Re: EL DEMONIO ESCONDIDO TRAS EL ENGAÑO GUADALUPANO
Los frailes franciscanos que habían presagiado que la conversión de los hijos del Anáhuac iba a ser completa y deseada por parte de los pobladores de la ahora Nueva España, dado que se les traían "la verdad” muy pronto se dieron cuenta de que los mexicas no éramos aquellos salvajes que imaginaban y ni que esperábamos ansiosos a los Dioses ajenos, y que la verdad era parte de nuestra vida común, y no de sabidurías esotéricas escritas en algún libro, dichas por algún dios ajeno.
La sabiduría de Nuestros Dioses tenían la fuerza milenaria, ya que nosotros y todas las cosas fueron creadas por nuestros Dioses creadores Ometecutli, que quiere decir dos veces señor, y a su compañera la llamaban Omecihuatl, que quiere decir “dos veces señora".
Estas deidades que están ahí en la cima de los trece cielos para responder a las necesidades, a los deseos y anhelos más profundos de la gente del Anáhuac, la gente del Mayab, o la gente de Mesoamérica.
Los frailes franciscanos que habían presagiado que la conversión de los hijos del Anáhuac iba a ser completa y deseada por parte de los pobladores de la ahora Nueva España, dado que se les traían "la verdad” muy pronto se dieron cuenta de que los mexicas no éramos aquellos salvajes que imaginaban y ni que esperábamos ansiosos a los Dioses ajenos, y que la verdad era parte de nuestra vida común, y no de sabidurías esotéricas escritas en algún libro, dichas por algún dios ajeno.
La sabiduría de Nuestros Dioses tenían la fuerza milenaria, ya que nosotros y todas las cosas fueron creadas por nuestros Dioses creadores Ometecutli, que quiere decir dos veces señor, y a su compañera la llamaban Omecihuatl, que quiere decir “dos veces señora".
Estas deidades que están ahí en la cima de los trece cielos para responder a las necesidades, a los deseos y anhelos más profundos de la gente del Anáhuac, la gente del Mayab, o la gente de Mesoamérica.