Parta catolicopalermo
Sobre el primado Romano, te adjunto mi respuesta a Gabaon:
Lo primero que hay que considerar es que la Iglesia de Roma, situada en la cabeza del mundo romano, era el centro natural de comunicaciones y, por tanto de relación entre las Iglesias cristianas.
Ante esta realidad práctica veamos cual fue el auténtico testimonio de Gregorio Magno
El Cap. III de la Constitución vaticana que trata “Dela naturaleza y razón del primado de Romano Pontífice” Dice así:
“La Iglesia romana, por disposición del Señor, posee el principado de potestad de jurisdicción del Romano Pontífice, que es verdaderamente episcopal , es inmediata. A esta potestad están obligados por el deber de subordinación jerárquica y de verdadera obediencia los pastores y fieles de cualquier rito y dignidad... Ahora bien, tan lejos está esta potestad del Sumo Pontífice de dañar a aquella ordinaria e inmediata potestad de jurisdicción episcopal por lo que los obispos que, puestos por el Espíritu Santo (Hechos 20:28) sucedieron a los Apóstoles, apacientan y rigen, como verdaderos pastores, cada uno la grey que le fue designada; que más bien esa misma es afirmada, robustecida y vindicada por el pastor supremo y universal, según aquello de San Gregorio Magno: “Mi honor es el honor de la Iglesia universal. Mi honor es el sólido vigor de mis hermanos. Entonces soy yo verdaderamente honrado, cuando no se niega el honor que a cada uno es debido”.
No me extraña amigo Gabaon que, junto al magisterio de tu Institución, pretendas ampararte en esta cita de Gregorio Magno para afirmar que la primacía universal del papa no daña en nada a la potestad episcopal. Aún más, pretendéis que es afirmada robustecida y vindicada por medio de aquella. Solo que el decreto vaticano se olvida de decirnos CÓMO ; y aún los mismos teólogos católicos no ven clara la manera de poder conciliar ambas jurisdicciones
El texto vaticano parece implicar que Gregorio Magno creyó que la exaltación del papa como “Pastor y Doctor de todos los cristianos (Desinger. núm. 1839) o sea: como Pastor supremo y universal” redundaba en honor de los demás obispos.
Pero el verdadero significado de las palabras de Gregorio Magno dicen todo lo contrario.
Las palabra de Gregorio forman parte de una vigorosa protesta formulada en aquellos días en que el honor de los obispos ya estaba siendo disminuido como ocurre siempre que alguno de ellos, como era entonces el caso del Patriarca de Constantinopla, asume para sí excesiva honra y honor. Y Gregorio afirma en su denuncia que rechaza incluso toda exagerada honra que se le confiera a él mismo. En realidad, las palabras de Gregorio son un rotundo mentís, innegable, a las pretensiones romanas de un obispo universal.
Los obispos de Constantinopla habían adoptado el título de OBISPO ECUMÉNICO, o universal. Repetidamente, Gregorio, obispo de Roma, denunció tal título de manera enérgica. He aquí lo que dice en su carta a Eulogio, obispo de Alejandría, de la cual el concilio Vaticano I sacó su referencia: Gregorio objeta a Eulogio el haberse dirigido a él “con esa presuntuosa denominación llamándome Papa universal. Os ruego que no me deis más este título, porque lo que se da a otro fuera de los justo requiere que sea tomado de lo vuestro. Yo no deseo distinguirme por título, sino por virtudes. Además , no juzgo que sea un honor para mi lo que causa detrimento a la honra de mis hermanos. Mi honor es el de toda la Iglesia. Mi honor es el sólido vigor de mis hermanos. Entonces soy verdaderamente honrado, cuando no se niega el honor que a cada es debido. Porque si Vuestra Santidad me llama a mi Papa Universal, negáis que vos seáis también lo que admitís que yo soy; (Obispo) universal. Déjense las palabras que alimentan la vanidad e hieren la caridad”.
Gregorio escribió otras cartas protestando en contra de la concesión del título de “Pastor Universal” tanto a sí como a cualquier otro prelado. Por ejemplo al emperador Mauricio para que prohibiese al patriarca de Constantinopla la adopción de este Título: “Toda vez que es la causa de Dios y no la mía, y no sólo yo sino toda la Iglesia se halla entregada a la confusión; y como quiera que las leyes sagradas, los sínodos venerables y las palabras de Nuestro Señor, sufren distorsión por la INVENCIÓN de este altisonante lenguaje, rogamos al muy piadoso emperador que sane la herida.... Pero lejos sea de los corazones cristianos es nombre blasfemo por medio del cual se arrebata el honor debido a todos los sacerdotes mientras que uno solo lo toma para sí mismo”
Al final pronunció la dura frase de quien deseara ser llamado obispo universal es precursor del ANTICRISTO.
La historia esta narrada de manera que denuncia las falsas apetencias del papa Pio IX, y de todos los papas a partir del cisma provocado también por una papa, que impuso al Vaticano I aquello que fue rechazado por Gregorio Magno y encima tuvo, y tenéis, el atrevimiento de usarlo, tergiversando, lo que realmente defendió Gregorio.
La historia fue como fue y como vosotros desearíais que fuese.
Bendiciones
Sobre el primado Romano, te adjunto mi respuesta a Gabaon:
Lo primero que hay que considerar es que la Iglesia de Roma, situada en la cabeza del mundo romano, era el centro natural de comunicaciones y, por tanto de relación entre las Iglesias cristianas.
Ante esta realidad práctica veamos cual fue el auténtico testimonio de Gregorio Magno
El Cap. III de la Constitución vaticana que trata “Dela naturaleza y razón del primado de Romano Pontífice” Dice así:
“La Iglesia romana, por disposición del Señor, posee el principado de potestad de jurisdicción del Romano Pontífice, que es verdaderamente episcopal , es inmediata. A esta potestad están obligados por el deber de subordinación jerárquica y de verdadera obediencia los pastores y fieles de cualquier rito y dignidad... Ahora bien, tan lejos está esta potestad del Sumo Pontífice de dañar a aquella ordinaria e inmediata potestad de jurisdicción episcopal por lo que los obispos que, puestos por el Espíritu Santo (Hechos 20:28) sucedieron a los Apóstoles, apacientan y rigen, como verdaderos pastores, cada uno la grey que le fue designada; que más bien esa misma es afirmada, robustecida y vindicada por el pastor supremo y universal, según aquello de San Gregorio Magno: “Mi honor es el honor de la Iglesia universal. Mi honor es el sólido vigor de mis hermanos. Entonces soy yo verdaderamente honrado, cuando no se niega el honor que a cada uno es debido”.
No me extraña amigo Gabaon que, junto al magisterio de tu Institución, pretendas ampararte en esta cita de Gregorio Magno para afirmar que la primacía universal del papa no daña en nada a la potestad episcopal. Aún más, pretendéis que es afirmada robustecida y vindicada por medio de aquella. Solo que el decreto vaticano se olvida de decirnos CÓMO ; y aún los mismos teólogos católicos no ven clara la manera de poder conciliar ambas jurisdicciones
El texto vaticano parece implicar que Gregorio Magno creyó que la exaltación del papa como “Pastor y Doctor de todos los cristianos (Desinger. núm. 1839) o sea: como Pastor supremo y universal” redundaba en honor de los demás obispos.
Pero el verdadero significado de las palabras de Gregorio Magno dicen todo lo contrario.
Las palabra de Gregorio forman parte de una vigorosa protesta formulada en aquellos días en que el honor de los obispos ya estaba siendo disminuido como ocurre siempre que alguno de ellos, como era entonces el caso del Patriarca de Constantinopla, asume para sí excesiva honra y honor. Y Gregorio afirma en su denuncia que rechaza incluso toda exagerada honra que se le confiera a él mismo. En realidad, las palabras de Gregorio son un rotundo mentís, innegable, a las pretensiones romanas de un obispo universal.
Los obispos de Constantinopla habían adoptado el título de OBISPO ECUMÉNICO, o universal. Repetidamente, Gregorio, obispo de Roma, denunció tal título de manera enérgica. He aquí lo que dice en su carta a Eulogio, obispo de Alejandría, de la cual el concilio Vaticano I sacó su referencia: Gregorio objeta a Eulogio el haberse dirigido a él “con esa presuntuosa denominación llamándome Papa universal. Os ruego que no me deis más este título, porque lo que se da a otro fuera de los justo requiere que sea tomado de lo vuestro. Yo no deseo distinguirme por título, sino por virtudes. Además , no juzgo que sea un honor para mi lo que causa detrimento a la honra de mis hermanos. Mi honor es el de toda la Iglesia. Mi honor es el sólido vigor de mis hermanos. Entonces soy verdaderamente honrado, cuando no se niega el honor que a cada es debido. Porque si Vuestra Santidad me llama a mi Papa Universal, negáis que vos seáis también lo que admitís que yo soy; (Obispo) universal. Déjense las palabras que alimentan la vanidad e hieren la caridad”.
Gregorio escribió otras cartas protestando en contra de la concesión del título de “Pastor Universal” tanto a sí como a cualquier otro prelado. Por ejemplo al emperador Mauricio para que prohibiese al patriarca de Constantinopla la adopción de este Título: “Toda vez que es la causa de Dios y no la mía, y no sólo yo sino toda la Iglesia se halla entregada a la confusión; y como quiera que las leyes sagradas, los sínodos venerables y las palabras de Nuestro Señor, sufren distorsión por la INVENCIÓN de este altisonante lenguaje, rogamos al muy piadoso emperador que sane la herida.... Pero lejos sea de los corazones cristianos es nombre blasfemo por medio del cual se arrebata el honor debido a todos los sacerdotes mientras que uno solo lo toma para sí mismo”
Al final pronunció la dura frase de quien deseara ser llamado obispo universal es precursor del ANTICRISTO.
La historia esta narrada de manera que denuncia las falsas apetencias del papa Pio IX, y de todos los papas a partir del cisma provocado también por una papa, que impuso al Vaticano I aquello que fue rechazado por Gregorio Magno y encima tuvo, y tenéis, el atrevimiento de usarlo, tergiversando, lo que realmente defendió Gregorio.
La historia fue como fue y como vosotros desearíais que fuese.
Bendiciones