¿EL EVANGELIO DE CRISTO ABARCA EL COSMOS?

ja,ja,ja...
 
REFLEXIONES SOBRE SERES VIVIENTES EN OTROS LUGARES DEL ESPACIO

MILLONES DE MILLONES


Apo 5:8 Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;
Apo 5:9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
Apo 5:10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
Apo 5:11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones,

POBLACIÓN CÓSMICA

1. Ángeles
2. Seres vivientes
3. Ancianos

Los eruditos bíblicos apelan a las coronas de los ancianos como representando la Iglesia puesto que el tipo de corona pertenece al que se otorga como premio por haber servido a Cristo durante la tierra.

Y los seres vivientes, habitantes de otros lugares del Espacio que asisten al ungimiento del Santo de los santos.

Es muy probable que este ungimiento tenga lugar en el cielo, antes de las Bodas del Cordero y su descenso a la Tierra como Rey de reyes y Señor de señores para juzgar las naciones y establecer su reino milenial.

Dan_9:24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable,
y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.



Son caídos, Aquí están descritos también:

En las páginas del Ramaiana ―gran poema épico hinduista del siglo III a. C. atribuido el poeta Valmiki― se encuentran alusiones a carros voladores que habrían sido utilizados en el curso de las guerras entre los dioses del panteón hinduista. El demonio Rávana poseía un pushpaka (vimana de flores) con el que podía volar.

Mientras se iban desarrollando estas cosas, Rama, el Kakutsida, le dijo a Vibhishana: «Ocúpate de procurarme un pronto regreso a mi ciudad. El camino a Aiodhiá es muy difícil de recorrer». A lo que respondió Vibhishana: «Hijo de monarca de la Tierra, yo cuidaré que te conduzcan a tu ciudad. Hay un carro llamado pushpaka, carro incomparable, resplandeciente como el Sol y que marcha por sí mismo. Montado sobre ese carro, él te conducirá sin inquietud hasta Aiodhiá. Tras estas palabras Vibhishana llamó urgentemente al carro parecido al Sol, acompañado por su hermano y por la ilustre videhana, encendida de rubor. El raghuida, ya montado, le dijo a Sugriva: «Apresúrate a subir en el carro con tus generales, Sugriva. Sube también con tus ministros, Vibhishana, monarca de los rakshasas. Al instante, Sugriva con los reyes de los simios, y Vibhishana con sus ministros, llenos de alegría, montaron en el gran carro pushpaka. Cuando todos estuvieron embarcados, Rama ordenó al vehículo que partiese y el incomparable carro de Kuvera se elevó hacia el mismo seno de los cielos. El carro volaba como una gran nube empujada por los vientos. Desde allí paseando su mirada por doquier, el guerrero descendiente de Raghú, dijo a Sita la mithiliana, la del rostro bello como el astro de la noche: «Mira, ya veo el palacio de mi madre... ¡Aiodhiá! ¡Inclínate ante ella, Sita, mi videhana, hete aquí de regreso!». Apenas la muchedumbre, presurosa, les vio llegar como un segundo sol y con tan rápida marcha, el aire fue rasgado con potentes gritos de alegría, lanzados por ancianos, mujeres y niños. Todos gritaban: «¡Aquí está Rama!». Bharata, pasando de la tristeza a la alegría, se acercó, con las manos juntas y honró a Rama: «Sé bienvenido», pronunció, con el respeto que le merecía su hermano. Pero éste se apresuró a alzarlo, lo apretó contra su pecho y lo estrechó entre sus brazos con alegría.

Valmiki, Ramaiana[
 
Última edición:
Ya que estamos en la era de Kali, a la que entramos hace más de cinco mil años atrás, nuestras facultades espirituales y psíquicas se dice que se han reducido a una mera sombra de su poder original, estamos presenciando el surgimiento de tecnologías avanzadas que nos permiten aventurarnos cada vez más profundamente en el espacio exterior y visitar otros cuerpos planetarios.

Las Escrituras Puránicas dicen que mientras que en el Satya Yuga, los humanos tenían todos los dones que ahora consideramos como sobrenaturales.

En el Treta Yuga tuvieron que utilizar los mantras (o fórmulas verbales) para acceder a esos poderes, o al control de sus Vimanas (vehículos voladores) y también sus armas (astras y shastras), porque la guerra se había convertido en un hecho de la vida para entonces. En el Dvapara Yuga, necesitaban yantras (signos y dibujos mágicos).

La ciencia y la tecnología son mencionadas e incluso descritas, pero son consideradas como muletas construidas por el ser humano en degeneración, con el fin de compensar la pérdida de las facultades naturales.

En el Kali Yuga, como era previsible, debieron ser construidas y operadas máquinas (kritakas) con metales y otras sustancias materiales, y propulsadas por energía física generada por la quema de sustancias o de otra manera el aprovechamiento de sustancias materiales.

Los Mantras, Yantras y Tantras todavía existen, aunque muchos, al parecer se perdieron, pero ya que su poder está en lo invisible o por lo menos en niveles de la existencia espiritual y psíquica matemáticamente imposibles de cuantificar, no son considerados relevantes por nuestros líderes tecnócratas e intelectuales. El poder de nuestras tecnologías está, por tanto, paradójicamente, arraigado a nuestras limitaciones como especie que ese descrita como una sombra de su glorioso ser original.
 
Expresiones como "yantras y trantas" el Kali Yuga, astras y chastras y toda suerte de vocablos extraños.

Solo es propio en personas iniciadas en religiones orientales.

Aquí el tema es el Cosmos y su asociación con Cristo.