Re: Es biblico ser pastora??
Pues entonces déjese de personalismos y combata con doctrina, como se debe hacer en un foro cristiano.
Ya lo hice...mire a ver si refuta las Escrituras presentadas sobre el Orden de Dios, el cual es ignorado olímpicamente por una clase de creyentes indoctos, pero con deseos de imponer sus criterios feministas por encima de la Escritura, aquí tiene de nuevo:
En el mensaje 1644 pegué un artículo tomado de la Web titulado:
¿Puede una mujer predicar desde el púlpito?
De allí he tomado este segmento, “presuntamente apoyado” por un pasaje bíblico, aquí lo tienen:
Desde el púlpito, en un pequeño grupo, en la familia, en el trabajo en todo momento, todos hemos sido llamados a testificar de Cristo de acuerdo a nuestro llamado, nuestros dones y propósito específico.
Galatas 3:27-29 “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.”
El liderazgo de la mujer dentro de la iglesia ha sido muy controversial y podemos encontrar desde posturas extremistas radicales hasta posturas completamente liberales en lo que se refiere al papel de la mujer en la iglesia. Lo importante es poder ver a la luz de la Palabra y sin prejuicio, cual es la voluntad de Dios al respecto. Jesús nos mandó a hacer discípulos y de acuerdo al nuevo pacto hemos sido redimidos y salvos para servirle y testificar a todos y este mandato es tanto para hombres como para mujeres.
Y a continuación del artículo presenté un pasaje de las Escrituras con la siguiente invitación:
¿Con cabeza fría.....mostremos a las mujeres del foro... las fallas de este artículo...y...sobre todo...a la luz de este pasaje:
2Co 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
La falla colosal...por cuanto es tan grande que no se advierte por su enormidad, está basada en la omisión del orden Divino.
Y es que Dios es un Dios de orden...sino, miren el orden divino en la Creación...y cerciorémonos, estemos claros, en que Dios es Dios de orden.
No puedo, en base a este orden, pensar que Gálatas 3:27-29 se refiera al orden congregacional. Pues allí lo que está involucrado es la salvación del alma sin distinciones de ninguna clase:
Gal 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque
todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Gal 3:29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
El tema del "hablar" o "enseñar" en una reunión como iglesia, no se encuentra aquí en este texto de Gálatas… y si bien es cierto, de acuerdo a 2Cor.3:17, que dónde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad...esta libertad...jamás infringe o viola, o afecta, o anula...
el ORDEN DIVINO.
Y es que en toda relación o posición en la cual Dios haya situado al creyente, el secreto de la felicidad en Cristo, está basado en el mantenimiento del Orden Divino. Pero desafortunadamente...aquí en ese debate...muchos de nosotros...no consideramos este orden como prioritario a la hora de exponer nuestros puntos de vista.
Ya sea en la familia, el hogar, o la Iglesia, si hay falta de mantener el orden de Dios, o si hay la sustitución de lo que es el Orden de Dios por lo que al hombre o a la mujer le agrade... en aras de la comodidad y conveniencia de los patrones del mundo, la confusión y la discordia debe ser el resultado inevitable. Tan cierto es esto, que un forista por ahí llegó hasta mencionar que este debate se había convertido en un gallinero.
¿Cuántas evidencias sorprendentes de esta violación al orden de Dios puede contemplarse en las Escrituras?
Pues a la verdad, son mayores que los pocos casos donde la familia ha sabido guardar este orden, como por ejemplo en el caso de la familia de Abraham, leemos:
[FONT="]Gen 18:19[/FONT][FONT="]
Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. [/FONT]
Es gratamente sorprendente, como Dios, en su Omnisciencia, nos revela la firmeza de Abraham en la educación espiritual de sus hijos “
haciendo justicia y juicio”… es decir, los disciplinaba.
En el NT encontramos el consejo divino para los hijos:
[FONT="]Eph 6:1[/FONT][FONT="] Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.[/FONT]
[FONT="]Col 3:20[/FONT][FONT="]Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.[/FONT]
…y la amonestación para los padres:
[FONT="]Col 3:21[/FONT][FONT="] Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten. [/FONT]
[FONT="]Al cumplimiento de las responsabilidades reciprocas entre “todos” los miembros de la familia, a esto le llamo “orden divino”. Pero este orden divino involucra igualmente otras esferas, como las relaciones entre “patrones” y “empleados”; funcionarios y civiles.[/FONT]
[FONT="] La negligencia de Samuel en guardar el orden divino en su propia casa, generó juicio divino, leemos:[/FONT]
[FONT="]1Sa 3:13[/FONT][FONT="] Y le mostraré que
yo juzgaré su casa para siempre, por la
iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios,
y él no los ha estorbado. [/FONT]
Estos juicios indican la importancia delante de Dios de preservar y guardar el orden divino. Y pudiésemos traer la casa de Elí y de David como testigos del juicio divino, generado ya sea por la desobediencia de los hijos o la negligencia de los padres…porque no se supo mantener el orden del gobierno divino.
Resumiendo… ¿en qué consiste, entonces, el mantenimiento del orden divino en la familia?
La respuesta a esta pregunta se encuentra en Efesios y Colosenses. (Efesios 5: 22-33, Ef 6, 1-9; Col. 3:.. 18-25, Col. 4: 1)
El marido es cabeza del hogar, esto no se puede cuestionar, y como tal tiene que actuar como virrey de Dios, no conforme a su voluntad humana, pues esto es pecado de prevaricato, sino conforme a la voluntad de Dios contenida en Su Palabra bendita. La esposa no puede gobernar al marido, igualmente, los niños no pueden gobernarse a sí mismos. Existe un orden divino que hay que acatar por todos los miembros de la familia y, cuando esto es reconocido por todos, el hogar cristiano se convierte en un testimonio de Dios, en medio de la oscuridad de un escenario donde lo que reina es la impiedad.
No olvidemos que la mayor parte de nuestra vida transcurre en el hogar y por lo tanto, es en el escenario de la casa donde tenemos la oportunidad inicial de manifestar la expresión: “para mí el vivir es Cristo” como nuestro testimonio, ya sea en la casa, en la iglesia o en el mundo.
Ahora, respecto al mantenimiento del orden divino en la “ekklesia”, la violación de este orden trae consecuencias funestas, y aquí traigo la evidencia, en los tiempos cuando David se estableció en Jerusalén como rey de Judá e Israel, que le dio por traer un objeto simbólico del Santuario, sin considerar el orden de Dios:
[FONT="]1Ch 13:3 y traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl no hemos hecho caso de ella. [/FONT]
Las “buenas intenciones” de David tenían que estar sujetas al orden divino, en obediencia a Su Palabra. Esta lección aún no la había aprendido David, por lo tanto, hizo sus propios arreglos para el transporte del Arca al monte de Sión. Un “carro nuevo” fue provisto y los hombres de confianza se hicieron cargo de este traslado, ocasionando jolgorio, y gozo en la carne que lo hizo hasta danzar. Y es que no era para menos, pero el punto aquí, eran las normas divinas, las instrucciones del orden de Dios, para el traslado del Arca, que no podía ser mandada a traer por cualquier compañía de transporte, que al hombre se le ocurriera. Ya el Señor había legislado sobre este asunto en Números 4, pero David y su pueblo estaban actuando como si estas normas no existieran y de hecho, se encontraban bajo el justo juicio de Dios.
La consecuencia fue que Dios vino y los juzgó, pues cuando Uza extendió su mano para sostener el arca (que nadie más que los sacerdotes y levitas podían hacerlo) "la ira del Señor se encendió contra Uza, y lo hirió, porque había extendido su mano al arca: y murió allí delante de Dios”.
La lección fue aprendida por rey, pero costó la vida de un hombre, posteriormente el reconoce el orden de Dios, diciendo:
[FONT="]1Ch 15:12[/FONT][FONT="] y les dijo: Vosotros que sois los principales padres de las familias de los levitas, santificaos, vosotros y vuestros hermanos,
y pasad el arca de Jehová Dios de Israel al lugar que le he preparado; [/FONT]
[FONT="]1Ch 15:13[/FONT][FONT="] pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó,
por cuanto no le buscamos según su ordenanza. [/FONT]
Otros ejemplos podrían ser contemplados fácilmente (como Nadab y Abiú ofreciendo fuego extraño; Coré, Datán, y Abiram, invadiendo a sí mismos el sacerdocio, y el rey Uzías ofreciendo incienso, etc), pero este será suficiente para mostrar que Dios no es indiferente para el mantenimiento de su orden en todo lo relacionado con su culto.
El orden de Dios respecto a la enseñanza en la Iglesia, en lo que concierne a la mujer, está claramente indicado:
[FONT="]1Ti 2:11[/FONT][FONT="]
La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. [/FONT]
[FONT="]1Ti 2:12[/FONT][FONT="]
Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. [/FONT]
[FONT="]1Ti 2:13[/FONT][FONT="]
Porque Adán fue formado primero, después Eva;[/FONT]
Y no deja de ser significativo el hecho de que en cuanto a la instrucción dada sobre la Cena del Señor y el orden de la asamblea, contenida en cuatro capítulos, el 11-12,13 y 14 de la 1 carta a los Corintios, vayan precedidas de una declaración solemne, sobre la posición del hombre con respecto a Cristo y sobre la posición de la mujer con respecto al hombre, como está escrito:
[FONT="]1Co 11:3[/FONT][FONT="] Pero quiero que sepáis que
Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. [/FONT]
Hay muchos y bendecidos campos invitando a la actividad de la mujer cristiana, campos que solo ellas pueden ocupar y en los cuales hay abundante espacio para manifestar toda su devoción para la gloria de Cristo. Pero hay, de parte de Dios,
una absoluta prohibición para que ella se erija como “enseñadora” en el interior de la asamblea.
El mismo Señor le encomienda al ángel de la Iglesia en Tiatira:
[FONT="]“…que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa,
enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.”[/FONT]
[FONT="]Esta es una clara violación del orden de Dios…[/FONT]
[FONT="]En su propia esfera, en su propia área de trabajo, que Dios le ha asignado, la mujer no tiene rival. Sus tiernos afectos, la rapidez de su instinto espiritual, su tacto y discernimiento la hacen apta para ejecutar este servicio a Dios. Pero como en todo, ella podría ser tentada a olvidar el lugar donde Dios la ha colocado y desatender la Escritura, cayendo en la misma condenación de Jezabel.[/FONT]
[FONT="]En este debate, si se hubiese priorizado el orden de Dios, por encima de la soberbia exigencia del mundo denominacional, en legitimar el pastorado femenino, pisoteando, de este modo, el orden divino, hacía mucho rato, este debate hubiese terminado. Pero ha servido para contemplar aquellos “espíritus” para los cuales el orden de Dios no se contempla en sus propósitos desestabilizadores de la sana doctrina.[/FONT]
[FONT="]Hesed1[/FONT]