“Estarás conmigo en el Paraíso”... ¿dónde? ¿cuándo?

Falso que Dios miente, para decir la verdadera verdad "progresivamente", una imagen dice mas que mil palabras:


Ver el archivo adjunto 3338274
Para mí no es mentira que Dios revele progresivamente.
Es como si en la escuela ya desde kinder tengan que enseñar la algebra o que sea mentira solo por que tengan enseñaron arimetica .
Ejemplo tu libro favorito de la Eclesiastés .
Revela lo muertos nada saben
Revela no hay paga y que corremos la misma suerte que los animales .
No se revela aún cuál será la paga , que. Que hay resurrección , salvación , condenación ,.
Otra cosa revelada ojo por ojo y no aplica más ,
Esos son argumentos y el por qué mi posición .
Ese es un ejemplo de verdad revelada progresiva o cuando les revelo a los apóstoles los paganos tenían entrada etc .

Lo tuyo …

0 cero argumentos. Pura negación o falacias y así quieres hacerte pasar por genio. Pfff!

Ya vez 0 respaldo de argumentos por que la revelación no es progresiva . Solo pusiste tu foto .
 

Algunos los que tienen al dios de muertos, le creen mas a Salomon que no era profeta sino que termino en idolatria que a Jesus. Que nos regalo revelación.​

 
Vivificado en la Resurrección, No al Morir

Cuando en Isaías 57:15 y Salmo 138:7 se habla de “vivificar”, el hebreo usado es חָיָה (hayah), que significa dar aliento, sostener con vida, fortalecer espiritualmente a los que ya están vivos, en un contexto de consuelo y renovación interior (no de resurrección ni de vivificación después de la muerte).

En cambio, en 1 Pedro 3:18, el verbo griego es ζῳοποιέω (zōopoieō), usado en aoristo pasivo (ζωοποιηθείς), que en el Nuevo Testamento describe actos de resurrección corporal o vivificación después de la muerte (Romanos 8:11; 1 Corintios 15:22; Juan 5:21).


Son contextos completamente distintos


  • Isaías y Salmos hablan de vivificar al quebrantado mientras vive.

  • Pedro habla de vivificar a Cristo después de muerto (“muerto en carne, vivificado en espíritu”).

Además, es un error confundir el “seno de Abraham” (Lucas 16:22), una expresión figurativa que describe consuelo en la muerte dentro de una parábola, con el paraíso (παράδεισος), que en Apocalipsis 2:7 es la futura morada de vida eterna.
Jesús prometió el paraíso al ladrón, pero no dijo que ese mismo día estaría en el cielo glorificado (Lucas 23:43), ni que el seno de Abraham fuera el cielo (el Hades, donde está el seno de Abraham, no es el cielo, Hechos 2:31).

Por tanto, usar esos pasajes del Tanaj para explicar 1 Pedro 3:18 y equiparar el seno de Abraham con el paraíso celestial es una comparación forzada que no respeta el sentido original ni el contexto bíblico.
 
Quiero que debatas contra mi en lo que sea jejeeje necesito nivel del otro lado, estoy que muero...

Lastimosamente concuerdo contigo en esto, no te puedo debatir en esto.

A ver, tu crees que Salomón mintió cuando escribe el archiconocido pasaje de que los muertos nada saben, etc, Crees como la mayoría de los participantes de este foro (católicos por sobre todo), ¿crees que Salomón mintió porque la revelación es progresiva y el predicador se le permitió decir esas mentiras porque Jesús "progresivamente" diría la verdad casi 1000 años despues?
La Armonía Indivisible de la Palabra: Salomón, Jesús y la Esperanza Verdadera del Evangelio

Uno de los argumentos más comunes en defensa de la supuesta “vida consciente después de la muerte” es que Salomón estaba equivocado al afirmar que “los muertos nada saben” (Eclesiastés 9:5), y que Jesús lo “corrigió” al presentar, según esta interpretación, una supuesta existencia intermedia consciente del alma. Esta afirmación no solo es inconsistente, sino que atenta contra la integridad misma de las Escrituras inspiradas.



La escritura no se corrige a sí misma

Sostener que Salomón, inspirado por el Espíritu Santo, enseñó falsedades que Jesús vendría a corregir más de mil años después, es afirmar que la Palabra de Dios contiene errores. Pero la Escritura afirma:

“Toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16).

“Dios no es hombre para que mienta” (Números 23:19).


La revelación divina no se desarrolla corrigiendo errores anteriores, sino que es una manifestación progresiva, coherente y sin contradicción de la verdad eterna. Jesús mismo lo afirmó:

“No penséis que he venido para abrogar la Ley o los Profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”
(Mateo 5:17).


Por tanto, Eclesiastés 9:5 no puede ser descartado como un error o una enseñanza inferior. Salomón enseñó, dentro del marco revelado en su tiempo, una verdad inspirada, la muerte como estado de inconsciencia, sin participación en las actividades de los vivos.

El Sheol (שְׁאוֹל), como muestran múltiples pasajes (Salmo 6:5; 115:17), es un lugar de silencio, no de conciencia activa.


Jesús y el Hebraísmo de “Dormir” como Sinónimo de Muerte

El uso que hace Jesús de la palabra “dormir” respecto a Lázaro no contradice a Salomón, sino que lo confirma. En Juan 11:11, Jesús dice:

“Lázaro, nuestro amigo, duerme; mas voy para despertarle.”
Y cuando los discípulos no comprendieron, Jesús aclaró el hebraísmo:

“Jesús hablaba de su muerte…

Entonces Jesús les dijo claramente:

Lázaro ha muerto”

(Juan 11:13-14).


El uso de “dormir” como sinónimo de muerte es una figura profundamente enraizada en el pensamiento hebreo, no una referencia a un alma consciente en otro plano. Jesús no fue a buscar un alma, sino a resucitar a la persona completa.
Este lenguaje también es utilizado por Pablo (1 Tesalonicenses 4:13-14), en continuidad con el pensamiento bíblico del Antiguo Testamento.


El Evangelio No Anuncia la Inmortalidad del Alma, Sino la Resurrección

La Escritura nunca enseña que el alma sea una entidad inmortal separada del cuerpo. Tanto nefesh (נֶפֶשׁ) como psyché (ψυχή) describen al ser humano como un todo viviente (Génesis 2:7; Ezequiel 18:4).
La enseñanza de que el alma sobrevive conscientemente después de la muerte proviene de la filosofía griega, no del mensaje de las Escrituras.

La esperanza real del Evangelio es la resurrección corporal del ser humano completo. Pablo declara con firmeza:

“Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana”
(1 Corintios 15:16-17).


Jesús venció la muerte no para liberar almas conscientes en otro plano, sino para resucitar a los muertos en gloria. No hay contradicción entre Salomón y Jesús; hay continuidad revelada.

Jesús no corrigió a Salomón, sino que dio cumplimiento y mayor luz a lo que siempre fue verdad: la muerte es un sueño del cual solo Él puede despertar a los suyos.


No Promesas, Sino Decretos Irrevocables

Lo que el Evangelio anuncia no son promesas humanas sujetas a condiciones inciertas, sino decretos eternos del Dios soberano. Él ha establecido, por medio de su Palabra viva y eficaz, que habrá resurrección y vida eterna para los que están en Cristo. Como está escrito:

“Porque esta es la voluntad del que me envió: que todo aquel que ve al Hijo y cree en él, tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día postrero”
(Juan 6:40).


Esta es una declaración divina, un decreto del Altísimo que no puede ser revocado. La resurrección es el clímax de su plan, no una opción entre otras.


Una Verdad Progresiva y Coherente, no Contradictoria

La Biblia no presenta una lucha entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, ni entre Salomón y Jesús. Presenta una sola línea de revelación consistente que culmina en Cristo. La doctrina de la inmortalidad del alma, lejos de apoyar el Evangelio, lo debilita, pues desplaza la centralidad de la resurrección y desvirtúa la victoria sobre la muerte lograda por el Mesías.

Quien cree en Cristo no entra a un estado consciente posterior a la muerte, sino que duerme en esperanza, aguardando el llamado poderoso de la trompeta final.

La verdadera vida eterna no comienza con la muerte, sino con la resurrección en gloria, decretada por Aquel que tiene las llaves de la muerte y del Hades.
 
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Apocalipsis 7 no prueba la inmortalidad del alma, sino la victoria post-resurrección

Tu argumento no prueba en absoluto la inmortalidad del alma. Que Apocalipsis 7 no mencione explícitamente la resurrección no significa que estos redimidos estén conscientes antes de ella. El texto muestra el resultado final, después de la gran tribulación, cuando ya han vencido y están glorificados (Apocalipsis. 7:14). El servicio “día y noche” ante el trono es el estado eterno posterior a la resurrección, como enseña Apocalipsis 20:4-6, donde claramente se afirma que los vencedores “volvieron a vivir” y reinaron con Cristo.

Además, la cronología bíblica es clara, primero viene la gran tribulación (Mateo 24:21-31), luego la resurrección (1 Corintios 15:52; Juan 5:28-29), y después la vida gloriosa en el reino (Apocalipsis 21:3-4). La idea de almas conscientes en el cielo antes de la resurrección contradice el testimonio claro de que los muertos no saben nada (Eclesiastés 9:5), duermen hasta oír la voz de Cristo (Juan 11:11-14; 1 Tesalonicenses 4:16).

Apocalipsis 7 es una visión del final glorioso, no un informe sobre el estado del alma en la muerte.
En Apocalipsis 6, 7, 8, etc. se habla de persecución y destrucción en la tierra.

Así que si la resurrección es posterior a la tribulación, entonces Apocalipsis 6, 7, 8, etc. es pre resurrección, así que los santos mártires delante del trono de Dios en el cielo (Ap 7, 8) deben esperar hasta que se complete el número de sus consiervos y sus hermanos que han de ser muertos como ellos lo han sido.
 
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La Armonía Indivisible de la Palabra: Salomón, Jesús y la Esperanza Verdadera del Evangelio

Uno de los argumentos más comunes en defensa de la supuesta “vida consciente después de la muerte” es que Salomón estaba equivocado al afirmar que “los muertos nada saben” (Eclesiastés 9:5), y que Jesús lo “corrigió” al presentar, según esta interpretación, una supuesta existencia intermedia consciente del alma. Esta afirmación no solo es inconsistente, sino que atenta contra la integridad misma de las Escrituras inspiradas.


La escritura no se corrige a sí misma

Sostener que Salomón, inspirado por el Espíritu Santo, enseñó falsedades que Jesús vendría a corregir más de mil años después, es afirmar que la Palabra de Dios contiene errores. Pero la Escritura afirma:


“Toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16).

“Dios no es hombre para que mienta” (Números 23:19).


La revelación divina no se desarrolla corrigiendo errores anteriores, sino que es una manifestación progresiva, coherente y sin contradicción de la verdad eterna. Jesús mismo lo afirmó:

“No penséis que he venido para abrogar la Ley o los Profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”
(Mateo 5:17).


Por tanto, Eclesiastés 9:5 no puede ser descartado como un error o una enseñanza inferior. Salomón enseñó, dentro del marco revelado en su tiempo, una verdad inspirada, la muerte como estado de inconsciencia, sin participación en las actividades de los vivos.

El Sheol (שְׁאוֹל), como muestran múltiples pasajes (Salmo 6:5; 115:17), es un lugar de silencio, no de conciencia activa.



Jesús y el Hebraísmo de “Dormir” como Sinónimo de Muerte

El uso que hace Jesús de la palabra “dormir” respecto a Lázaro no contradice a Salomón, sino que lo confirma. En Juan 11:11, Jesús dice:


“Lázaro, nuestro amigo, duerme; mas voy para despertarle.”
Y cuando los discípulos no comprendieron, Jesús aclaró el hebraísmo:

“Jesús hablaba de su muerte…

Entonces Jesús les dijo claramente:

Lázaro ha muerto”

(Juan 11:13-14).


El uso de “dormir” como sinónimo de muerte es una figura profundamente enraizada en el pensamiento hebreo, no una referencia a un alma consciente en otro plano. Jesús no fue a buscar un alma, sino a resucitar a la persona completa.
Este lenguaje también es utilizado por Pablo (1 Tesalonicenses 4:13-14), en continuidad con el pensamiento bíblico del Antiguo Testamento.



El Evangelio No Anuncia la Inmortalidad del Alma, Sino la Resurrección

La Escritura nunca enseña que el alma sea una entidad inmortal separada del cuerpo. Tanto nefesh (נֶפֶשׁ) como psyché (ψυχή) describen al ser humano como un todo viviente (Génesis 2:7; Ezequiel 18:4).
La enseñanza de que el alma sobrevive conscientemente después de la muerte proviene de la filosofía griega, no del mensaje de las Escrituras.

La esperanza real del Evangelio es la resurrección corporal del ser humano completo. Pablo declara con firmeza:


“Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana”
(1 Corintios 15:16-17).


Jesús venció la muerte no para liberar almas conscientes en otro plano, sino para resucitar a los muertos en gloria. No hay contradicción entre Salomón y Jesús; hay continuidad revelada.

Jesús no corrigió a Salomón, sino que dio cumplimiento y mayor luz a lo que siempre fue verdad: la muerte es un sueño del cual solo Él puede despertar a los suyos.



No Promesas, Sino Decretos Irrevocables

Lo que el Evangelio anuncia no son promesas humanas sujetas a condiciones inciertas, sino decretos eternos del Dios soberano. Él ha establecido, por medio de su Palabra viva y eficaz, que habrá resurrección y vida eterna para los que están en Cristo. Como está escrito:


“Porque esta es la voluntad del que me envió: que todo aquel que ve al Hijo y cree en él, tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día postrero”
(Juan 6:40).


Esta es una declaración divina, un decreto del Altísimo que no puede ser revocado. La resurrección es el clímax de su plan, no una opción entre otras.


Una Verdad Progresiva y Coherente, no Contradictoria

La Biblia no presenta una lucha entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, ni entre Salomón y Jesús. Presenta una sola línea de revelación consistente que culmina en Cristo. La doctrina de la inmortalidad del alma, lejos de apoyar el Evangelio, lo debilita, pues desplaza la centralidad de la resurrección y desvirtúa la victoria sobre la muerte lograda por el Mesías.

Quien cree en Cristo no entra a un estado consciente posterior a la muerte, sino que duerme en esperanza, aguardando el llamado poderoso de la trompeta final.

La verdadera vida eterna no comienza con la muerte, sino con la resurrección en gloria, decretada por Aquel que tiene las llaves de la muerte y del Hades.

Mateo​

0:28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.​

Claramente Jesus enseño aca que aunque maten el cuerpo el alma continua, el unico que puede destruir el alma es Dios.​


Asi que el muerto lo que pierde es el cuerpo fisico no su alma y espiritu. Al conservar el alma ahi esta tu ser verdadero consciente.​


tu dicho "​

La enseñanza de que el alma sobrevive conscientemente después de la muerte proviene de la filosofía griega, no del mensaje de las Escrituras."

resulta por tanto biblicamente falso


Salomon ya viejon y caido en idolatria con sus mujeres paganas se cree escribio eclesiastes, no todo lo que esta en la biblia viene de Dios Tambien contiene creencias propias de personajes y costumbres.​

y Salomon no era mas sabio ni sabia las cosas que Jesus si sabia.​


Despues Jesus en tiempo presente promete:​

Juan​

4:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.​

14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

La casa del padre es el cielo no la tierra, ¿donde esta Jesus? en la casa del padre EL CIELO, donde estan (Tiempo presente) los apostoles etc. Es una promesa en tiempo presente NO FUTURO.​

Asi que deja de mentir.​