jeje, es que es así, no puedo decirte más de lo que te he dicho, ni me da miedo ni vergüenza. Yo era católica, cuando empecé a ver ciertas cosas que no terminaban de encajar (al menos para mí) le pedí a Dios que me guiara porque no quería perderme de Él y quería conocer su Verdad, aunque seguía asistiendo a misa etc.
"Casualmente" y sin buscarlo, me encontré con un viejo amigo, que hacía años que no veía, raro, porque frecuentábamos los mismos lugares. él no me dijo nada de su fe, no sé por qué, aunque hablamos de Dios, pero sobre todo me preguntaba y eso a mi. Empezamos a quedar y quedar. Él no le dijo nada a nadie de mi existencia. Un día, su pastor, sin saber de mí ni mi existencia, soñó conmigo, y le escribió al que ya era mi pareja (acabábamos de empezar) y le dijo textualmente que quería quedar con él y añadió al final "tráete a la chica que has conocido". Mi pareja, que estaba más o menos recién convertido se quedó a cuadros porque era imposible que su pastor supiese de mi. Con mucho temor a mi reacción me contó lo que le había dicho... el pobre no sabía ni cómo decírmelo, por si pensaba que estaba loco o algo supongo. Yo accedí a acompañarlos y escuché lo que ese pastor me dijo, fue un diálogo muy bonito, y como dices tú, sentí en mi interior agua viva, no puedo describirlo, lloraba y reía a la vez porque nunca antes había sentido aquello.
Empecé a reunirme con ellos y poco a poco fui creciendo en el Señor, leyendo la palabra, escuchándolo, escudriñando... no podía de parar de pensar en Dios. ESTABA ENAMORADA. Un día me rendí plenamente a Él, me arrodillé y clamé al Señor porque quería aún más, llorando de amor le entregué mi vida, le pedí que no permitiese que me apartase de Él y que me guiase y que tampoco permitiera que ese amor desapareciera. Me inundó fuego hermana, me inundó de una manera que nunca había sentido. Estaba en una ciudad muy fría y en pleno invierno, pero el fuego me quemaba en el pecho y se extendió por todo mi cuerpo, tan fuerte que casi no pude soportarlo, a la vez que volvía a sentir como agua en mi interior vibrante.
Al principio ya te conté que no fue fácil, llevaba muchos años en el catolicismo, y tenía tanto miedo de pecar contra el Señor... pero le pedí que me guiara y confié en Él, y ahí fue donde me llevó.
Bendiciones.