La traducción católica romana The New American Bible, en su “Glosario de términos de la teología bíblica” (págs. 27, 28), dice: “En el Nuevo Testamento, ‘salvar uno su alma’ (Mr 8:35) no significa salvar alguna parte ‘espiritual’ del hombre, como algo en oposición a su ‘cuerpo,’ -en el sentido platónico- sino a la persona completa, destacando el hecho de que la persona vive, desea, ama y ejerce su voluntad, etc., además de ser algo concreto y físico” (publicada por P. J. Kenedy & Sons, Nueva York, 1970).
“El concepto cristiano de un alma espiritual creada por Dios e infundida en el cuerpo al tiempo de la concepción para hacer al hombre un conjunto viviente es el fruto de un largo desarrollo en la filosofía cristiana. Solo con Orígenes [murió c. 254 E.C.] en Oriente y San Agustín [murió en 430 E.C.] en Occidente quedó establecida el alma como sustancia espiritual y se formó un concepto filosófico sobre su naturaleza. [...] Su doctrina [la de Agustín] [...] debió mucho (incluso algunos defectos) al neoplatonismo.” (New Catholic Encyclopedia, 1967, tomo XIII, págs. 452, 454.)