La Biblia dice que Dios formó al hombre del polvo y sopló aliento de vida, y fue el hombre un alma viviente (Gén. 2:7). No dice que el alma vive sin cuerpo. Al morir, todo vuelve a Dios y el ser humano duerme. No alaba, no recuerda, no actúa (Ecl. 9:5; Sal. 6:5; 115:17).
Todo esto ya te lo refuté, ya te lo expliqué, solo estas reciclando los mismos huesos bien roídos de tu permanente descontextualización de las Escrituras, así que pídele que te de otra repuesta, con todo respeto, de mi parte.
Te explico
Jesucristo hombre, ya pasó por todo esto.
Como hombre (espírtu, alma y cuerpo) le sucedió esto:
Murió su cuerpo y quedó yerto en el sepulcro, pero fue vivificado en el espíritu y en el espíritu fue a las partes más bajas de la tierra, su alma no pudo ser retenida.
¿Y a qué fue a las partes más bajas de la tierra?
a trabajar, pues TODOS los días trabaja, pues él es Dios, así que: le predicó a los espíritus cautivos, tomó para si las llaves del imperio de la muerte, derrotó a satanás y a la muerte, en su asenso llevó consigo (trasladó el paraíso al cielo) la cautividad, dio dones a los hombres....
Si lo crees o no, si lo entiendes o no. Lo mismo da.
Así sucedió.
Cuando estires la pata, tu cuerpo se quedará en el sepulcro, pero tu alma y tu espíritu irán al lugar de tormento que todavía está en las entrañas de la tierra o, si y solo si te arrepientes de tus herejías (pues escrito está que, los herejes no entrarán al reino de Dios) irás al paraíso, que a diferencia de lo que sucedía en el viejo pacto que los justos iban al seno de Abraham, el paraíso ya no está ahí, sino está ahora en la presencia de Dios, donde encontraras delicados pastos y el Señor te pastoreará.
Luego, a la final trompeta, si y solo si tienes parte en la primera resurrección, escucharas desde el sepulcro la voz del Señor y en un santiamén serás transformado en un abrir y cerrar de ojos, se unirán nuevamente tu espíritu y tu alma, preservados por el Señor y un cuerpo nuevo de carne y hueso, como el de Cristo. ¡esa es la resurrección! y, entonces y solo entonces seremos semejantes a él y no le veremos como por espejo, sino cara a cara.
Desde luego que tu anticristiana secta dirá otra cosa, pero no le hagas caso Mienten.
Sal de Babilonía.