Intrigas vaticanas: fue arrestada la misteriosa "dama del cardenal"
Angelo Becciu Fuente: AFP
Elisabetta Piqué
13 de octubre de 2020 • 16:31
ROMA.- En una nueva vuelta de tuerca en las intrigas que hacen temblar a medio mundo Oltretevere -del otro lado del Tíber, una forma de llamar al Vaticano-, fue
arrestada hoy
Cecilia Marogna,
una mujer de 39 años que salió del anonimato la semana pasada al irrumpir sus turbios vínculos con el cardenal italianoAngelo Becciu, defenestrado por el Papa el 24 de septiembre pasado por su rol en un escándalo de corrupción y malversación de fondos que sacude la Santa Sede.
Según informó el diario Il Messaggero y otras agencias de prensa italianas poco antes de las 21 (hora local) Marogna, que es originaria de la isla de Cerdeña, como Becciu, fue detenida en Milán por la policía financiera italiana por un mandato de arresto de Interpol. Marogna, rebautizada por los medios italianos "la dama del cardenal", está acusada de "peculado por distracción de bienes" y será extraditada por Italia al Vaticano. Allí, a partir de una
fallida y millonaria inversión inmobiliaria en Londres realizada con fondos reservados de la Secretaría de Estado en 2014, cuando Becciu, de 72 años, era sustituto de la Secretaría de Estado, el número 3 de la Santa Sede, la magistratura investiga otras operaciones "non sanctas" por mandato de Francisco, que quiere ir hasta el fondo del asunto, caiga quien caiga.
Entre ellas, tal como reveló la prensa italiana,
giros de dinero, por un total de 500.000 euros, que la Secretaría de Estado le hizo a una misteriosa empresa que Marogna decía tener en Eslovenia, que supuestamente se ocupaba de misiones humanitarias.
Ese dinero, tal como reveló la semana pasada una investigación del programa televisivo Le Iene -una suerte de Caiga quien Caiga-, en vez de ser gastado en misiones humanitarias secretas en África y Asia que habrían tenido el objetivo de liberar religiosos allí secuestrados, habría servido para compras de accesorios de lujo de la señora Marogna: carteras, zapatos, joyas, sillones de marca y diseño.
Rebautizada también "la Mata Hari" del cardenal, Marogna afirma ser experta en relaciones internacionales y tener óptimos contactos con personajes de los servicios italianos.
En entrevistas concedidas la semana pasada, negó haber hecho shopping para sí misma con la plata del Vaticano sino que aseguró haber utilizado el dinero que le giró la Secretaria de Estado para viajes diplomáticos, para pagar fuentes de información y para fundaciones humanitarias.
"Es todo falso lo que se dice de mí. ¿Yo, amante del cardenal? Absurdo. Soy analista política y experta en inteligencia, trabajo en forma honesta, vivo en alquiler y mantengo a mi hija", le dijo al Corriere della Sera.
La mujer contó que conoció a Becciu en 2015 después de escribirle un mail pidiendo audiencia para plantearle problemas de seguridad de las nunciaturas y demás misiones del Vaticano. Un encuentro en el que, evidentemente, convenció al purpurado.
El programa televisivo "Le Iene", que se emitió el jueves pasado, reveló que poco después del explosivo despido de Becciu le llegó a su redacción, de manos anónimas, un sobre con documentos varios relacionados con la ambigua relación entre el cardenal y Marogna. Entre los documentos, el programa mostró los diversos giros que la Secretaría de Estado le hizo a su supuesta empresa para misiones humanitarias con dirección en Lubjana, Eslovenia.
El periodista de "Le Iene" viajó hasta ese lugar, un edificio de oficinas donde entrevistó a varias personas que dijeron que nunca habían visto a la mujer, donde no existía oficina alguna de la empresa en cuestión, sino tan solo una casilla de correo, compartida con otras empresas. El programa mostró incluso la filial de banco eslovena que recibía los giros desde el Vaticano, así como las facturas de las compras de carteras, accesorios y hasta sillones de marca de lujo realizados por la señora.
Además mostró una carta de presentación, preparada sobre papel membretado de la Santa Sede, fechada 17 de noviembre de 2017 en la que Becciu declara que conoce a la señora y que le tiene máxima confianza. Una epístola que le servía a Marogna de "
laisssez passer" en diversos ámbitos.
Becciu, que fue obligado por el Papa a renunciar a su cargo de prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y a sus derechos relacionados con el cardenalato -aunque mantiene el título-, a través de su abogado la semana pasada desmintió todo en un comunicado, pero en forma muy extraña: "Los contactos con Cecilia Marogna solo tienen que ver con cuestiones institucionales". Cuestiones institucionales que llevaron, días después, al arresto de "la dama" del cardenal.
Por:
Elisabetta Piqué