Re: Elisabet no llamó madre de Dios a María
Petrino exactamente ese es el punto clave:"las pesimas expresiones"
Concuerdo contigo en lo que escribes; dices que no es correcto decir que María es la madre de la naturaleza humana de Cristo, ¿y acaso no es lo mismo decir que es madre de Dios? tanto en una expresión como la otra se está resaltando una de las 2 naturalezas; porque mejor no decir tal como dice la Palabra de Dios: madre de Jesús; reconoce que es la forma correcta.
Que si llegan las corrientes arrianas o nestorianas, pues que vengan y aqui estaremos para dar batalla y dar razón de que Jesucristo es una persona que es 100% hombre y 100% Dios.
Lo importante es no caer en negar algo o inventar algo porque los demás no lo entienden o no lo aceptan.
Saludos.
Nadie debe pretender, ni siquiera imaginar que al decir que Maria es Madre de Emanuel, Madre del Dios entre los hombres, la virgen profetizada por Isaias, se está pretendiendo dar un plano superiior a Maria sobre Jesus, como las formas humanas de medir las cosas.
En efecto una Madre humana, gobierna sobre sus crios, sin embargo no es lo que se se pretende al reconocer que Maria, es la virgen de la cual su fruto bendito sería el redentor.
Si no que, desde la anunciación Maria, ha sido un ser humano util a Dios
y en la cruz ella continua siendo requerida y solicitada, en ese momento Cristo le encomienda a Juan, como su hijo y se dirige a Juan y le dice HIJO, te revelo a tu Madre.
Juan, quien poco antes Cristo lo habia llamado amigo, en ese momento le dice HIJO.
Juan quien antes, Cristo le habia revelado que era su hermano, pero ahi al pie de la cruz Jesus, le dijo HIJO, ahí tienes a tu madre.
Cristo en la persona de Juan, primero nos nombró hermanos y luego en la cruz nos da una nueva revelación, en la persona del mismo Juan, como hijos de su Madre.
Maria, quien es revelada por cristo como la madre y todos como sus hijos, tambien es tu hermana y tu prójimo, y tu y yo debemos amar a nuestro prójimo, como a uno mismo. entonces amala, sin miedo.
Que amarla no es predicar un evangelio contrario, es amar a Cristo