Edgar,
Veo que no captaste completamente la idea.
Adán fue creado justo y vivificado espiritualmente recibió el mandamiento para que continuara vivo (físicamente y espiritualmente] si obedecía o que moriría si desobedecía.
Israel, en cambio, parte de una situación caída, con muerte espiritual y física y en esas condiciones recibe una ley espiritual, imposible de cumplir desde la carne.
Bajo el supuesto negado que la ley podría vivificarnos espiritualmente y físicamente, el sacrificio de Cristo seria menoscabado.
Por eso, la ley fue promulgada, para tomar conciencia que somos pecadores y para que conscientes de nuestra impotencia, miremos hacia afuera en busca de un salvador, por eso la Ley nos conduce a Cristo, Cristo es el fin de la Ley.
Que la Ley fue dada para resucitar físicamente y espiritualmente al pecador es una creencia errónea y generalizada en el mundo evangélico dominical.
Adán era justo cuando recibió la ley, pero debía obedecer para mantenerse justo y no para salvarse porque siendo aun justo, no necesitaba de un Salvador.
En Cristo, somos resucitados espiritualmente y en Cristo cumplimos la ley para mantenernos vivos espiritualmente (el pecado nos separa de Dios) y en Cristo, resucitaremos físicamente.
Todo se circunscribe a obediencia y adoración a Dios, de corazón, tangibilizada en su ley.
Bendiciones
Bendiciones
