El Dios del AT y el NT son el mismo Dios. Solo que Dios es directo con los que conocen la verdad. Los que la ignoran tienen oportunidad, si sus acciones no han ido muy lejos.
Los primeros cristianos tuvieron persecución y fueron muertos. Algunos justamente y otros injustamente.
Jesús les dijo a los justos que estaban en el mundo para testificar por él, que morirían; serían perseguidos y decapitados por su fidelidad hacia él. ¿es por eso Dios un Dios de maldad? que castiga a quien ama. Catigó a su Hijo para darnos vida y a sus hijos mártires para que por ellos, nosotros conociésemos el evangelio.
Veamos qué dice la palabra:
Hechos 5:1-10.
Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron. Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.
Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron,(como Pedro había dicho) y la sepultaron junto a su marido.
Como veis; quienes tratamos con Dios, debemos honrar su pacto. Porque estos fueron puestos como ejemplo para aquellos desobedientes al Espíritu de Dios. Por lo cual también pareció bien al Espíritu mostrar las cosas que sucederán con quienes escuchen el mensaje de salvación y den por inmunda la sangre del sacrificio que es verdadero. El del Cordero, Cristo Jesús, Señor nuestro.
Por lo cual dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón.
Bendiciones.