CRITICA A LOS CINCO PUNTOS ARMINIANOS:
Vamos con los puntos arminianos, que por cierto dan mucho más "juego" que los calvinistas.
1.- Libre albedrío o habilidad humana. Aunque la naturaleza humana fue totalmente afectada por la caída, sin embargo, Dios en su gracia capacita la voluntad del pecador para que libremente se arrepienta y crea, o rehúse hacerlo. Cada pecador, capacitado por la gracia de Dios, tiene libertad para creer o rehusar creer, y su destino eterno depende de cómo use dicha libertad. La libertad con la que Dios capacita al hombre caído, consiste en poder escoger libremente entre el bien y el mal en la esfera de lo espiritual. El pecador puede cooperar con el Espíritu de Dios y ser regenerado o resistir la gracia de Dios y perderse para siempre. El pecador necesita la asistencia del Espíritu Santo, pero no tiene que ser regenerado por el Espíritu antes de que pueda creer, ya que la fe es un don de Dios que el hombre puede recibir o rechazar libremente, y precede al nuevo nacimiento. La fe es un don de Dios; y el hombre lo puede recibir y ejercer para vida eterna, o rechazarlo para condenación.
CRITICA:
"Dios en su gracia capacita la voluntad del pecador para que libremente se arrepienta y crea". "La libertad con la que Dios capacita al hombre caído consiste en poder escoger libremente entre el bien y el mal".
Aquí está diciendo dos cosas distintas. La primera "Dios capacita la voluntad del pecador", después dice "Dios da libertad al hombre caído". Con la primera podría estar de acuerdo, con la segunda no. La primera es bíblica según Filipenses 2:13... la segunda no. Es "bíblico" decir que "Dios energiza/capacita/fortalece la voluntad del pecador" (Fil 2:13), pero no es "bíblico" decir que "Dios da libertad al hombre caído para creer". El "hombre caído" ya tiene libertad porque es SER HUMANO, a imagen de Dios. Tuvo "libertad" para caer y tiene "libertad" para arrepentirse después de caer. Dios no tiene que dar "libertad" al hombre para arrepentirse... tiene que fortalecer la voluntad, pero no "dársela". La diferencia está en los detalles, y es GRANDE.
"La fe es un don de Dios y el hombre lo puede recibir o rechazar...".
No es
exactamente así, y el fruto de decir estas cosas es ejercer la mala costumbre de la "versiculitis". No se puede entender la "sana doctrina" atendiendo a un solo versículo sin tener en cuenta el resto de la revelación. Este es un punto muy sutil que es conveniente desarrollar un poco. Jesús no enseña en la Parábola del Sembrador que Él "ofrezca la fe como un regalo que se puede rechazar". Lo que dice es que Él PLANTA su palabra al igual que un hombre esparce la semilla en un campo, y dice que SIEMPRE hace contacto con la tierra del corazón. El hombre NO tiene la facultad de rechazar la semilla.
NO puede evitar que la semilla TOQUE el corazón. Pero una vez esa semilla entra en contacto con el corazón, el Señor enseña que el futuro de la semilla depende del estado del corazón, advirtiendo claramente de que si el corazón no está preparado, la semilla no va a "prosperar hasta el final" (pone la lupa en
la preparación del corazón, no en la semilla ni en la voluntad del hombre para rechazarla o recibirla).
Ahora bien, ¿qué es entonces lo que puede rechazar o recibir la voluntad del hombre? El "mensaje subyacente de la semilla" (a falta de mejor palabra) es lo que se rechaza. Se endurece el corazón contra el "ADN" de la semilla, la que dice que Jesús es el Cristo y que Sus palabras tienen vida eterna. NO es que la palabra no se oiga ni se plante, sino que se rechaza una vez "cae" en el corazón. ¿Y cómo actúa realmente la "palabra predicada" para los que creen? Entiendo que cuando se predica la verdad, si con fe se cree en la palabra, la fe tiene la facultad de "activar" o "encender" la palabra. Cuidado, no estoy diciendo que todo lo que alguien te predica debe ser "activado" por tu fe. Estoy diciendo que TODO cuanto Dios te diga debe ser activado por la fe (Rom 14:23). No todo lo que dice un "predicador" es lo que Dios quiere decirte. A lo mejor sólo una frase de lo que dice es lo que Dios te está "esparciendo" realmente en el corazón. Es como si la "fe", siendo "creación de Dios", reaccionara ante la Voz de su Creador. La palabra se activa y se ilumina cuando la fe "oye" al que plantó la pequeña semilla. Es la única manera de recibir realmente la palabra: por FE. Es una cuestión de "reciprocidad". Da igual que la palabra del Creador la diga un "mensajero" (otro ser humano caído), esa palabra se activa cuando el hombre CREE en la palabra. El hombre tiene total potestad de RECHAZAR y ENDURECER el corazón contra la palabra oída. Puede ser por miedo, soberbia, amor por el mundo, etc. No importa, el hombre puede rechazar el evangelio. Puede hacer "oídos sordos", puede "desentenderse", puede "rechazarla de plano", puede incluso "aceptar una parte y rechazar otra" (y esto significa rechazarla entera), También puede "escucharla de buen grado y guardarla para más tarde"... pero tiene una "ventana de tiempo", que es esta vida. Creo que puede haber excepciones a esta "ventana de tiempo" (caso de niños o bebés que mueren), pero esto es otro asunto.
...
¡Amor!,
Ibero