Bendiciones en Cristo.
La obra que Dios ha hecho en los que hoy confesamos a su Hijo como nuestro Salvador es una obra completamente impulsada y lograda por su Gracia bendita y no por nuestros méritos. Dios Padre, mediante la Obra de Cristo y su respectiva aplicación a la vida del creyente mediante la acción y morada del Espíritu Santo en él, transforma y restaura nuestro ser, voluntad, entendimiento y deseos, real y efectivamente y no en una manera "como si".
Dios, en el hombre re-generado se ha creado un compañero de pacto, la paternidad de este Dios amantísimo no es paternalismo, sino paternidad. Dios puede apelar a nuestra voluntad porque ya la ha cambiado y regenerado... y eso hace. Dios espera la respuesta libre y voluntaria del hombre. Dios excita al hombre a que le responda y le ayuda a responder y el hombre asiente a esta excitación e impulso; así es el pacto entre Dios y el hombre y no de una manera determinista o autómata.
Toda la Biblia es una apelación a la voluntad del hombre y Dios siempre ha esperado una respuesta libre. Cómo el hombre responde y lo que logra con su respuesta no le merece el regalo de Dios, ni mucho menos le crea espacio para gloriarse delante de Dios. Todo el trabajo es de la Gracia que le impulsa y le asiste. Pero he aquí la diferencia, el hombre debe asentir, asentir a la voluntad de Dios cuesta, asentir a hacer la voluntad de Dios naturalmente está acompañado de una guerra en contra de nuestro cuerpo corrupto y sus deseos, y naturalmente se presentan todas las situaciones, emociones y sentimientos que aparecen en toda guerra, asentir a cumplir la voluntad de Dios es nada más y nada menos que cargar una cruz, este es un camino estrecho y queda abierta siempre la puerta de la escapada, de la deserción.
Esto no se trata de ganarse el cielo sino de cumplir la voluntad de Dios. Nuestro objetivo no es salvarnos a nosotros mismos, eso sólo lo puede hacer (e hizo) Cristo, nuestro objetivo es dejarnos convertir en imagen de Cristo, y eso sólo lo logra Dios a través del camino estrecho que dirige al calvario. Centenares de veces veo la excusa de la gente que se retuerce en su pereza con el slogan de que "ya Cristo lo hizo todo" y ahogan la voz de Dios que les invita a emprender el camino doloroso de la transformación personal y en busca de los que no Le conocen a Él.
Cumplir la voluntad de Dios, negarse a sí mismo, fructificar en buenas obras y dedicarse a ello no es creer en salvación por obras, no es buscar méritos delante de Dios. Lamentablemente, negarse a caminar este camino es contundentemente negarse al final del mismo: la salvación. Dios siempre ha apelado a nuestra libre voluntad para que obremos y Él mismo se ha encargado de hacernos saber que no se corresponden la magnitud de su Gracia y regalo con lo que nosotros hemos hecho, así que creer en que hay que caminar este camino no es lo mismo que afirmar que el que lo camina se merece o se ha ganado el premio, eso lo dejó bien claro el Maestro cuando decía:
"¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos. " (Lucas 17, 9-10)
Notar que en este aclaración el Señor está apelando a la voluntad del siervo que cumple lo que se le manda porque no tiene opciones, el siervo es obligado moralmente a cumplir su deber, nunca es forzado o movido como un títere a hacer lo que debe hacer. El siervo hace lo que se le ordena.
Dios ha regenerado nuestra voluntad y de el uso que hagamos de ella depende que el plan de Dios pase a ser ejecutado por la moción de Dios en nosotros:
"Pero gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma solicitud por vosotros. Pues a la verdad recibió la exhortación; pero estando también muy solícito, por su propia voluntad partió para ir a vosotros. " (2 Corintios 8, 16-17)
Más claro no canta un gallo.
Con nuestra libertad y libre voluntad caminamos hacia la salvación personal, del uso que hagamos de ella dependen no sólo nuestra salvación sino que tenemos influencia en la salvación de los demás. La salvación, que logró y nos mereció exclusivamente Cristo en la cruz, se le aplica al hombre que permanece en Él y a ningún otro, nadie que haga mal uso de la libertad que Dios le ha dado al regenerarlo verá a Dios y pesará encima de sí el daño que le pueda hacer a otros. El Maestro primero:
"Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! " (Mateo 18, 6-7)
Notar que aunque el Maestro especifica su primer "ay" para el mundo los versos siguientes y su correspondiente aviso sobre las penas del infierno le son dichos a los discípulos y el "ay" segundo es para cualquier hombre, regenerado y no-regenerado.
Ahora sí, Pablo:
"Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos? Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió. De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis. Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano. " (1 Corintios 8, 10 -13)
Dios te bendiga OSO
Dios que nos dió la fe, la hace crecer, la desarrolla, la fortalece, y la hace alcanzar su plenitud. La fe en sí misma cambia... y el hombre puede frustrar el desarrollo que Dios quiere para esta fe, la puede corromper y en última instancia la puede rechazar de plano, es decir, la fe que recibió es fe que puede perder.
La fe no es igual en cada hombre, por lo que descartamos que la fe sea algo acabado, distinto y específico para todos:
"Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. " (Romanos 12, 3)
La fe crece:
"Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás" (2 Tesalonicenses 1, 3)
"No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme a nuestra regla;" (2 Corintios 10, 15)
La fe puede existir con diferente medida en el hombre:
"Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible."(Mateo 17, 20)
"Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe." (Lucas 7, 9)
"Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible." (Mateo 17, 20)
Aquí, notar que no se requiere tampoco de una fe enorme, acabada y pulida (que sí podría tenerse) para lograr el propósito de la misma. Aquí de plano se excluye la idea de que la salvación es exclusividad de los que tienen una fe acabada y perfeccionada. Que es lo mismo que el Señor les corrije en el siguiente pasaje, que también señala que la fe puede aumentar.
"Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería." (Lucas 17, 5-6)
"El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. " (Mateo 8, 26)
La fe apunta hasta llegar a un nivel de plenitud, que se supone no se tiene al inicio cuando ha sido aceptada:
"puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios" (Hebreos 12, 2)
Eso, primero Jesús, para que nadie crea que digo que es el hombre que puede aumentar o llevar a cabo su fe.
"si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy." (1 Corintios 13, 2)
Otras versiones dicen "plenitud de fe".
"orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe" (1 Tesalonicenses 3, 10)
La fe puede desaparecer y perderse su efecto:
"porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo. " (1 Timoteo 5, 8)
"pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. " (Lucas 22, 32)
El hombre puede tener una fe malsana:
"Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe" (Tito 1, 13)
El hombre debe velar por mantenerse en la fe:
"Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios." (Hechos 14, 22)
Porque el hombre puede apartarse de la fe:
"manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, " (1 Timoteo 1, 19)
"Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;" (1 Timoteo 4, 1)
"la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amén" (1 Timoteo 6, 21)
"Pero les resistía Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul. " (Hechos 13, 8)
Y al final quien no se mantenga en la fe que actúa en la caridad (condición o cualidad íntima de la fe que salva) será desechado y no se salvará.
Primero el Maestro:
"y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo" (Mateo 24, 12-13)
Ahora sí, Pablo:
"Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. " (Romanos 11, 20-22)
En el Amor de Jesús.
Gabaon.