EL AMOR DE DIOS
Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo
para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por él.
El que en él cree, no es condenado;
pero el que no cree, ya ha sido condenado,
porque no ha creído en el nombre
del unigénito Hijo de Dios.
Y esta es la condenación:
que la luz vino al mundo,
y los hombres amaron
más las tinieblas que la luz,
porque sus obras eran malas.
S. Juan 3:16-19 RVR1960
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar
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Y nosotros hemos conocido
y creído el amor que Dios
tiene para con nosotros.
Dios es amor;
y el que permanece en amor,
permanece en Dios, y Dios en él.
En esto se ha perfeccionado
el amor en nosotros,
para que tengamos confianza
en el día del juicio;
pues como él es,
así somos nosotros en este mundo.
En el amor no hay temor,
sino que el perfecto amor
echa fuera el temor;
porque el temor lleva en sí castigo.
De donde el que teme,
no ha sido perfeccionado en el amor.
Nosotros le amamos a él,
porque él nos amó primero.
1 Juan 4:16-19 RVR1960
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros,
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Mirad cuál amor nos ha dado el Padre,
para que seamos llamados hijos de Dios;
por esto el mundo no nos conoce,
porque no le conoció a él.
Amados, ahora somos hijos de Dios,
y aún no se ha manifestado
lo que hemos de ser;
pero sabemos que cuando él se manifieste,
seremos semejantes a él,
porque le veremos tal como él es.
Y todo aquel que tiene
esta esperanza en él,
se purifica a sí mismo,
así como él es puro.
1 Juan 3:1-3 RVR1960
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado
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Cercano está Jehová a todos los que le invocan,
A todos los que le invocan de veras.
Cumplirá el deseo de los que le temen;
Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará.
Jehová guarda a todos los que le aman,
Mas destruirá a todos los impíos.
La alabanza de Jehová proclamará mi boca;
Y todos bendigan su santo nombre eternamente
y para siempre.
Salmos 145:18-21 RVR1960
Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará. Jehová guarda a todos los q
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Además, el Espíritu Santo
nos ayuda en nuestra debilidad.
Por ejemplo, nosotros no sabemos
qué quiere Dios que le pidamos en oración,
pero el Espíritu Santo ora por nosotros
con gemidos que no pueden
expresarse con palabras.
Y el Padre, quien conoce cada corazón,
sabe lo que el Espíritu dice,
porque el Espíritu intercede
por nosotros, los creyentes,
en armonía con la voluntad de Dios.
Y sabemos que Dios hace que todas las cosas
cooperen para el bien
de quienes lo aman y son llamados
según el propósito que él tiene para ellos.
¿Acaso hay algo que pueda
separarnos del amor de Cristo?
¿Será que él ya no nos ama
si tenemos problemas o aflicciones,
si somos perseguidos o pasamos hambre
o estamos en la miseria o en peligro
o bajo amenaza de muerte?
Claro que no, a pesar de todas estas cosas,
nuestra victoria es absoluta
por medio de Cristo, quien nos amó.
Y estoy convencido de que nada
podrá jamás separarnos del amor de Dios.
Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios,
ni nuestros temores de hoy
ni nuestras preocupaciones de mañana.
Ni siquiera los poderes del infierno
pueden separarnos del amor de Dios.
Ningún poder en las alturas
ni en las profundidades, de hecho,
nada en toda la creación podrá jamás
separarnos del amor de Dios,
que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Romanos 8:26-28, 35, 37-39 NTV
Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden
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Con cuerdas humanas los atraje,
con vínculos de amor.
Fui para ellos como los
que ponen un bebé
contra sus mejillas
y me inclinaba hacia
ellos para alimentarlos.
Oseas 11:4 RVA2015
Con cuerdas humanas los atraje, con vínculos de amor. Fui para ellos como los que ponen un bebé contra sus mejillas y me inclinaba hacia ellos para alimentarlos.
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