Estimados Hermanos. Saludos cordiales
A pesar de todas las evidencias que he presentado a Manuel5, sobre si el día de la expiación bíblico, “El Yom Kipur” era un día de ayuno, al parecer todavía no lo acepta, creo que es debido a su implicancia con la reforma pro- salud; ¡y si esto es así!, que nos cabe decir sobre la intención de su nueva pregunta: “El libro "El Ministerio de curación" que lo escribió Elena G. de White, ¿se considera inspirado o que de algún modo expresa la voluntad de Dios, respecto a la salud? ” “La frase que subrayo es:
“cubriendo la base del cerebro, calientan y excitan los nervios espinales que se centran en el cerebro”. Como un resultado de “seguir esta moda que deforma”, dijo ella, “muchas han perdido su razón y han llegado a un estado de locura sin esperanza”.
No te olvides Manuel, que aparte de la medicina alopática, existen otras medicinas alternativas, y estas nos arrojan luz al respecto; (y te comento que también tengo un sobrino estudiando medicina y está a punto de terminar, a él no le enseñan estos “secretos”), pero vieras tú como estuvo con la gripe que le vino hace poco al igual que tú como lo manifestaste. Muchos de nosotros acudimos a las “hierbas medicinales tan abundantes en nuestra “América Latina”, especialmente en Perú como en Chile, para estos casos, relacionados con la enfermedad y “las fiebres”.
Al tiempo cuando ingrese a la iglesia Adventista, lo primero que hice fue comprar poco a poco, los libros de medicina natural de Dr. Vander (Médico español), tales como “la Guía Médica del Hogar”, “Cocina moderna para una alimentación sana”, “Corazón”, “Curas de Urgencia” y otros. Y entre los libros de un destacado autor chileno Manuel Lezaeta Acharán, con su “Doctrina Térmica” expuesto en su libro “La Medicina Natural al Alcance de Todos; y otro autor leído en este campo fue Louis Kuhne, quién dijo: "Creo que las perturbaciones de la digestión son las causas de todas las enfermedades." Y añade:” las enfermedades tienen una primera causa mental denominada: ignorancia del modo correcto de vivir, lo cual, como decíamos, nos conduce a los malos hábitos que se constituyen en la verdadera raíz del problema, ya que producen el desajuste térmico entre la periferia y el interior del organismo. Debido a ésta alteración térmica -esbozada por vez primera por el genial naturópata chileno Manuel Lezaeta Acharán-, se produce la intoxicación orgánica, también denominada Toxemia. A partir de la intoxicación orgánica, surgen casi todas las enfermedades, salvo las producidas por un abuso excesivo de un determinado órgano.
Por tanto, a nuestro juicio, las enfermedades son tan sólo la manifestación externa de algo previo e interno: la intoxicación. Pero ésta, a su vez y sobre todo, es producto del desequilibrio térmico producido por los malos hábitos de vida adquiridos merced al desconocimiento de las leyes naturales. Éste es el verdadero ciclo de la Enfermedad. No sólo eso, es también el de la Salud, si nos decidimos a hacerlo girar en sentido inverso al que produce las enfermedades.
Los hombres se han convertido en creadores de costumbres poco saludables, las han incorporado a su habitual modo de vida y, desde ese instante, la aparición de la enfermedad ha sido tan sólo cuestión de tiempo y resistencia orgánica en cada individuo, lo cual está siempre en función del maltrato propio y de la herencia que hayamos recibido. Por eso a nosotros no nos resulta extraño que los hijos terminen por pagar los abusos orgánicos de sus precedentes generaciones.Esta alienación del ser humano respecto de sí mismo, es debida a su falta de conocimiento acerca de cómo mantener su cuerpo con salud, pero también al desconocimiento de las razones que deben llevarle a uno a hacerlo así. El hombre, en general, no sabe nada acerca de su origen, ni tampoco de su desarrollo futuro, lo cual le conduce en demasiadas oportunidades a desperdiciar una vida que podría ser empleada en avanzar a todos los niveles. Con estas premisas, y no teniendo un fundamento filosófico que le guíe en la búsqueda de un mejor estado físico, emocional, mental y espiritual, abre las puertas a la enfermedad porque enfoca sus hábitos hacia la gratificación de sus sentidos.”Para un tratamiento recomienda:” Quizá, ahora mismo, alguno de ustedes se esté preguntando: ¿cómo podemos recuperar el equilibrio térmico que nos devuelva la salud perdida...? Bien, existen algunas sencillas técnicas naturistas que nos devolverán el equilibrio térmico entre piel y mucosas. Estos ejercicios consisten en actuar, de varias maneras sobre la piel y las mucosas para que éstas normalicen su actividad. Como la piel de los enfermos está atrofiada, es decir, atascada a nivel subcutáneo, habrá que activarla mediante la estimulación del agua fría o irritarla con otros recursos. Al estimularla provocamos en ella una reacción que la calienta, abrimos sus poros, e irá congestionándose. Con ello, la sangre abandonará el vientre, donde su acumulo excesivo estaba alterando los procesos metabólicos que allí se llevan a cabo intoxicándonos.
La piel del hombre en reposo debe tener siempre una temperatura de 36´5ºC ó 37 ºC. Por tanto, si está más fría indica que existe "calentura al interior" o desequilibrio térmico, porque la sangre se habrá desplazado y refugiado en el vientre. A esto también se le llama "fiebre interna".
El desequilibrio térmico cursa con escalofríos, tiritona, piel pálida y fría, malestar general, y taquicardia. Cuando es muy intenso, y si no se resuelve a tiempo, puede desembocar en la muerte del paciente. La calentura del interior es directamente proporcional a los latidos del corazón e inversamente proporcional a la temperatura de la piel. De este modo, cada diez latidos que sobrepasen las 70 pulsaciones por minuto, delatan un exceso de 1 grado sobre la temperatura interna correcta (que debiera ser la misma que la de piel, o sea, 36´5ºC-37ºC). Por esta razón, a mayor calor interior, corresponde mayor frecuencia cardíaca y también mayor frialdad sobre la piel. Y consecutivamente a todo ello, un peor pronóstico de salud.
Cuando se instaura el desequilibrio térmico de un modo agudo, el paciente tiene frío y pide mantas, ropa o algo caliente. Él presiente, instintivamente, la necesidad de que su piel fría, a veces cadavérica, adquiera más calor para obtener así la mejoría que necesita y volver a reequilibrarse. En ése caso, el corazón latirá atropelladamente a 90-100-120, ó más, pulsaciones por minuto, denotando que la temperatura interna es muy elevada, incluso superior a 40ºC, mientras la de la piel habrá bajado hasta los 35ºC incluso. Es una situación realmente alarmante.
Para equilibrar esta diferencia de temperaturas debemos proporcionarle calor a la piel y frío al vientre, con la finalidad de frenar y dar salida a la combustión excesiva que se está produciendo en esa caldera orgánica que es el aparato digestivo. Ésta caldera humana necesita que el sistema de refrigeración -la piel- funcione correctamente para que no se acumule un exceso de temperatura al interior, puesto que podría hacer reventar todo el "circuito". Del mismo modo, necesita un combustible adecuado en calidad y cantidad -aire rico en oxígeno-, y también proceder a la limpieza de los residuos de las combustiones anteriores.”
Por otra parte, deberemos también sofocar el excesivo calor interno mediante técnicas naturales que refresquen el vientre, es decir, que desinflamen los vasos, tejidos y nervios de la zona, obligando a la sangre a retornar a la piel, que es donde debiera estar, para así disminuir la temperatura de las reacciones químicas que se están efectuando en el aparato digestivo. De este modo reduciremos la inflamación del aparato gastrointestinal, mitigaremos la temperatura, y acabaremos con las perniciosas fermentaciones que allí se están llevando a cabo. El metabolismo digestivo volverá así a recuperar, poco a poco, su temperatura normal que debe ser idéntica a la de la piel, pues ambas temperaturas -interna y externa- tienen que permanecer siempre equilibradas para tener salud y evitarnos trastornos futuros.
Podemos aplicar frío al interior del organismo con diversos medios, como son el barro, los baños derivativos del vientre, o las compresas húmedas (nunca con hielo), de tal modo que nos sirvan para descongestionar la zona. La terapéutica naturista, como hemos explicado, se basa en desalojar la sangre del interior, haciendo que ésta retorne a la piel, y consiguiendo así, que ésta se mantenga caliente continuamente. Alcanzaremos de este modo el equilibrio térmico, y obtendremos digestiones correctas, porque estarán realizadas a la temperatura adecuada. Obtendremos entonces una buena nutrición, además de una eliminación correcta de los residuos de nuestro metabolismo, siempre por los conductos a tal efecto, los cuales tampoco verán alteradas sus funciones por una sobrecarga de trabajo, como sucedía hasta ése momento. Obtendremos así lo que buscábamos, y que sólo existe en la naturaleza: la curación y la salud."
"El arte de curar es cuestión de temperaturas".
LEZAETA
En forma casi similar se expresa Ellen White, sobre las causas
“calientan y excitan” (Temperatura)
“seguir esta moda que deforma” (Malos hábitos)
y tratamientos a diversas enfermedades, y afortunadamente un médico alópata adventista, trató a mi hija cuando a temprana edad iba a ser operada de las amígdalas: con oración, “remedios caseros”, dieta y cataplasma de barro y compresas, se mejoró (después de tantos años de sufrimiento y haber gastado mucho en verdaderos sets de inyecciones, y jarabes); mi sobrino que hoy estudia medicina, y tiene la misma edad de mi hija fue operado en ese mismo año de las amígdalas y adenoides, por no creer sus padres en la medicina alternativa. Afortunadamente ambos casos terminaron bien.
Personalmente me he aplicado compresas y cataplasma de barro, en mis dolencias y enfermedades siguiendo los métodos aprendidos, y te comento que al aplicárselo en cierta ocasión a mi madre con su permiso (como católica era un poco incrédula a estos tratamientos), en una infección bucal, sanó milagrosamente de ésta en poco tiempo. Tú preguntas si el libro:” El Ministerio de curación” es inspirado o no, muchas personas que han sido beneficiadas por sus hermosos consejos y sabias declaraciones te responderán ¡Sí! Nuestro Señor también usó estos elementos y métodos como enseñanza para nosotros.
“Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.” S. Juan 9: 6, 7
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.