Re: EL DEMONIO ESCONDIDO TRAS EL ENGAÑO GUADALUPANO
kAL EL
pARA NO LLENAR DE PAGINAS TE RECOMIENDO ESTA LECTURA SACADA DEL LIBRO DE Cayetano Cabrera y Quintero, Escudo de armas de México, ed. facs., México, IMSS, 1982, p. 73
Patronato disputado, reino dividido
Eran ya los fines de agosto del [año] pasado de 1736, cuando a la parte occidental, y pueblo, que dijeron Tlacopan, hoy Tacuba, distante de la ciudad, como una legua, comenzó a sentirse entre los sirvientes de un obraje, y posesión de un noble vecino de México, una fiebre que aunque se creyó fruta del tiempo, juntaba con lo agudo, y mortal de la que dispara desde su nociva estación el otoño, lo venenoso, y pestilente con que suele teñirla el estío.
Con estas palabras describió Cayetano Cabrera el inicio de la gran epidemia de fiebres o matlazáhuatl que entre 1736 y 1737 recorrió Nueva España y que tan sólo en la ciudad de México cobró más de cuarenta mil víctimas. Fue una de las mayores catástrofes de la historia colonial después del cocoliztli que diezmara a la población indígena en el siglo XVI.
Durante meses la capital del reino fue un constante ir y venir de procesiones y rogativas a todos los abogados celestiales en contra de la plaga, sin que cesara la mortandad.
Lo que siguió es bien conocido: la inutilidad de estas plegarias determinó al cabildo de México a jurar por principal patrona de la ciudad a Nuestra Señora de Guadalupe, tras haber conferido "no hallarse otro remedio a México venenosamente contagiada que abrigarse bajo el celestial escudo de María, y ancil reservado en Guadalupe" . Habiendo tenido la iniciativa una favorable acogida entre las demás autoridades eclesiásticas y seculares de la capital, la jura tuvo lugar el 27 de mayo de 1737, tras una semana de festejos.
La esperanza de los habitantes de México se convirtió en júbilo cuando, coincidentemente con la jura del patronato, la fuerza de la epidemia comenzó visiblemente a disminuir. Muy pronto las demás ciudades y villas de la Nueva España, imitando a la capital, enviaban poderes para que también en su nombre se jurase como protectora a la Virgen de Guadalupe y obtener así los favores de la nueva patrona, que de ese modo se convertiría en la de todo el reino.
Por todo lo anterior pareció escandaloso para algunos que en medio del regocijo general se alzara la voz "incrédula" del poblano Juan Pablo Zetina en contra de la jura del patronato de Guadalupe. Este desafío dio inicio a un acre debate que definiría la actitud de la primera generación de ilustrados novohispanos ante el difícil problema de los fundamentos racionales de la fe.
En 1741 apareció en México, firmado con el seudónimo de Antonio Bera Cercada, El patronato disputado, texto de vitriólica prosa escrito por Cayetano Cabrera y Quintero (¿1700-1775?), capellán y maestro de pajes del arzobispo Juan Antonio Vizarrón, en contra de las tesis de Juan Pablo Zetina Infante, maestro de ceremonias de la catedral de Puebla. Zetina había remitido al Cabildo eclesiástico de México (sin que se le hubiera pedido, enfatiza el título del folleto de Cabrera) un Parecer, fechado en 1738, en el que exponía los impedimentos canónicos y hasta históricos que en su opinión existían para jurar por patrona y rezar oficio común a la Virgen de Guadalupe. El mayor de todos era (como en efecto ocurría) la falta de reconocimiento de la advocación por la Sede Apostólica. Zetina, al subrayar el silencio de la Congregación de Ritos, no hacía sino llamar de nuevo sutilmente la atención sobre el antiguo problema de la falta de testimonios originales del milagro.
lo que sigue es la discusion acerca de si el Patronato de dibio de jurar o no etc etc ...... material para otro tema
Pero aqui podemos ver como la manipulación eclesiastica ha tenido mucho que ver y eso que tu llamas "purgar " pues en realidad no es mas que imposición, porque para purgarlos deveras deberiamos exponer las filosofias completas de cada DIOSA para que se puedan apreciar en un contexto completo.
EL SINCRETISMO FUE FORJANDOCE POCO A POCO
En espera de tus comentarios
CLASICKO
1.- Por eso mismo la confusion nacio de los indigenas, ellos creian que era Coatlicue la que pedi un Templo encima del Tepeyac, que la amada Tonantzin volvia a su pueblo, conquistado y dominado por los invasores Europeos a darles esperanza, eso CREIAN, por eso los Españoles, en especial el clero, temian y dudaban de la aparicion del Tepeyac, el mestizaje no estaba totalmente enraizado entre ambas naciones, la primera generacion de mestizos apenas y tendrian entre 10 y 8 años tras la caida de Tenochtitlan, y los indigenas aun aferrados a sus doctrinas, si bien no decian no el Bautismo (por temor a represalias de los españoles) no dejaba aun lado sus creencias mexicas, milenarias y que aun creian como ciertas.
La similitud entre el Dios de Israel, Yahve Sabaot, y su hijo, el Mesias JesuCristo y la mitologia azteca hacian que los indenas a que creyeran que Jesus es Huitzilopochtlie y que Maria era Coatlicue, eso llevo años, siglos en purgarse en darle un orden claro, un orden cristiano, fue hasta que el mestizaje unio a ambas naciones, las Naciones indigenas, y la Nacion Española, que el culto a la Virgen de Guadalupe se vuelve parte de esa identidad mestiza, criolla, y novohispana.
2.- Lo dudo, principalmente porque los rituales a Tonantzin eran claros, que iban mas alla de simples bailes y limpias con hierbas, era antropofago y se hacia dentro del Monte porque se celebraba la Tierra y su Fecundidad.Basta con leer bien el ritual a Tonantzin Coatlicue que nos enseña Miguel León-Portilla, como el culto a Tonantzin para empezar no era en la cima del Tepeyac, sino a sus faldas dentro de un templo-cueva, y se tenia que recurrir al sacrificio humano.
Ciertamente no queda muchos textos, pero si hay mucha investiacion hecha, y con eso podemos decir que Sincretismo no hay, toda vez que lo que ocurre en la Villa son solo Bailes, Danzas, y cantos milenarios de los indigenas y comunidades autoctonas, fuera de ello, NADA.
kAL EL
pARA NO LLENAR DE PAGINAS TE RECOMIENDO ESTA LECTURA SACADA DEL LIBRO DE Cayetano Cabrera y Quintero, Escudo de armas de México, ed. facs., México, IMSS, 1982, p. 73
Patronato disputado, reino dividido
Eran ya los fines de agosto del [año] pasado de 1736, cuando a la parte occidental, y pueblo, que dijeron Tlacopan, hoy Tacuba, distante de la ciudad, como una legua, comenzó a sentirse entre los sirvientes de un obraje, y posesión de un noble vecino de México, una fiebre que aunque se creyó fruta del tiempo, juntaba con lo agudo, y mortal de la que dispara desde su nociva estación el otoño, lo venenoso, y pestilente con que suele teñirla el estío.
Con estas palabras describió Cayetano Cabrera el inicio de la gran epidemia de fiebres o matlazáhuatl que entre 1736 y 1737 recorrió Nueva España y que tan sólo en la ciudad de México cobró más de cuarenta mil víctimas. Fue una de las mayores catástrofes de la historia colonial después del cocoliztli que diezmara a la población indígena en el siglo XVI.
Durante meses la capital del reino fue un constante ir y venir de procesiones y rogativas a todos los abogados celestiales en contra de la plaga, sin que cesara la mortandad.
Lo que siguió es bien conocido: la inutilidad de estas plegarias determinó al cabildo de México a jurar por principal patrona de la ciudad a Nuestra Señora de Guadalupe, tras haber conferido "no hallarse otro remedio a México venenosamente contagiada que abrigarse bajo el celestial escudo de María, y ancil reservado en Guadalupe" . Habiendo tenido la iniciativa una favorable acogida entre las demás autoridades eclesiásticas y seculares de la capital, la jura tuvo lugar el 27 de mayo de 1737, tras una semana de festejos.
La esperanza de los habitantes de México se convirtió en júbilo cuando, coincidentemente con la jura del patronato, la fuerza de la epidemia comenzó visiblemente a disminuir. Muy pronto las demás ciudades y villas de la Nueva España, imitando a la capital, enviaban poderes para que también en su nombre se jurase como protectora a la Virgen de Guadalupe y obtener así los favores de la nueva patrona, que de ese modo se convertiría en la de todo el reino.
Por todo lo anterior pareció escandaloso para algunos que en medio del regocijo general se alzara la voz "incrédula" del poblano Juan Pablo Zetina en contra de la jura del patronato de Guadalupe. Este desafío dio inicio a un acre debate que definiría la actitud de la primera generación de ilustrados novohispanos ante el difícil problema de los fundamentos racionales de la fe.
En 1741 apareció en México, firmado con el seudónimo de Antonio Bera Cercada, El patronato disputado, texto de vitriólica prosa escrito por Cayetano Cabrera y Quintero (¿1700-1775?), capellán y maestro de pajes del arzobispo Juan Antonio Vizarrón, en contra de las tesis de Juan Pablo Zetina Infante, maestro de ceremonias de la catedral de Puebla. Zetina había remitido al Cabildo eclesiástico de México (sin que se le hubiera pedido, enfatiza el título del folleto de Cabrera) un Parecer, fechado en 1738, en el que exponía los impedimentos canónicos y hasta históricos que en su opinión existían para jurar por patrona y rezar oficio común a la Virgen de Guadalupe. El mayor de todos era (como en efecto ocurría) la falta de reconocimiento de la advocación por la Sede Apostólica. Zetina, al subrayar el silencio de la Congregación de Ritos, no hacía sino llamar de nuevo sutilmente la atención sobre el antiguo problema de la falta de testimonios originales del milagro.
lo que sigue es la discusion acerca de si el Patronato de dibio de jurar o no etc etc ...... material para otro tema
Pero aqui podemos ver como la manipulación eclesiastica ha tenido mucho que ver y eso que tu llamas "purgar " pues en realidad no es mas que imposición, porque para purgarlos deveras deberiamos exponer las filosofias completas de cada DIOSA para que se puedan apreciar en un contexto completo.
EL SINCRETISMO FUE FORJANDOCE POCO A POCO
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