La Biblia de las Américas
"Porque hay un solo Dios,
y también
un solo mediador entre Dios y los hombres,
Cristo Jesús hombre."
1Tm. 2: 5.
Claro. Pero no te detengas en el versículo (5) ya que el contexto del (6) es esencial para entender en plenitud lo que quiere decir.
¿Por qué dice que hay un solo mediador entre Dios y los hombres que es Cristo Jesús? El contexto de lo que sigue nos lo responde, es porque Cristo Jesús es el único que se dio a si mismo en rescate por todos…
5 Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre,6
quien se dio a sí mismo en rescate por todos, testimonio dado a su debido tiempo.
En ese sentido, Cristo Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres. Y nadie más. Ni la virgen María, ni los apóstoles, ni el resto de la iglesia, ni nadie más, se entregó a si mismo en rescate por todos. Eso nadie lo disputa.
Pero el testimonio bíblico acerca de ese tema no termina allí. Si pasamos a los versículos 1, 2, 3 con el 8, vemos que Pablo nos muestra que también hay otra clase de intercesión, que son las rogativas, las oraciones, las peticiones y las acciones de gracias de parte de hombres para otros hombres. En ese sentido, nosotros no necesitamos ser Cristo Jesús para para dar o pedir intercesión en oración…
1 Exhorto, pues, ante todo que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad. 3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad. 5 Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre, 6 quien se dio a sí mismo en rescate por todos, testimonio dado a su debido tiempo. 7 Y para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo la verdad en Cristo, no miento) como maestro de los gentiles en fe y verdad.
8 Por consiguiente, quiero que en todo lugar los hombres oren levantando manos santas, sin ira ni discusiones.