Es más, Rudolfo, es típico entre los protestantes aludir a la necesidad de nacer de nuevo. No voy a entrar en cuándo se produce tal cosa según la enseñanza de la Iglesia Católica, pero sí hago las siguientes preguntas: ¿acaso uno puede elegir nacer de nuevo?, ¿desde cuándo el nacimiento depende de la voluntad propia?
¿Elegimos en su día nacer de nuestras madres? No, ¿verdad? ¿entonces cómo elegiremos nacer del Espíritu? Y el que ha nacido, ¿puede presumir de ello como si fuera atribuible a él tal nacimiento?
La mera idea de que nacer de nuevo depende esencialmente del hombre es una herejía pelagiana o semipelagiana de primer orden. Cosa que sería realmente peculiar en aquellos que dicen creer en el sola fide y el sola gratia.