La Iglesia de Cristo no esta dividida en millares de sectas con distintas fe y doctrinas como lo estan ustedes. Y eso le pasa por no seguir la fe apóstolica.
Hijos de division siguen dividiendose.
Los poderes de los apóstoles no tenían que desaparecer con su muerte, puesto que se trataba de un regalo que Cristo quiso hacer a su Iglesia para siempre (Mt 18,20; Le 22,19; 1Cor 11,26; etc.).
Por eso los apóstoles empezaron a establecer a sus colaboradores, mediante la imposición de las manos (2Tim 1,6-7). Son los presbíteros y los obispos encargados de cuidar las comunidades cristianas, que se iban formando a raíz de su predicación (Hech 14,23; 20,17; 1Pe 5,1-11).
Notamos cómo al principio se usaban indistintamente las palabras "presbítero" u "obispo" (Hech 20,17-28; Tit 1,5-7). Notamos al mismo tiempo cómo los apóstoles se reservaban la autoridad suprema que trasmitían solamente a algunos colaboradores de mayor confianza (1 Tim 3,1-15; 5,22; Tit 1,5; 3,10-11). Con el tiempo a estos se les dio el nombre de obispos y contaron con los mismos poderes de los apóstoles para anunciar la Palabra de Dios con autoridad, gozando de la asistencia del Espíritu Santo, realizar el culto, especialmente la Cena del Señor, y apacentar al pueblo de Dios.
El Espíritu Santo los ha puesto como obispos para apacentar la Iglesia (Hech 20,28).
Después de los obispos y presbíteros, los apóstoles establecieron como colaboradores a los diáconos, encargándolos más bien de las cosas materiales, sin excluir la predicación (Hech 6,1-6; 7,3-47; 8,4-8; Filip 1,1; 1Tim 3,8-13).