Bendecir es simplemente "hablar bien", pues "ni yo te condenó" es una bendición.-No leemos que Jesús bendijera a la mujer adúltera (no era prostituta) sino que le dijo: "Ni yo te condeno; vete y no peques más" (Jn 8:11). El problema no está en bendecir a una persona sino a una pareja en estado pecaminoso por antinatural.
"Yo no juzgo a nadie, las palabras que he dicho son las que los juzgarán el día del juicio"
Toca decirles a ciertas personas "yo no te condeno, ve en paz, pero recuerda... No peques más"
En la fórmulacion de la bendición está el meollo de todo.