Re: El Divorcio y Los Divorciados
Estimado Davidmaría
Aquí tiene uno de mis aportes, le invito a contar las citas bíblicas que puse aquí; ya que usted mentirosamente dice que yo no cito ni un solo texto bíblico...
Saludos
Estimada Aguiladorada..
Apreciada hermana, estamos muy bien gracias a la bondad de Dios. Agradezco su preocupación… Y ¿como está usted de su salud… y sus hijas?
Estimada Teresita, desde aquí responderé al tema presentado por evanom.
Como muy bien dice usted, el tema es difícil y conflictivo; y por cierto se puede prestar para malentender nuestras opiniones. La verdad es que cuando nos encontramos frente a la Palabra de Dios, no podemos actuar separados de ella; y aunque ella nos corte la cabeza, debemos ceñirnos a su correcta interpretación.
El divorcio, no es permitido por nuestro Dios. Esto dijo Jesús en relación al divorcio cuando fue requerido por los fariseos:
“Dícenle, ¿Por qué, pues, Moisés mandó dar carta de divorcio, y repudiarla?”
“Por la DUREZA DE VUESTRO CORAZÓN Moisés, os permitió repudiar a vuestras mujeres: más AL PRINCIPIO no fue así” (Mat. 19:7,8)
Jesús reconoce que el divorcio se practicaba entre los judíos, pero se encarga de dejar en claro, que no era un mandato de Dios, sino una solución “de parche” en razón a la dureza del corazón de los judíos. Dureza en aceptar la voluntad de Dios en relación al matrimonio.
Jesús dijo: “al principio no fue así”… ¿Cómo fue al principio?, al principio, Dios estableció o instituyó el matrimonio, y lo hizo para toda la vida: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y allegarse ha a su mujer, y serán una sola carne.” (Gen. 2:24)
Esta unión, no es solo una unión de palabra, o un compromiso o un pacto celebrado bajo un documento; sino que es una realidad, es un misterio, que aquellos que se unen en matrimonio, llegan a ser UNA SOLA CARNE. El apóstol Pablo reafirma este concepto en Efesios cap. 5, y enseña que “somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos” (Efesios 5:30)
Y añade: “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se allegará a su mujer, y serán dos en una sola carne” (vers. 31) y continúa diciendo: “Este misterio grande es” (vers.32)… y lo relaciona estrechamente con la unión mística que existe entre Cristo y la iglesia: “más yo digo esto con respecto a Cristo y a la iglesia.” (vers. 32)
Esta unión es para toda la vida, el hombre y la mujer que se unen en matrimonio, quedan enlazados para toda la vida, el vínculo del matrimonio solo puede ser deshecho por la muerte de uno de los dos cónyuges; así dice su Palabra:
“Porque la mujer que está sujeta a marido, mientras el marido vive, está obligada a la ley; mas muerto el marido, libre es de la ley del marido.” (Rom. 7:2)
Entonces de la manera en que Dios instituyó (no Moisés) el matrimonio, así conviene que lo observemos o respetemos nosotros los cristianos. Dios dijo que era para toda la vida, y Jesús lo reivindicó diciendo: “Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mat. 19:6) A pesar que “Moisés” (no Dios) permitió dar carta de divorcio, pero obligado por la dureza del corazón del hombre. Jesús aceptó y validó la postura de Dios y no la de Moisés: “Por la dureza de vuestro corazón Moisés (no Dios) os permitió repudiar a vuestras mujeres: MAS AL PRINCIPIO (conforme a la voluntad de Dios) NO FUE ASÍ” (Mat. 19:8)
Moisés permitía divorciarse de la mujer por cualquier razón aparentemente válida. Pero Jesús, sin pasar a llevar la permisión de Moisés, redujo esta posibilidad de divorcio, solo a un motivo, la fornicación (que se constituye ipso facto en adulterio).
“Y YO (no Moisés) os digo, que cualquiera que repudiare a su mujer, si no fuere por causa de fornicación, y se casare con otra, adultera: y el que se casare con la repudiada, adultera” (Mat. 19:9)
Es decir, Jesús redujo a la fornicación el motivo para divorciarse, pero también reguló la condición del divorciado: “Quédese sin casar”, cuando dice que el divorciado si se casa con otra adultera y quien se casare con el (ella) asimismo se convierte en adultero-a; es porque esta reduciendo el estado del divorciado a quedarse sin casar. Pablo refrendó la postura de Jesús, y citó como voluntad y enseñanza de Jesús; que el divorciado debe quedarse sin casar:
“Más a los que están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, SINO EL SEÑOR: que la mujer no se parte del marido, y si se apartare, que se quede SIN CASAR, o reconcíliese con su marido; y que el marido no despida a su mujer” (1 Cor. 7:10,11)
Ahora, aquellos que por cualquier razón han llegado a la instancia del divorcio, deben ser tratados de acuerdo al contexto de su divorcio; por ejemplo, si alguno llegó al conocimiento del evangelio siendo ya divorciado, si alguno se divorció porque la mujer o el marido les obligó por cualquier razón; etc. Etc. Cualquiera sea la causa del divorcio, debe ser tratado por su pastor o quien corresponda, y siempre el trato debe estar dirigido a que el afectado, alcance la salud de Dios, …pero igualmente, bajo los parámetros que Dios a establecido y no de acuerdo a soluciones acomodaticias del pastor o consejero, que por otro lado, vayan directamente en contra de la voluntad de Dios; y que sin embargo, lejos de ser una verdadera libertad espiritual para el divorciado-a, se transforma en peores lazos de cautividad. De ahí, por ejemplo, que tenemos hasta ministros o pastores, que han dejado a su mujer, y se han casado de nuevo, y así ministran, en total desacuerdo con la Palabra y la voluntad de Dios que dicen predicar. Y lo más llamativo, y que viene a ser una característica particular, prácticamente en todos los casos; en que siempre que se divorcian y se vuelven a casar; es con una mujer jovencita, mucho más joven y más bonita que la repudiada; …señal inequívoca, que la actitud a tomar (divorcio) es carne, y solo carne lo que movió al ministro o al hombre, a dejar a su mujer. Estos ya han sido condenados POR LA PALABRA DE DIOS.
Apreciada hermana teresita, Diois le bendiga rica y abundantemente.
Su hermano en Cristo... Dagoberto
Estimado Davidmaría
Aquí tiene uno de mis aportes, le invito a contar las citas bíblicas que puse aquí; ya que usted mentirosamente dice que yo no cito ni un solo texto bíblico...
Saludos