Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.
Yo creo que es normal que el romanismo no le hable a sus fieles del papa Albino Luciani...
Murió, según las fuentes 'oficiales' de un infarto, 33 días después, el 28 de septiembre de 1978, siendo el cuarto pontificado más breve de la historia (el primero corresponde al de Urbano VII quien ocupó la sede por 12 días, aunque para otros el pontificado más corto es el del primer Esteban II (752), que gobernó la Iglesia por solo 3 días sin lograr ser reconocido oficialmente como tal.
En su 1er día como Pontífice, Luciani no explico a sus millones de oyentes cómo pensaba hacer realidad su sueño de una iglesia pobre, sin embargo, a las pocas horas de su designación el nuevo Papa ya se había embarcado en la acción para hacer efectiva esta aspiración suya, a la que consideraba de importancia vital para la iglesia católica.
En la noche del 27 de agosto de 1978, Juan Pablo I cenó con el cardenal Jean Villot, a quien le pidió que continuara, al menos durante un tiempo como Secretario de Estado Vaticano. Villot aceptó. El nuevo Papa también confirmo en sus cargos al frente de los distintos departamentos de la Curia romana a los cardenales que habían tenido que renunciar automáticamente al morir Pablo VI. Habiendo acudido al conclave sin ninguna aspiración de alcanzar el Papado, hubiera sido realmente extraordinario que en menos de 24 horas Luciani tuviera preparada la lista completa de los miembros del nuevo gabinete.
Mientras cenaba con el cardenal Villot, Luciani instruyo al confirmado secretario de Estado para que iniciara de inmediato una investigación, que consistiría en una revisión de todas las operaciones del Vaticano, con análisis detallados de cada uno de sus aspectos "Ningún departamento, ninguna congregación, ninguna sección debería ser excluida". Le aclaro que le preocupaba de modo especial la actuación del Instituto per de Opere di Religione, el instituto para tareas religiosas, conocido generalmente como Banco del Vaticano. La inspección financiera tenía que realizarse de forma discreta, rápida y completa. El nuevo Papa advirtió a su Secretario de Estado que, una vez que hubiera estudiado el informe, decidiría cual era el curso de acción mas adecuado.
De este modo Luciani, que era un hombre totalmente avocado a la creencia de que la iglesia católica romana debía ser la iglesia de los pobres, puso en marcha una investigación sobre la opulencia del Vaticano; Debía deliberar, decidir, y ejecutar; Sin duda Luciani creía firmemente que podía llevar a la practica lo que se proponía…………………………………
El 31 de agosto, el muy respetable periódico económico italiano IL Mondo, primero en su especialidad en el país, dirigió una larga carta abierta a Luciani. En ella se pedía al nuevo papa que impusiera "orden y moralidad" en las finanzas del Vaticano, inmersas según el rotativo "en la especulación y aguas insalubres". La carta, con encabezado " Su Santidad, ¿le parece correcto?", incluía una abrumadora cantidad de acusaciones en relación con lo que parecían ser las operaciones financieras del Vaticano, acompañaba a la carta un largo análisis titulado "La Opulencia de Pedro".
IL Mondo le planteaba a Luciani varias preguntas altamente significativas:
¿ Es correcto que el Vaticano opere en el marcado como especulador ?
¿ Es correcto que el Vaticano posea un banco cuyas operaciones incluyen la transferencia de capitales ilegales de Italia al extranjero ?
¿ Es correcto que dicho banco ayude a los italianos a evadir impuestos ?
¿ Por qué tolera la iglesia que se invierta en empresas nacionales y multinacionales cuyo único objetivo son los beneficios, empresas que, cuando es necesario violan los derechos humanos y estafan millones a los pobres especialmente a los que pertenecen a ese 3er mundo que tanto dice amar su santidad ?
Sobre Marcinkus, la carta observaba :
Es sin duda el único obispo que forma parte de la junta directiva de un banco legal y secular, que incidentalmente tiene una rama en uno de los paraísos fiscales más importantes del mundo capitalista; Nos referimos al Banco Cisalpino trasatlántico de Nassau, en las islas Bahamas. Aprovechar estos paraísos fiscales esta permitido por las leyes terrenas, y ningún banquero de carácter lego ( Sin sotana ) puede verse sometido a juicio por aprovechar esta circunstancia ( todos la aprovechan ). Sin embargo, cabe que esta forma de actuar no sea legal para las leyes divinas, que deberían trazar las actitudes y actividades de la iglesia. La iglesia predica la igualdad, pero no nos parece que la mejor forma de contribuir a ella consista precisamente en evadir impuestos.
Una de las primeras cosas que hizo Luciani fue declarar que prefería el calificativo de Pastor Espiritual antes que el de Sumo Pontífice. Era mas cura que Papa. Las aspiraciones de Luciani muy pronto quedaron claras: La revolución total; Lo que intentaba era devolver a la iglesia sus orígenes: la simplicidad, la honestidad, los ideales, y las aspiraciones de Jesucristo. Otros antes que él acariciaron el mismo sueño, pero pronto se vieron aplastados por la realidad del mundo tal como se la trasmitían sus consejeros. Así borraron y murieron muchas ilusiones.
El 28 de agosto se produjo el anuncio de que la revolución Papal emprendida por Luciani había empezado. Dicho anuncio parece explicito en una declaración emanada por el Vaticano en la que se anunciaba que no se procedería a ninguna coronación porque el nuevo Papa se negaba a ser coronado. Tampoco utilizaría la sedia gestatoria, silla que tradicionalmente se venia empleando para transportar al papa; No habría ninguna tiara con incrustaciones de esmeraldas, rubíes, zafiros, y diamantes, ya que el Papa se negaba a adornarse con ella. No flamearían las plumas de avestruz, no se ritualizaría ninguna ceremonia de 6 horas de duración. En resumidas cuentas se abolió el ritual con el cual la iglesia demostraba que seguía anhelando con un esplendor de lujuria el antiguo poder temporal, la gran Pompa.
Luciani también estaba decidido a dar a la iglesia un giro de 180º, que la apartara de los aspavientos de grandeza terrenal para devolverla al sencillo sendero que había marcado el fundador de la cristiandad. Así el acto de coronación se transformo en una simple misa. La absurda costumbre de acarrear al pontífice en un palanquín, como si fuera un burdo remedo de los califas de las mil y una noches, se dejo de lado y un sonriente pastor supremo subió por su propio pie al altar. Con esta sola actitud Luciani abolía mil años de historia y acercaba por lo menos un poco, hacia el camino que la reconduciría a las predicas de Jesucristo.
La tiara pontifical, de 3 pisos superpuestos, con forma de colmena, fue substituida por el palio, que es una estola de lana blanca que el Papa lleva en los hombros. El monarca le había cedido el sitio al pastor, La era de la iglesia de los pobres había iniciado oficialmente.
Entre los 12 jefes de estado y otros altos dignatarios de muy distintos países que hicieron acto de presencia en la ceremonia, había hombres con los que le Papa no quería encontrarse. En especial el pontífice le había pedido a su secretario de estado que no invitara a la misa inaugural a los gobernantes de Argentina, Chile, y Paraguay. Pero cuando Luciani hizo esta petición, el departamento de estado que dirigía el cardenal Villot ya había mandado las invitaciones respectivas, sin consultar previamente con el Papa. Los ensotanados burócratas habían dado por sentado que se procedería a la coronación tradicional y la lista de invitados reflejaba esa presunción. Por lo tanto, cuando se oficio la misa en la Plaza de San Pedro, entre los formaban parte de la concurrencia estaban el general Videla de Argentina, el ministro de Asuntos Exteriores de Chile, y el hijo del presidente de Paraguay, como representantes de 3 países en los que los derechos humanos no eran una cuestión prioritaria. Cuando aparecieron las criticas por la infecciosa presencia de los dignatarios sudamericanos, Luciani no se encontraba en condiciones de responder y el cardenal Villot mantuvo un absoluto mutismo.
Juan Pablo I se dirigió al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, los encopetados representantes de la plana mayor de la diplomacia del Vaticano se pusieron blancos cuando Luciani, como representante supremo de la iglesia católica romana dijo : "No tenemos bienes materiales que intercambiar ni intereses que discutir. Nuestras posibilidades para intervenir en los asuntos del mundo son específicas y limitadas y tienen un carácter especial. No interferimos con los asuntos puramente temporales, técnicos, y políticos, que corresponden a vuestros respectivos gobiernos. En este sentido, nuestras representaciones diplomáticas acreditadas ante vuestras mas altas autoridades civiles, lejos de ser un vestigio del pasado, constituyen un testimonio de nuestro fecundo interés a favor de las causas humanas que los poderes temporales deben tener en cuenta y mejorar".
"No tenemos bienes materiales que intercambiar". Esta simple frase constituye una pública sentencia de muerte contra el Banco del Vaticano, lo único que quedaba por determinar era cuantos días, semanas ó meses seguía funcionando la multinacional. En el mercado internacional del dinero, en Milán, Tokio, Londres, y Nueva York, la gente ponderaba las palabras de Luciani con el más vivo interés. Si Luciani realmente pensaba lo que decía, y si lo llevaba efecto, se producirían sin duda grandes cambios, dichos cambios no se verían confinados al desplazamiento de determinados individuos del Banco del Vaticano ó de la Administración del Patrimonio de la Santa Sede, sino que inevitablemente significarían un recorte de las actividades financieras del Vaticano. A la gente del mundo de las finanzas se le presentaba la posibilidad de embolsarse miles de millones si adivinaban con exactitud qué dirección tomaría el Vaticano con la nueva filosofía que emanaba de Luciani.
Si Albino Luciani quería una Iglesia pobre para los pobres, ¿qué pensaría hacer con aquellos que habían ayudado a construir una iglesia opulenta?, Mas importante aun todavía: ¿Qué pensaba hacer con toda aquella opulencia?. Sin rodearse de incondicionales, sin ninguna mafia Veneciana que desplazara a la mafia Milanesa de los aposentos pontificales, Juan Pablo I iba a necesitar de todo el acopio de su fortaleza interior si no quería convertirse en un prisionero de la Curia del Vaticano.
Al igual que muchos otros hombres que se movían alrededor de Luciani, el cardenal Villot se encontraba cada vez con mayores dificultades para adaptarse a las ideas y a la forma de ser del nuevo Pontífice, a lo largo de los años, Villot había desarrollado una intima relación de trabajo con Pablo VI. Era por lo tanto, un profundo admirador del llamado estilo Montini. Luego, cuando el agobiado octogenario fue reemplazado por el optimista Juan Pablo I el veterano cardenal Francés sintió que sus hábitos y costumbres se cimbraban desde sus cimientos.
Las relaciones entre Luciani y su Secretario de Estado eran mas bien difíciles, para el nuevo Papa, Villot era frió y distante. A Luciani le exasperaba la machacona insistencia de Villot sobre la forma en que Pablo VI hubiera encarado determinado problema, o sobre lo que él hubiera opinado acerca de determinado asunto. Pablo VI estaba muerto pero Villot, al igual que un significativo sector de la curia se negaba a aceptar que el estilo Montini para abordar los problemas hubiera muerto con él.
Su verdadero programa de gobierno empezó a formularse en los primeros días de septiembre de 1978. La actuación de Luciani es comparable a la guio a Juan XXIII en los primeros 100 días de su mandato. Ahora que calzaba las sandalias de pescador Luciani estaba decidido a seguir el ejemplo de los revolucionarios 100 días de Juan XXIII.
A la cabeza de las reformas y cambios prioritarios elaborada por Luciani figuraban la necesidad de alterar radicalmente la relación del Vaticano con el capitalismo y el deseo de aliviar los grandes sufrimientos que vivía parte de al humanidad a causa de la encíclica Humanae Vitae.
Luciani había sido testigo presencial de estos sufrimientos. Muchos curas exigían que se terminara con el voto de castidad y con obligatorio celibato. Había muchas presiones para que se permitiera que las mujeres ejercieran el sacerdocio en igualdad de condiciones. Había grupos que pedían una revisión urgente de las leyes canónicas relativas al divorcio, al aborto, a la homosexualidad, y una docena más de temas.
Antes de que se cumplieran 3 semanas de su Pontificado, Albino Luciani ya había enderezado y dado unos primeros y muy significativos pasos tendentes a revisar la postura de la Iglesia sobre el tema del control de la natalidad.
Solo algunos meses antes de la elección de Luciani, con motivo del 10º aniversario de su promulgación, Villot había desplegado amplios elogios al espíritu de la encíclica Humanae Vitae. En una carta que le mando a Jonh Quinn, arzobispo de San Francisco, Villot se reafirmaba en apoyar la postura del papa Pablo VI contra los métodos anticonceptivos. Ahora menos de 2 meses después, Villot se veía obligado a escuchar al sucesor de Pablo VI adoptando una postura inversa.
A principios de Septiembre, Albino Luciani descubrió que por algún motivo misterioso le habían incluido en la selectisima lista de subscriptores de una agencia de noticias más bien inusual que se llamaba Oservatore Politico. Dicha agencia le mando un articulo titulado "La gran Logia del Vaticano" el articulo mencionaba los nombres de 121 personas a las que se acusaba de pertenecer a logias masónicas. Aunque la lista incluía los nombres de algunos seglares, estaba mayoritariamente formada por cardenales, obispos, y otros altos dignatarios de la Iglesia.
En caso de que fuera autentica, la lista significaba que Luciani se encontraba literalmente rodeado de masones, cuando ser masón significaba la automática excomunión para todo católico, ya que desde tiempos remotos la Iglesia católica se había declarado en contra de la masonería.
El Secretario de estado, cardenal Jean Villot, nombre Masónico Jeanni, numero 041/3, se había enrolado en una logia de Zurich el 6 de agosto 1966. También figuraban el ministro de Asuntos Exteriores monseñor Agostino Casaroli, el cardenal Baggio; El cardenal Ugo Poletti vicario de Roma; El obispo Paul Marcinkus; y monseñor Donato de Bonis, ambos últimos del Banco del Vaticano.
Al llegar el sábado 23 de septiembre, la investigación de Luciani sobre los negocios del Vaticano ya había avanzado mucho.
A medida que avanzaba el mes de Septiembre de 1978, Roberto Calvi se desplazaba por el continente sudamericano, viajo por Uruguay, Perú, y Argentina. Si Marcinkus caía ( Por causa de la investigación solicitada por el Papa ) el hombre que ocupara su lugar descubriría muy pronto el verdadero estado de las cosas y la verdadera naturaleza de la relación que había entre el Banco del Vaticano y el Banco Ambrosiano. El Banco de Italia seria puntualmente informado y Roberto Calvi se pasaría el resto de su vida en una celda. Calvi había previsto hasta la más mínima eventualidad, había calculado todos los peligros potenciales, había taponado todas las grietas. Había creado una estructura perfecta, no se trataba de un robo, ni de un gran robo, lo suyo era un robo permanente, en una escala impensable hasta entonces. Para septiembre de 1978, Calvi había robado mas de 400 millones de dólares mediante los negocios de evasión fiscal, sociedades en el Extranjero, y las empresas fantasma.
Ahora llegado a la cumbre del éxito, Calvi se las tenía que ver con los inspectores del Banco de Italia a los que no podía sobornar y que día a día se iban acercando al inevitable final de sus investigaciones.
Si por algún milagro Albino Luciani cayera sin vida antes de despedir a Marcinkus, entonces Calvi podría ganar tiempo, como mucho un mes, es cierto pero en un mes pueden pasar muchas cosas, en el caso que producido el milagro la iglesia convocaría a un nuevo conclave. Sin embargo ¿Cómo poder afirmar que Dios no iba a escoger a otro Papa ansioso por reformar las finanzas del Vaticano?
El 26 de Septiembre, Luciani podía sentirse satisfecho al analizar lo que había sido el primer mes de su nuevo trabajo. En tan corto espacio de tiempo había causado un poderoso y profundo impacto, las investigaciones iniciadas por él sobre la corrupción y las prácticas deshonestas habían acorralado a los culpables dentro de un hosco cerco de temor. Una y otra vez, Luciani se había apartado en sus alocuciones públicas lo que tenía que decir, lo que otros escribían para él.
El lunes 28 de septiembre otro nombre se sumó a la creciente lista de hombres que estaban a punto de verse afectados por las actividades que pensaba emprender el Papa Albino Luciani. A los nombres de Sindona, Calvi, Marcinkus, se añadía otro; Este nuevo nombre era el del Cardenal Jean Villot, Secretario de Estado Vaticano. Al caer la tarde del 28 de septiembre de 1978.
El Papa sostuvo una reunión con el cardenal Villot, según avanzaba la conversación Luciani dejo bien claro que no tenía la más mínima intención de permitir que Marcinkus siguiera en el Vaticano, y mucho menos al frente del Banco. Luciani le dijo a Villot que había que destituir a Marcinkus inmediatamente, no dentro de un mes, ni siquiera dentro de una semana, sino al día siguiente, en un plazo máximo de 24 Hrs. Marcinkus tendría que presentar un permiso para ausentarse. Luego el Papa comunico a su Secretario de Estado los otros cambios que tenia planeados, le dijo que el cardenal Pericle Felice seria nombrado vicario de roma, en sustitución del cardenal Ugo Poletti quien ocuparía el lugar del cardenal Benelli como arzobispo de Florencia; Benelli por su parte seria nombrado Secretario de Estado, es decir, reemplazaría al propio cardenal Villot. Tiempo atrás Benelli había sido el segundo de abordo en la Secretaria de Estado, detrás de Villot, y las relaciones entre los 2 habían distado mucho de ser amistosas. Todos los hombres a los que Luciani iba a desplazar figuraban en la lista de presuntos Masones que Pecorelli había publicado : Marcinkus, villot, Poletti, Baggio, De Bonis. Por otro lado y por el contrario los nuevos nombres no figuraban en ella : Abbo, Antonetti, Felici, Benelli, etc. Ninguno de ellos era tachado de Masón. La discusión se prolongo casi 2 hrs. A las 19:30 hrs. Villot se retiro, regreso a su oficina muy cerca de los aposentos papales, se sentó detrás de su escritorio y se dedico a estudiar la lista de cambios, el cardenal Villot dejo a un lado la lista y dedico su atención a otra nota que había sobre la mesa, Era la confirmación definitiva de que la reunión entre el comité norteamericano sobre el control de población y el Papa, se celebraría finalmente el 24 de Octubre. Una delegación del gobierno de Estados Unidos que trataba de modificar la posición de la Iglesia sobre la píldora anticonceptiva se iba a reunir en cuestión de pocas semanas con un Papa que precisamente estaba ansioso por realizar esa modificación.
Eran las 21:25 hrs. cuando Albino Luciani cerró la puerta de su despacho y se retiro a sus aposentos……………………………………..
Su cuerpo sin vida seria encontrado a la mañana siguiente; Las circunstancias precisas en relación con el descubrimiento de su cuerpo, demuestran con bastante elocuencia que el Vaticano perpetro un encubrimiento. Empezó con una mentira, para seguir con muchas mas, mentiras sobre pequeñas cosas y mentiras sobre grandes cosas; Todas esas mentiras no tenían mas que un único propósito : Disfrazar el hecho de que Albino Luciani, el Papa Juan Pablo I, murió asesinado en algún momento entre las 21:30 hrs. del 28 de septiembre y las 4: 30 hrs. de la madrugada del 29 de septiembre de 1978.
Cody, Marcikus, Villot, Calvi, Gelli, Sindona. Por lo menos uno de estos 6 hombres había puesto en marcha un mecanismo, calculado como reloj, para que cumpliera con un determinado cometido, este curso de acción derivaba de la previa conclusión de que la solución Italiana tenia que ser aplicada una vez mas …………………… El Papa debía Morir.
¿Cómo y Por qué? Eran las preguntas que nos hacíamos todos, la mañana del 28 de septiembre de 1978 al conocer la muerte del Papa Juan Pablo I. El "Porque" ya ha quedado establecido, existían un sin fin de motivos, El "Como" nos presenta algunas posibilidades :
El asesinato debía llevarse a cabo furtivamente, para que el estado de corrupción que existía antes de la elección de Luciani pudiera continuar, tenia que pasar inadvertido, había que disfrazarlo. No podía producirse un atentado a balazos contra el Papa en medio de la plaza de San Pedro, No podía realizarse contra él ningún ataque público que hubiera conducido inevitablemente a una investigación. La muerte tenia que producirse de tal forma que los interrogatorios públicos y la ansiedad de la gente se redujeran al mínimo.
La mejor forma de matar al Papa era mediante un veneno que después de administrado no dejara ninguna señal externa.
Sea quien sea el que planeo el asesinato del Papa, tiene que tratarse de una persona que conociera a la perfección la conducta y la forma de actuar del Vaticano. El ó Los asesinos tenían que saber que fueran cuales fueran los indicios que se encontraran después del asesinato, no se realizaría la autopsia.
Los conspiradores debían estar perfectamente informados de que si la muerte de Luciani se produjo por causas naturales, entonces las subsecuentes acciones e instrucciones del Cardenal Villot resultarían inexplicables …………….
Su conducta solo se puede entender si se vincula a una especifica conclusión :
El Cardenal tomó parte en una conspiración para asesinar al Papa.
ó
El Cardenal descubrió en el dormitorio del pontífice claras evidencias que indicaban que éste había sido asesinado y, para proteger a la Iglesia, rápidamente decidió destruirlas, ¿ a que me refiero ? veamos ……………………….
Junto a la cama del Papa, en la mesilla de noche, estaba el frasco con el medicamento que Luciani tomaba para la Presión arterial baja, la cual padecía, Villot se lo embolso en la sotana y arranco de las manos yertas de Luciani los apuntes sobre los desplazamientos y las designaciones que el Papa le había comunicado la tarde-noche anterior. También los papeles se los guardo Villot. Del estudio del Pontífice desapareció su testamento; de su dormitorio desaparecieron sus gafas y sus zapatillas, Nada de todo esto se ha vuelto a encontrar. Luego Villot creo para los aturdidos integrantes del servicio Papal, una relación totalmente ficticia sobre las circunstancias en las cuales se había descubierto el cadáver de Luciani. Villot impulso el voto de silencio en cuanto al hallazgo de la hermana Vincenza ( Hermana que formaba parte del servicio del Papa, desde que este era cardenal de Venecia ) e instruyo a todos para que las noticias sobre la muerte del Pontífice fueran silenciadas hasta él ordenara lo contrario. Entonces se sentó detrás de la mesa de trabajo del Papa y se dedico a hacer una serie de llamadas telefónicas.
El doctor Buzzonetti examino brevemente el cadáver. Le comunico a Villot que la causa de la muerte había sido un infarto agudo al miocardio, un ataque cardiaco. El doctor fijo la hora de la muerte a las 23: 00 hrs.
Fijar la hora de la muerte a las 23:00 hrs. y diagnosticar la causa de la muerte como infarto de miocardio después de un examen superficial y breve al cadáver, es clínicamente imposible. Antes de que Buzzonetti examinara el cuerpo sin vida de Luciani, aproximadamente a las 6:00 am, Villot ya había decidido que el difunto Juan Pablo I debía ser embalsamado de inmediato.
De esta manera se organizo una conspiración en la cual participaron personas del interior del Vaticano, para asesinar a un hombre que había creído en sus ideales y por lo mismo se convirtió en una persona muy incomoda…………………… descanse en paz Albino Luciani el carismático, afable y decidido Pontífice Juan Pablo I, el "Papa Sonriente"
http://www.monografias.com/trabajos15/vaticano/vaticano2.shtml#DIAS
Toni agrega: Cuando murió este papa, yo tenía unos 15 años, recuerdo el momento, entre mis compañeros de trabajo corría la voz que le habían asesinado por ser un hombre bueno, hasta yo que era muy joven y no era católico, sentí pena de ese hombre, hubiera revolucionado una iglesia llena de e$candalo$ de todo tipo. Ese hombre se ganó mis respetos como ningún otro papa ha conseguído.
Shalom!!