Ricardo;n3277459 dijo:
-Tengo por Padres Apostólicos a Clemente I de Roma, Ignacio de Antioquía, Policarpo, Bernabé y Hermas, todos del segundo siglo. Orígenes enseñó y escribió en el tercero.
eres deshonesto y con ganas:
Ricardo;n3277435 dijo:
-Te lo pondré más sencillo tadavía: en la época patrística no preocupaba a las iglesias el bautismo infantil (no lo había) sino el catecumenado demasiado cuidadoso.
Saludos cordiales
ahora que fuiste pillado en tu mala intención sales a decir que que hablabas de los Padres apostólicos. . La patrística no solo abarca el período de los Padres Apostólicos. pero bueno, no me extraña nada de tu comportamiento.
pero ya que TU MISMO LE DISTE VALOR AL CATECISMO PARA SUSTENTAR la LINEA DE TIEMPO del bautismo de niños ... TOMA:
I. LA DOCTRINA TRADICIONAL
SOBRE EL BAUTISMO DE LOS NIÑOS
Una praxis inmemorial
4. Tanto en Oriente como en Occidente, la praxis de bautizar a los niños es considerada como una
norma de tradición inmemorial. Orígenes, y más tarde San Agustín, ven en ella una
«tradición recibida de los Apóstoles»[2]. Cuando en el siglo II aparecen los primeros
testimonios directos,
ninguno de ellos presenta jamás el bautismo de los niños como una innovación. San Ireneo, en particular, considera obvia la presencia entre los bautizados «de niños pequeños y de infantes», al lado de adolescentes, de jóvenes y de personas adultas[3]. El más antiguo ritual conocido, que describe al principio del siglo III la
Tradición Apostólica, contiene la prescripción siguiente: «Se bautizará en primer lugar a los niños; todos los que pueden hablar solos, que hablen; por los que no pueden hacerlo, que hablen sus padres, o alguno de su familia»
[4]. San Cipriano, en un Sínodo de Obispos Africanos, afirmaba «que no se puede negar la misericordia y la gracia de Dios a ningún hombre que viene a la existencia»; y el mismo Sínodo, invocando la «igualdad espiritual» de todos los hombres «de cualquier estatura y edad», decretó que se podían bautizar los niños «a partir del segundo o tercer día del nacimiento»
[5].
5. Indudablemente, la praxis del bautismo de los niños ha conocido una cierta regresión durante el siglo IV. En esa época, cuando los mismos adultos aplazaban su iniciación cristiana, por el temor de las faltas futuras y por el miedo de la penitencia pública, muchos padres diferían, por los mismos motivos, el bautismo de sus niños. Pero al mismo tiempo consta que hubo Padres y Doctores, como Basilio, Gregorio Niceno, Ambrosio, Juan Crisóstomo, Jerónimo, Agustín, que, aunque bautizados en edad adulta por las mismas razones, sin embargo reaccionaron en seguida con energía, pidiendo con insistencia a los adultos que no retrasaran el bautismo necesario para la salvación
[6]; y muchos de ellos insistían a fin de que el bautismo se administrara también a los niños
[7].