Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.
Dejemos que Cascabeliando siga con sus dimes y diretes sin el menor sentido y vayamos con lo mas les duele, por lo tanto
SIGAMOS
PUNTO FINAL A LA SEMANA NEGRA DEL VATICANO II
Como resultado del Vaticano II, tendré que referirme también a un "nuevo catolicismo", distinto por tanto a los que le precedieron pero guardando intacta la esencia del romanismo, es decir: su estructura jerárquica y dogmática básica, el Papado. ¿Diremos, pues, que la renovación en que esta empeñado el episcopado católico, en su inmensa mayoría, afecta tan solo a la periferia y no es más que un cambio superficial? Si respondemos desde una perspectiva bíblica y reformada, la respuesta debe ser afirmativa, aunque reconozcamos que, para el Catolicismo representa un valiente esfuerzo. Nos parece como si el romanismo se hubiera lavado un poco la cara y hubiera cambiado de traje, de manera que resulta ahora mucho más simpático y atractivo. Pero el carácter, la personalidad, el alma, en suma, continúa siendo la misma. (Es aquello de la mona vestida de seda...) El nuevo "catolicismo de Trento era nuevo en este sentido también, pues, en esencia seguía la tradición gregoriana medieval, era nuevo como "catolicismo" pero no como romano. La mayor diferencia entre Trento y Vaticano II, sin embargo, estriba en que mientras aquél fue motivado por un impulso de reacción negativa, éste es el resultado de un sincero deseo de renovación positiva. No parece, por otro lado, que el progresismo católico actual está dispuesto tampoco a renunciar a esta tradición gregoriana. No podemos esperar tal cosa, dicha tradición es la misma esencia del romanismo, aunque se revista de muy diversos atuendos y se adapte a las circunstancias de cada siglo.
Aquí está la semana última. "la semana negra", de la tercera sesión, para recordarlo y para que nadie se haga demasiadas -o exageradas- ilusiones tocante al carácter de renovación católico-romana.
Siempre predominará la herejía "nicolaita" (Apoc 2:6) Esta herejía se tipificó mediante dividir la iglesia entre clero y laicos.
SEGUIRÀ
Dejemos que Cascabeliando siga con sus dimes y diretes sin el menor sentido y vayamos con lo mas les duele, por lo tanto
SIGAMOS
PUNTO FINAL A LA SEMANA NEGRA DEL VATICANO II
Como resultado del Vaticano II, tendré que referirme también a un "nuevo catolicismo", distinto por tanto a los que le precedieron pero guardando intacta la esencia del romanismo, es decir: su estructura jerárquica y dogmática básica, el Papado. ¿Diremos, pues, que la renovación en que esta empeñado el episcopado católico, en su inmensa mayoría, afecta tan solo a la periferia y no es más que un cambio superficial? Si respondemos desde una perspectiva bíblica y reformada, la respuesta debe ser afirmativa, aunque reconozcamos que, para el Catolicismo representa un valiente esfuerzo. Nos parece como si el romanismo se hubiera lavado un poco la cara y hubiera cambiado de traje, de manera que resulta ahora mucho más simpático y atractivo. Pero el carácter, la personalidad, el alma, en suma, continúa siendo la misma. (Es aquello de la mona vestida de seda...) El nuevo "catolicismo de Trento era nuevo en este sentido también, pues, en esencia seguía la tradición gregoriana medieval, era nuevo como "catolicismo" pero no como romano. La mayor diferencia entre Trento y Vaticano II, sin embargo, estriba en que mientras aquél fue motivado por un impulso de reacción negativa, éste es el resultado de un sincero deseo de renovación positiva. No parece, por otro lado, que el progresismo católico actual está dispuesto tampoco a renunciar a esta tradición gregoriana. No podemos esperar tal cosa, dicha tradición es la misma esencia del romanismo, aunque se revista de muy diversos atuendos y se adapte a las circunstancias de cada siglo.
Aquí está la semana última. "la semana negra", de la tercera sesión, para recordarlo y para que nadie se haga demasiadas -o exageradas- ilusiones tocante al carácter de renovación católico-romana.
Siempre predominará la herejía "nicolaita" (Apoc 2:6) Esta herejía se tipificó mediante dividir la iglesia entre clero y laicos.
SEGUIRÀ