𝗝𝗘𝗦𝗨́𝗦, 𝗭𝗔𝗤𝗨𝗘𝗢 𝗬 𝗘𝗟 𝗟𝗟𝗔𝗠𝗔𝗠𝗜𝗘𝗡𝗧𝗢 𝗘𝗙𝗜𝗖𝗔𝗭 𝗗𝗘𝗟 𝗤𝗨𝗘 𝗦𝗢𝗡 𝗢𝗕𝗝𝗘𝗧𝗢 𝗟𝗢𝗦 𝗘𝗟𝗘𝗚𝗜𝗗𝗢𝗦
Daniel Nicolas Pastore
Lucas19:1-10 Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad.
2 Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,
3 procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura.
4 Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.
5 Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
6 Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.
7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.
8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
9 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.
10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Lo primero que resalta en este relato, es que cómo alguien que cumplía un oficio tan caracterizado por acciones injustas, tenía tantos deseos de ver al Señor Jesús, y creo que la respuesta la encontramos en que Dios atrae eficazmente a aquéllos que han sido escogidos para salvación. Y esta verdad no es la invención de ningún teólogo, sino la clara enseñanza que está en toda la Biblia, pues escrito está en el Salmo 65:4:
Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti,
Para que habite en tus atrios;
Seremos saciados del bien de tu casa,
De tu santo templo.
Esa atracción eficaz en la misma que experimentó otro publicano llamado Leví, que estando sentado en la mesa de los tributos, se levantó y dejó todo al escuchar las Palabras de Dios hecho hombre, diciéndole: "𝙨𝙞́𝙜𝙪𝙚𝙢𝙚". (Marcos 2:13-17). Ese publicano fue Mateo, el discípulo y autor del Evangelio según Mateo.
Dicha atracción dirigida a los elegidos, es tan pero tan poderosa, que no hay circunstancia que pueda desalentar a venir a la salvación a quienes son atraídos, y un ejemplo de esto es el caso de la mujer sirofenicia, quien al escuchar palabras tales como: “𝘿𝙚𝙟𝙖 𝙥𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙚 𝙨𝙖𝙘𝙞𝙚𝙣 𝙡𝙤𝙨 𝙝𝙞𝙟𝙤𝙨, 𝙥𝙤𝙧𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙤 𝙚𝙨𝙩𝙖́ 𝙗𝙞𝙚𝙣 𝙩𝙤𝙢𝙖𝙧 𝙚𝙡 𝙥𝙖𝙣 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙝𝙞𝙟𝙤𝙨 𝙮 𝙚𝙘𝙝𝙖𝙧𝙡𝙤 𝙖 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙧𝙞𝙡𝙡𝙤𝙨..." (Mateo 15;27)”, insistió con una afirmación que ha quedado estampada en la historia de la salvación, de cómo, aquéllos que son llamados mediante la gracia irresistible, son sostenidos para que nada los detenga, y esa verdad se deja ver en forma gloriosa con la respuesta de la mujer: Respondió ella y le dijo: “𝙎𝙞́, 𝙎𝙚𝙣̃𝙤𝙧; 𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙖𝙪𝙣 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙧𝙞𝙡𝙡𝙤𝙨, 𝙙𝙚𝙗𝙖𝙟𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙢𝙚𝙨𝙖, 𝙘𝙤𝙢𝙚𝙣 𝙙𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙢𝙞𝙜𝙖𝙟𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙝𝙞𝙟𝙤𝙨”. (Mateo 15.28). Y de esto se desprende una poderosa verdad que concierne a la evangelización, y es que no se necesita prometer panes y peces para que los muertos espirituales vengan a Cristo, sino simplemente descansar en la verdad que el mismo Señor nos ha revelado en Juan 6:37, contexto en el cual, el Señor Jesucristo se estaba negando a volver a saciar el hambre de aquéllos a quienes un día antes había alimentado: "𝙏𝙤𝙙𝙤 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙡 𝙋𝙖𝙙𝙧𝙚 𝙢𝙚 𝙙𝙖, 𝙫𝙚𝙣𝙙𝙧𝙖́ 𝙖 𝙢𝙞́; 𝙮 𝙖𝙡 𝙦𝙪𝙚 𝙖 𝙢𝙞́ 𝙫𝙞𝙚𝙣𝙚, 𝙣𝙤 𝙡𝙚 𝙚𝙘𝙝𝙤 𝙛𝙪𝙚𝙧𝙖".
Pero volviendo al relato de Zaqueo, otro aspecto importante para destacar, es que cuando Zaqueo le dice al Señor Jesús: “𝙃𝙚 𝙖𝙦𝙪𝙞́, 𝙎𝙚𝙣̃𝙤𝙧, 𝙡𝙖 𝙢𝙞𝙩𝙖𝙙 𝙙𝙚 𝙢𝙞𝙨 𝙗𝙞𝙚𝙣𝙚𝙨 𝙙𝙤𝙮 𝙖 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙤𝙗𝙧𝙚𝙨; 𝙮 𝙨𝙞 𝙚𝙣 𝙖𝙡𝙜𝙤 𝙝𝙚 𝙙𝙚𝙛𝙧𝙖𝙪𝙙𝙖𝙙𝙤 𝙖 𝙖𝙡𝙜𝙪𝙣𝙤, 𝙨𝙚 𝙡𝙤 𝙙𝙚𝙫𝙪𝙚𝙡𝙫𝙤 𝙘𝙪𝙖𝙙𝙧𝙪𝙥𝙡𝙞𝙘𝙖𝙙𝙤”, lo que estaba poniéndose de manifiesto es que en el llamamiento eficaz está incluido el arrepentimiento que caracteriza a los que han pasado de muerte a vida. Es decir, dicho arrepentimiento no es condición para la salvación, sino la evidencia de la misma, principio que el apóstol Pedro, según lo que leemos en Hechos 2:28, cuando le dice a una multitud estremecida y bajo convicción espiritual que debían arrepentirse y bautizarse para recibir el don del Espiritu Santo, evidenciaba que no comprendía muy bien, sino que lo comprendería más adelante, cuando en la casa de Cornelio, todos los que estaban escuchando el mensaje, fueron llenos del Espíritu Santo, sin necesidad de que se les mencionara que necesitaban arrepentirse y bautizarse. Está claro que Dios había actuado según un orden diferente al presentado por Pedro en Hechos 2:38, en donde se nos presenta el registro inspirado de una acción propia, de alguien que está en camino de entender lo que en verdad es la gracia irresistible. Veamos lo que pasó en la casa de Cornelio y la reacción de Pedro:
Hechos 10:44-48
44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso.
45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.
46 Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.
47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?
La conclusión es que todos estos ejemplos citados, tienen importantes enseñanzas concernientes a la evangelización. Y creo que en cuanto a lo que a la evangelización se refiere, hay dos extremos que debemos evitar: uno de esos extremos es el de la evangelización que se cimenta en el semipelagianismo, que como niega doctrinas como la total depravación y la gracia irresistible, apela a métodos humanos que en vez de agregar piedras vivas al edificio espiritual que es la Iglesia de Cristo, amontonan escombros y han llenado las iglesias y los púlpitos de gente no regenerada, cayendo en la fatuidad de creer que si presentan el mensaje acompañándolo con hip hop o reggaeton, habrá mayores posibilidades de que el mensaje llegue.
El otro extremo que también debemos evitar es aquella enseñanza reformada que enseña que la evangelización consiste en encerrar al pecador bajo los rígidos barrotes de la ley, porque según dicen los teólogos que sostienen este error, el presentarles las demandas de la ley, los sumirá en una desesperación que los arrojará a los brazos del evangelio. Lo que primero salta a la vista de este otro extremo a evitar, es que los reformados que afirman esto, incurren en una tremenda contradicción con las doctrinas que dicen profesar. Pues por un lado dicen creer que la regeneración antecede a la fe (lo cual es correctísimo) y por otro lado dicen que hay que encerrar al pecador bajo la ley para sumirlo en la impotencia que lo llevará a Cristo. ¿Será que quienes afirman esto, se olvidaron que mediante la previa regeneración que es parte del llamamiento eficaz, Dios escribe la ley en la mente y los corazones de aquéllos a quienes llama eficazmente?
Básicamente, lo que debe quedar muy en claro en el mensaje evangelístico es que quienes oyen, escuchen con claridad que están perdidos y que Cristo murió y resucitó para que tengan vida eterna, Y Dios hará el resto, atrayendo a aquéllos que desde la eternidad les ha dado a su Hijo.
𝕾𝖔𝖑𝖎 𝕯𝖊𝖔 𝕲𝖑𝖔𝖗𝖎𝖆