena de muerte. Dios, en la dádiva de su Hijo unigénito, cumplió esos dos requerimientos. Al morir en lugar del hombre, Cristo agotó el castigo y proporcionó el perdón.
Por el pecado, el hombre ha sido separado de la vida de Dios. Su alma está paralizada por las maquinaciones de Satanás, el autor del pecado. Por sí mismo, es incapaz de comprender el pecado, incapaz de apreciar la naturaleza divina y de apropiarse de ella. Si fuera puesta dentro de su alcance, no hay nada en ella que pudiera anhelar su corazón natural. El poder seductor de Satanás está sobre él. Todos los ingeniosos subterfugios que puede sugerir el diablo son presentados a su mente para evitar todo buen impulso. Cada facultad y poder que Dios le ha dado han sido usados como armas contra el divino Benefactor. Así, aunque Dios lo ama, no puede impartirle con seguridad los dones y bendiciones que desea conferirle.
Pero Dios no será derrotado por Satanás. Envió a su Hijo al mundo para que, por haber tomado la naturaleza y forma humanas, la humanidad y la divinidad combinadas en él elevaran al hombre en la escala de valores morales delante de Dios (Mensajes selectos, 1. 1, pp. 399,400).

Jueves 16 de octubre: La reacción de Dios ante el pecado humano
Todo el cielo se lamentó por la desobediencia y la caída de Adán y Eva, que habían acarreado la ira de Dios sobre toda la especie humana. Ya no podían tener comunión directa con Dios y se habían sumergido en la miseria y la desesperación. No se podía cambiar la ley de Dios para que se adaptara a la necesidad del hombre, porque de acuerdo con el plan de Dios ésta nunca debía perder su fuerza ni anular el más pequeño de sus requerimientos (La historia de la redención, pp. 47, 48).
Adán y Eva y su posteridad perdieron el derecho al árbol de la vida a causa de su desobediencia. "Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y sacó lo Jehová del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado". Adán y Eva transgredieron la ley de Dios.
Esto hizo necesario que fueran alejados del Edén y separados del árbol de la vida, pues comer de él después de su transgresión, perpetuaría el pecado (Testimonios para los ministros, pp. 130, 131).
Si la humanidad hubiese cesado de caer cuando Adán fue expulsado del Edén, física, mental y moralmente estaríamos ahora en una condición mucho más elevada. Pero al paso que los seres humanos deploran la caída de Adán, que ha resultado en una calamidad tan indecible, desobedecen las órdenes expresas de Dios ----como lo hizo Adán- aunque tienen su ejemplo para ponerlo s en guardia a fin de que no hagan como hizo él al violar la ley de Jehová. Ojalá la humanidad hubiera dejado de caer en el pecado con Adán. Pero ha habido una sucesión de caídas. Los seres humanos no aceptan la advertencia del caso de Adán. Condescienden con el apetito y la pasión en violación directa de la ley de Dios, y al mismo tiempo continúan lamentando la transgresión de Adán que introdujo el pecado en el mundo.
Desde los días de Adán hasta los nuestros, ha habido una sucesión de caídas en toda suerte de crímenes; y cada caída ha sido mayor que la anterior. Dios no creó una raza de seres tan desprovistos de salud, belleza y poder moral como la que ahora existe en el mundo. Enfermedades de toda clase han estado aumentando terriblemente en la humanidad. Esto no ha sido por providencia especial de Dios, sino directamente en contra de su voluntad. Esto ha venido por el desprecio del hombre de los mismos medios que Dios ha ordenado para resguardarlo de los terribles males existentes (Comentario bíblico adventista, t. 1, pp. 1096, 1097).
Costó un precio infinito el hacer posible que la filiación divina fuese devuelta a la familia humana. En el principio, Dios hizo al hombre a su semejanza. Nuestros primeros padres escucharon la voz del tentador y se entregaron al poder de Satanás. Pero el hombre no fue abandonado a las consecuencias del mal que había escogido. Le fue prometido un Libertador. Dios dijo a la serpiente: "Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar" (Génesis 3:15). Antes de oír hablar de espinas y cardos, de las penas y dolores que habían de ser su suerte, o del polvo al cual debían tomar, nuestros primeros padres oyeron palabras que no podían sino infundirles esperanza. Todo lo que habían perdido cediendo a Satanás, podía recuperarse por medio de Cristo.
El Hijo de Dios fue dado para redimir a la familia humana. Mediante sufrimientos infinitos, sobrellevados por el inocente en lugar del culpable, se pagó el precio que iba a redimir a la familia humana del poder del destructor y restaurar en ella la imagen divina. Los que aceptan la salvación que Cristo les trae, se humillarán ante Dios como niñitos (Testimonios para la iglesia, t. 9, pp. 225, 226).

Viernes 17 de octubre: Para estudiar y meditar
El conflicto de los siglos, pp. 546-558.
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Compilador: Dr. Pedro Martínez
 
Re: Freddy Juarbe y la doctrina #18 de los Adventistas del 7mo día.

Este es el problema de abrir un epigrafe para Freddy juarbe, que despues de abierto, no entra ni participa en el mismo, nos quedamos en el mensaje #6 de este epígrafe y como ven ya salió corriendo.
 
Re: Freddy Juarbe y la doctrina #18 de los Adventistas del 7mo día.

Conteste como miembro de Iglesia IASD pues aun no he sido expulsado ni borrado.

Que tu nombre esté en la lista de iglesia no es suficiente, después de todo lo que has dicho acá, ¿cómo puedes considerarte miembro aún?

Humillado se refería a los adventistas de pensamiento, no de papel.
 
Re: Freddy Juarbe y la doctrina #18 de los Adventistas del 7mo día.

Sigo esperando por Freddy y lo que piensa del mensaje #6 de este epígrafe.