Forista Alissa:
¿Usted quiere que todos se salven, sin la necesidad de creer en la obra de Jesucristo?
Buen punto.
Nicodemo, cuando escuchó que debía nacer de nuevo, entendió que los honores de sus credenciales, como miembro activo del exclusivismo religioso del Sanedrín, máximo Tribunal de Justicia Judío, no le servirían de nada para entrar al reino de los cielos, leemos:
Jua 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
Nicodemo, debía desprenderse de su pesada carga de maquinaria religiosa antes de aprender la divina simplicidad del plan de salvación de Dios.
Debía descender de la cumbre del saber rabínico y de la religión tradicional, y aprender el alfabeto del Evangelio en la escuela de Cristo.
Esto era muy humillante para “un hombre de los fariseos”, “un principal entre los judíos”, un “maestro de Israel”.
En ninguna cosa el hombre es más tenaz que en cuanto a su religión y a su saber.
Y, a oídos de Nicodemo, debe de haber sonado extraño que aquel que había “venido de Dios como maestro” le dijera:
“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3)
En contraste, la dramática conversión de Saulo en su camino a Damasco, cuando el mismo Señor descendió del cielo y lo evangelizó personalmente, lo dejó completamente seguro de en quién había creído, tal como testifica después, en referencia a sus credenciales en la carne, leemos:
Flp 3:4 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más:
Flp 3:5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
Flp 3:6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.
Flp 3:7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
Flp 3:8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,
Flp 3:9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
1Co_16:22
El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene.
Forista Alissa: No se confunda, porque de modo alguno, acepto ya nada de su doctrina. Claramente, se ve que lleva a negar a Jesucristo, a todas luces. De hecho, y según Pablo, le tendría que considerar anatema. Pero aún tengo la esperanza de que el Señor le dé la debida luz y entendimiento, venga a arrepentimiento, y sea salvo.
SI, EFECTIVAMENTE, EL PROBLEMA DE ESTE VARÓN ES QUE NO AMA AL SEÑOR JESUCRISTO, Y LO REDUCE A NIVEL DE CUALQUIER OTRO "DIOS" DE LAS RELIGIONES DEL MUNDO.