Re: ¿Es la Iglesia Católica la 'Gran Ramera'?
Estimado FJP. Saludos cordiales.
Estimado sectario Gabriel saludos,
Todavia me quedas en probar que los Catolicos hemos matado 50 millones de cristianos...Como veras tu haz perdido toda credibilidad, para mi, en debatir. Lo que usted ahora acusa a la Iglesia tambien es falso...pero ya tu comentarios no me importan pues se de donde vienen...
Mira a ver a que otro puedes ir con tus conspiraciones "Chick"...
Que Dios y La Virgen de guarden...
En Cristo y Maria,
Bendiciones
Respondo: Ya Eusebio nos cuenta que el proceso de corrupción de la iglesia de Roma era común a muchas otras en todas partes del Imperio y atribuye la persecución de Dioclesiano a un juicio de Dios para despertar y purificar a su iglesia. El dice:
"Nos envidiábamos unos a otros, dice, y nos insultámos recíprocamente, nos hacíamos la guerra con palabras tan afiladas como dardos y lanzas y en muchas ocasiones poco nos faltaba para que nos fuéramos a las manos. Los obispos disputaban unos con otros y las congregaciones luchaban unas contra otras. La hipocresía y la disimulación llegaban al colmo. El juicio de Dios, que hace sentir con suavidad, comenzó a afligirnos ligeramente, pero permanecíamos indiferentes a aquel aviso y descuidamos de aplacar a Dios. Algunos obraban como si Dios no se preocupara de su conducta. Entre nuestros pastores veíanse a unos que en vez de dirigir el rebaño abandonaban las santas reglas de la piedad y no se preocupaban de otra cosa más que de acrecentar su poder." Eusebio. "Historia Eclesiástica" Libro XIII, cáp. I.
La Iglesia metropolitana de Roma se corrompió ya en esta época y surgieron hombres como Tertuliano, Novaciano, y Privato entre otros para luchar en contra las innovaciones introducidas en las iglesias cristianas, y no habiendo sido atendidas se habían separado y formado distintas congregaciones para conservar la fe.
En dicho período la iglesia de Roma, como muchas metropolitanas en todos los tiempos, se enriqueció y ansiosa de torpe lucro, abrió de par en par sus puertas para admitir miembros de cualquier clase, especialmente ricos. Los principales de ellos inventaron la doctrina de salvación por medio de la iglesia, esto es: sin bautismo no hay remisión de pecados y sin ser miembros de la iglesia no hay salvación, así que si el sentir público les obligaba a excluir a algún miembro, fácil y prontamente lo recibían otra vez.
Más Novaciano y los otros fieles de la iglesia, estaban en favor de conservar la Iglesia pura por medio de disciplina estricta, añadiendo que su expulsión no los excluía de la salvación, si eran creyentes, la cual era del Señor por gracia y por medio de la fe. Esta doctrina había sido enseñada y sostenida en la Iglesia desde el principio; pero la corrupción había crecido y los corruptores estaban en el poder y los de la secta de Novaciano, como eran llamados, ya fuesen mayoría o minoría cuando se separaron, constituyeron la verdadera Iglesia de Dios en Roma. Salieron de en medio de ellos al mandato de Dios. Novaciano vino a ser pastor de la iglesia separada y su ejemplo inspiraba a las buenas y fieles iglesias de todas partes, las cuales se habían también separado de las otras iglesias corrompidas siguiendo su valioso ejemplo en Roma." (Moody)
El emperador Constantino, una vez convertido al Cristianismo, quiso unir a los Novacianos con la Iglesia Católica, porque había examinado sus doctrina y encontrado que sus fieles llevaban una vida recta y piadosa, pero habiendo fracasado en su empeño, algún tiempo después del Concilio de Nicea condenó la clemencia que él mismo había tenido hacia los que diferían de la Iglesia Católica y publicó un edicto exigiendo que todos se conformaran con dicha iglesia. Sus libros fueron destruidos, así como sus templos y les fue prohibido reunirse. Las medidas opresivas de Constantino hicieron que muchos abandonaran sus ciudades y salieran, especialmente de Roma, retirándose a lugares apartados.
Según Gibbon, había por lo menos cuatrocientas iglesias novacianas en Africa del Norte, y muchas otras también en Nicodemia, Constantinopla, Frigia, así como en el Imperio Occidental, Italia, Francia, Suiza y España. Todo ello sugestionó a Constantino en el propósito de unirlas con la Iglesia Católica, si fuera posible; pero aquellas iglesias reavivadas rechazaron siempre sus proposiciones porque aunque apreciaban en lo que valía el cambio de mente del emperador y la cesación de las persecuciones, comprendían los peligros de la unión de la iglesia con el Estado teniendo que llegar el emperador a amenazarlos con persecución, lo que llegó a efectuar, por lo menos con los Donatistas de Africa, que muchos historiadores consideraban émulos de los Novacianos, a juzgar por la opinión de Cipriano, obispo de Cartago, gran cristiano de su tiempo, pero que carecía de nuestros conceptos acerca de la libertad cristiana, dando excesiva importancia a la idea de unidad y disciplina.
El emperador Constantino nombró una comisión compuesta de Melquiades, obispo de Roma, que falló en contra de los donatistas imponiéndoles al obispo Cecilio, que ellos rehusaban. Los donatistas se quejaron y pidieron otra investigación por lo cual el emperador convocó el Concilio de Arlés, compuesto de obispos de los dos partidos, procedentes de diversas partes del imperio, pero mayormente de las Galias y de Italia, que falló nuevamente en contra de los donatistas. El emperador amenazó con desterrar a los obispos donatistas si no volvían al seno de la iglesia oficial. Les quitaron sus iglesias y les persiguieron.
Constantino revestido de toda la pompa imperial, en el Concilio de Nicea, el 20 de Mayo del año 325, procurando aunar el Cristianismo con el paganismo pronunció un discurso en el que afirmó que la venida de Cristo ya estaba anunciada en la cuarta égloga de Virgilio.
Roma siempre tuvo afanes de conquista y mediante campañas de infiltración y persecusión enfrentaron a los que se les oponían. La iglesia romana usó el poder civil para exterminar a los que llamaron "herejes" y sometieron así a pueblos enteros a aceptar la autoridad del Papa.
En Inglaterra en una sola campaña murieron más de 3000 de estos cristianos independientes de Roma.
"De los relatos que han sido conservados acerca de las discusiones habidas entre los misioneros de Roma y los dirigentes de los cristianos británicos se desprende que no existía en estos cristianos primitivos el episcopado diocesiano; daban la más rigurosa atención al estudio de las Sagradas Escrituras, estaban llenos de celo misionero y se esforzaban en extender la labor evangelística en aquellos lugares de Gran Bretaña, Francia y Alemania donde tenía éxito su obra misionera. Llevaban una vida mucho más sencilla y menos ostentosa que los misioneros enviados por el Pap de Roma y diferían de los católicos romanos en varios puntos secundarios, como por ejemplo en la fecha de celebrar la Pascua y la forma del bautismo, que practicaban por inmersión" (El Cristianismo Evangélico a través de los Siglos..pág 137 S. Vila)
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.