La plantita de Orsigo}
El 16 de febrero de 1933, escribió a Pacelli que sería «ingenuo e incoherente» apoyar al recién elegido gobierno nazi, pero que temía que la oposición pública desembocaría en un nuevo
Kulturkampf.
3 En una carta del 7 de marzo de 1933 a Pacelli, Orsenigo estimó que entre seis y siete millones de los trece millones de católicos votantes en Alemania habían apoyado al
partido nazi. Según el político británico George Schuster, el nuncio apostólico «estaba francamente jubiloso» por la elección de
Hitler.
8 Ya en marzo de 1933, Orsenigo concluyó que el compromiso y la conciliación era la única opción y argumentaba que las anteriores condenas al
nazismo por parte de los obispos alemanes se habían referido solo a sus principios religiosos, no los políticos.
3
Después de la firma del
Reichskonkordat («Concordato Imperial») del 20 de julio de 1933, Orsenigo instó a los obispos alemanes a apoyar al régimen nazi.
9 Por ejemplo, el obispo antinazi Maximilian Kaller se quejó de que Orsenigo (quien, según Kaller, hablaba en nombre del papa) diciéndole «a patadas por detrás» que hiciera las paces con los nazis. Orsenigo castigó al obispo
Clemens August Graf von Galen, que continuaba criticando públicamente el programa de
eutanasia de los nazis mediante una carta enviada a Roma.
9
En una misiva del 8 de mayo de 1933 sobre una conversación anterior con Hitler, Orsenigo opinó que Hitler veía el cristianismo como esencial para la vida privada y el Estado alemán y que, sin la cooperación de los nazis, la iglesia alemana no podía derrotar al
liberalismo, el
socialismo y el
bolchevismo.
10 Orsenigo informó que Hitler no estaba de acuerdo con el
ala neopagana del partido nazi, como se representa la obra
El mito del siglo XX de
Alfred Rosenberg.
10
En carta del 4 de abril de 1933, Pío XI llamó al nunció apostólico a «investigar si sería posible involucrarse» y ayudar a las víctimas de la persecución nazi, pero Orsenigo respondió que cualquier intervención sería vista como «una protesta contra la ley de ese gobierno» y por lo tanto no será aconsejable.
11 De los 95 documentos de 1930 a 1938 de la nunciatura apostólica de Berlín en el
Archivo Apostólico Vaticano, solo cuatro hacen referencia a los
judíos.
12 En 1936, Orsenigo hizo arreglos para que el cardenal Faulhaber tuviera una reunión privada con Hitler, en la que discutieron el control gubernamental sobre la educación católica.
1314 En 1937 jugó un papel importante al enviar clandestinamente a los obispos la
encíclica de denuncia del nazismo de Pío XI
Mit brennender Sorge (
Con ardiente inquietud). No hubo un anuncio previo de la encíclica y su distribución se mantuvo en secreto en un intento de garantizar la lectura pública de su contenido sin obstáculos en las iglesias católicas de Alemania.
1516
Durante Pío XII (1939-1945)[editar]
Pío XII conservó a Orsenigo en la nunciatura apostólica en Alemania; sus prioridades (como dejó en claro a Orsenigo) fueron la preservación del Reichskonkordat, específicamente, y las relaciones vaticano-alemanas.1718 Según Phayer, «en Orsenigo, Pío tenía el hombre adecuado para el trabajo. [Como] fascista proalemán, pronazi y antisemita, Orsenigo no tendría problemas para adaptarse al régimen nazi en Berlín. Además, podía confiar de que Orsenigo, quien anhelaba el capelo cardenalicio, no interferiría con la bien conocida intención de Pío de hacer frente a la propia Alemania».17 Por orden de Pío XII, Orsenigo felicitó calurosa y públicamente a Hitler en su el quincuagésimo cumpleaños (20 de abril de 1939).919
El 4 de mayo de 1939, Orsenigo visitó a Hitler en
Obersalzberg; el nuncio apostólico fue trasladado a
Salzburgo y almorzó en el Grand Hotel de
Berchtesgaden antes de ser transportado a la residencia de Hitler, donde ambos hablaron en privado durante una hora antes de tomar el té con
Joachim von Ribbentrop y su asistente V. Hewel (quien también escribió un reporte de la reunión).
20 En un memorándum a Pío XII (1940), Orsenigo nuevamente argumentó a favor de la conciliación y manifestó sus temores de que la religiosidad entre los católicos alemanes desaparecería a menos que el clero apaciguara al régimen y liberara a los miembros de la iglesia en algún conflicto de conciencia.
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El 21 de junio de 1942, fue consagrador en la
catedral de Colonia para la inauguración del nuevo
arzobispo de esa sede, Josef Frings. En noviembre de 1943, se reunió de nuevo con Hitler en nombre de Pío XII.
22 Según el informe de Orsenigo:
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Tan pronto mencioné la cuestión de los judíos y el judaísmo, la serenidad de la reunión terminó de inmediato. Hitler me dio la espalda, se acercó a la ventana y comenzó a tamborilear el cristal con los dedos [...]. Proseguí, expresando nuestras quejas. De repente, Hitler se dio vuelta, se dirigió a una pequeña mesa de la que tomó un vaso con agua y lo estrelló furiosamente contra el suelo. Ante tal comportamiento diplomático, tuve que considerar que mi misión había terminado.
Tumba de Orsenigo en
Olginate.
El 8 de febrero de 1945, antes del final de la Segunda Guerra Mundial, Orsenigo se mudó a
Eichstätt, en
Baviera.
7 La nunciatura perdió su estado oficial en mayo de 1945 por la derrota del Tercer Reich, aunque el
Consejo de Control Aliado permitió a Orsenigo permanecer en Eichstätt.
7 Orsenigo murió en esa ciudad el 1 de abril de 1946, dejando a su ayudante, monseñor Carlo Colli, como el único vínculo que quedaba entre Pío XII