Re: Elena G. de White, mensajera del Señor
¿Es Elena G de White dios?
LA CUESTION DE INFALIBILIDAD
Se dice que Elena G. de White ha cometido una serie de errores. ¿Pretendemos que ella es infalible?
No, y ni siquiera Elena G. de White pretendió “infalibilidad”. Por ejemplo, cuando fue criticada por mencionar un número incorrecto de habitaciones en un sanatorio -40 en lugar de 38- dijo:
Nunca me ha sido revelado el número exacto de habitaciones de ninguno de nuestros sanatorios, y el conocimiento que tengo en cuanto a tales cosas lo he obtenido preguntando a los que suponía que estaban informados. En mis palabras, cuando hablo acerca de estos temas comunes, no hay nada para inducir a la mente a creer que recibo mi conocimiento en una visión del Señor y que presento eso como tal.
[78]
Elena G. de White también reconoció que no era infalible en su comportamiento personal. Una vez escribió a su esposo:
Quisiera que mi yo se ocultara en Jesús. Desearía que el yo fuera crucificado. No pretendo infalibilidad, o incluso perfección del carácter cristiano. No estoy libre de errores y equivocaciones en mi vida. Si hubiera seguido a mi Salvador más de cerca, no tendría que lamentar tanto mi desemejanza con su querida imagen.[79]
Siguiendo este razonamiento, hay una experiencia en la Biblia que vale la pena notar en Hechos 21. El apóstol Pablo fue llamado especialmente para predicar a los gentiles. Porque no incluía la ley ceremonial judía en sus predicaciones, había ciertos cristianos judíos que lo miraban con sospecha. Al regresar a Jerusalén después de un exitoso viaje misionero entre los gentiles, fue persuadido a que prestara su influencia para la observancia de ciertos ritos ceremoniales que no se requerían más, con el propósito de reconciliarse con sus críticos. Elena G. de White hace el siguiente comentario significativo, que sin duda aplicaría a si misma también:
No fue autorizado por Dios que concediera tanto como se le había pedido. Esta concesión no estaba en armonía con sus enseñanzas, ni con la firme integridad de su carácter. Sus consejeros no eran infalibles. Aunque algunos de estos hombres escribieron bajo la inspiración del Espíritu de Dios, cuando no estaban bajo su influencia directa a veces erraban.
[80]
W. C. White no pretendió infalibilidad para su madre con relación a las fechas históricas y los detalles:
En algunos de los asuntos históricos que fueron desarrollados en Patriarcas y profetas y en Hechos de los apóstoles, así como en El conflicto de los siglos, los grandes bosquejos le fueron dados en forma muy clara y sencilla; y cuando ella comenzó a escribir acerca de estos temas, tuvo que estudiar la Biblia y la historia para conseguir fechas y relaciones geográficas, y para perfeccionar su descripción de los detalles.
[81]
W. C. White también escribió:
Con respecto a los escritos de mi madre y al empleo que se hace de ellos como autoridad sobre puntos de historia y cronología, mi madre nunca ha deseado que nuestros hermanos trataran esos escritos como una autoridad con respecto a detalles de historia, o datos históricos.
[82]
En resumen, Elena G. de White no pretendió no tener errores al escribir sobre cuestiones comunes y en asuntos de negocios que no involucraban consejos o mensajes del Señor. Reconoció que no era infalible en su vida personal, y su hijo no pensaba que se la debía usar como una autoridad en detalles de incidentes en sus escritos históricos. Es verdad, por supuesto, que nunca usó el término “infalible” para referirse a sí misma o a sus escritos en ningún contexto, pero sí pretendió que los mensajes que ella daba le fueron dados por el Señor.
[83]
¿Qué acerca de los errores que ella dice que cometió, no sólo en historia, sino en la ciencia, salud, teología y exégesis?[84]
Difícilmente podemos apreciar cómo eran los tiempos hace más de cien años cuando Elena G. de White escribió en las áreas de salud, ciencia y nutrición.
[85] Cuando ella habla de
malignidad en conexión con el tabaco en 1864, unos pocos reformadores de la salud estuvieron de acuerdo con ella, pero algunos médicos estaban prescribiendo el fumar cigarros para las enfermedades del pulmón. ¿Cómo supo ella qué postura adoptar? Cuando habló sobre los profundos efectos de la influencia prenatal en términos muy semejantes a los que se menciona la ciencia hoy, la ciencia sabía poco sino nada sobre el tema. Mientras que enfatizaba el ejercicio y aire fresco para los inválidos, muchos médicos les indicaban cuartos cerrados y prolongados reposos en cama. Sus consejos en relación con el aire viciado, el efecto de la dieta en la circulación de la sangre, el uso de sal, alcohol, la relación entre la mente y el cuerpo, y otros temas, han sido vindicados por las investigaciones modernas. Algunos críticos consideraron todas esas declaraciones como errores cuando las escribió por primera vez.
A causa de las dificultades y discrepancias, existen quienes se oponen a la voz profética moderna. Y también están aquellos que buscan “errores” en la Biblia. Elena G. de White encontró una gema valiosa de verdad sobre este tema en un sermón de Henry Melvill. Bajo la conducción del Espíritu Santo, reestableció esa gema y la preservó para nosotros:
Todos los errores no ocasionarán dificultad a un alma ni harán que ningún pie tropiece, a menos que se trate de alguien que elaboraría dificultades de la más sencilla verdad revelada.
[86]
El intento por probar que todos los supuestos “errores” en los escritos de Elena G. de White no son en realidad errores, no es un proceder fructífero. Si un crítico la acusa con diez errores, y se prueba que los diez no lo son, el crítico estará preparado con quince acusaciones más. Cada individuo debe decidir por sí mismo si el peso de la evidencia apoya o desacredita las pretensiones de Elena G. de White en cuanto al don profético.
Al estudiar pasajes difíciles en la Biblia o en otros escritos inspirados por el Espíritu Santo, es bueno hacerse las siguientes preguntas: ¿Comprendo realmente el contexto, el significado y la importancia de la declaración del escritor inspirado? ¿Puede entender plenamente la evidencia que está aparentemente en conflicto con la declaración inspirada? ¿Pueden armonizarse los dos tipos de registros? ¿Puedo razonablemente [p. 9] esperar a conseguir una mejor comprensión de un estudio posterior, experimento o iluminación divina? ¿Puede el asunto dejarse sin resolver? Para quienes oyen, el Espíritu Santo habla en forma clara mediante los escritos inspirados, sin considerar las dificultades ocasionales que puedan aparecer.
[87]
[78] Elena G. de White,
Mensajes selectos, vol. 1, p. 43.
[79] Carta 27, 1876.
[80] Elena G. de White,
Sketches from the Life of Paul [Reseñas de la vida de Pablo], p. 214.
[81] W. C. White según se cita en Elena G. de White,
Mensajes selectos, vol. 3, p. 528.
[82] W. C. White,
Ibíd., p. 510.
[83] Elena G. de White,
Mensajes selectos, vol. 3, pp. 53-98.
[84] The White Lie, pp. 32, 34, 37, 57, 138, 141, 164, 271.
[85] Véase Patrimonio de Elena G. de White,
Medical Science and the Spirit of Prophecy [La ciencia médica y el Espíritu de Profecía] (Washington, D. C.: Review and Herald, 1971), para más información sobre este tema.
[86] Elena G. de White,
Mensajes selectos, vol. 1, p. 18, c.f. Henry Melvill,
Sermons [Sermones] (Nueva York: Stanford and Swords, 1844), p. 131.
[87] Ron Graybill, “Ellen G. White’s Literary Work: An Update” [La obra literaria de Elena G. de White: Actualización], pp. 31, 32.