YO QUIERO LO QUE QUIERAS TÚ
Sé tú mi roca de seguridad,
donde siempre pueda esconderme.
Da la orden de salvarme,
porque tú eres mi roca y mi fortaleza.
Dios mío, rescátame
del poder de los perversos,
de las garras de los crueles opresores.
Oh Señor, solo tú eres mi esperanza;
en ti he confiado, oh Señor ,
desde mi niñez.
Así es, estás conmigo
desde mi nacimiento;
me has cuidado desde
el vientre de mi madre.
¡Con razón siempre te alabo!
Mi vida es un ejemplo para muchos,
porque tú has sido mi fuerza y protección.
Por eso nunca puedo dejar de alabarte;
todo el día declaro tu gloria.
Y ahora, en mi vejez,
no me hagas a un lado;
no me abandones
cuando me faltan las fuerzas.
Seguiré con la esperanza de tu ayuda;
te alabaré más y más.
A todos les hablaré de tu justicia;
todo el día proclamaré tu poder salvador,
aunque no tengo facilidad de palabras.
Alabaré tus obras poderosas,
oh Señor Soberano, y les contaré a todos
que solo tú eres justo.
Oh Dios, tú me has enseñado
desde mi tierna infancia,
y yo siempre les cuento a los demás
acerca de tus hechos maravillosos.
Ahora que estoy viejo y canoso,
no me abandones, oh Dios.
Permíteme proclamar tu poder
a esta nueva generación,
tus milagros poderosos
a todos los que vienen después de mí.
Tu justicia, oh Dios,
alcanza los cielos más altos;
¡has hecho cosas tan maravillosas!
¿Quién se compara contigo, oh Dios?
Has permitido que sufra muchas privaciones,
pero volverás a darme vida y me levantarás
de las profundidades de la tierra.
Me restaurarás incluso a mayor honor
y me consolarás una vez más.
Salmos 71:3-9, 14-21 NTV
Sé tú mi roca de seguridad, donde siempre pueda esconderme. Da la orden de salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza. Dios mío, rescátame del poder de los perversos, de las garras de los crueles
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Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel.
Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
El sol no te fatigará de día,
Ni la luna de noche.
Jehová te guardará de todo mal;
Él guardará tu alma.
Jehová guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre.
Salmos 121:1-8 RVR1960
Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se a
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