No, mi estimado. Solo le he compartido lo que dicen las escrituras, y han sido estas las que le han puesto toda su doctrina patas arriba. Yo no tengo pretensión de hacer creer nada, solo he compartido las escrituras, pero estas, como le contradicen, no le gustan. PERO ESCRITO ESTÁ. Ni he añadido, ni he quitado nada.
Bah!! Es pura palabrería tonta, propia de payasos que con su boca quieren invalidar lo que está escrito, lo que sale de su boca es suyo, es privado, no venga con el cuento de que es palabra divina, porque tal cuento solo se lo cree usted mismo.
LO QUE SABEMOS HABLAMOS (Jua_3:11)
Ayer domingo, primer día de la semana, cuando asistí a la Cena del Señor, escuchamos este precioso himno:
1. Rechazado por todos Jesús salió,
llevando su cruz.
Y a la cumbre del Gólgota Él subió,
llevando su cruz.
Cual oveja delante del trasquilador,
en silencio estuvo por mí el Señor,
llevando su cruz.
¡Oh, qué maravilla!
¿Puede ser que Él por mí la llevó?
¡Oh, qué maravilla!
Sí, por mí la cruz llevó.
2. Aunque supo Él bien que tendría dolor
llevando su cruz.
El castigo llevó con un santo ardor,
llevando su cruz.
Pues la cruz tan pesada no se igualó
al pecado y al juicio que allí cargó,
llevando su cruz.
3. No habrían podido tomarle allí,
llevando su cruz;
más su voluntad era morir así,
llevando su cruz.
Él puso la vida, y volviola a tomar,
y el gozo propuesto pudo estimar,
llevando su cruz.
4. Toda carga se fue que tomó aquel día,
llevando su cruz,
y jamás volverá por la misma vía,
llevando su cruz.
Al verle en la gloria del porvenir
las gracias daré que salió a morir,
llevando su cruz.
DOS COSAS ME LLAMARON PODEROSAMENTE LA ATENCIÓN
Y lo digo con lágrimas en mis ojos.
1. El poeta está pensando en el peso de la cruz y el peso del pecado y el juicio que allí, en el Altar de la Cruz, el Señor llevó.
No sabemos cuánto pesa un pecado.
Pero en la estimación del Señor, El sí lo sabe.
No solamente el peso de los pecados míos. Si no también de aquellos santos del AT que estaban confinados en el Hades, con sus pecados intactos (Heb 10:4).
El peso de los pecados de la generación que lo acusó y condenó, más el peso de los pecados de las generaciones futuras, un enorme peso cayó sobre el inocente Cordero.
Pero también el poeta habla del peso del Juicio que allí cargó.
Uno puede contemplar la angustia del Señor allí en Getsemaní, se estaba muriendo (Mat 26:38) hasta el punto de sudar sangre (Luc_22:44), experimentando su contacto con el pecado nuestro y unido a esto, el hecho de ser separado y maldecido por Dios (Gál_3:13) por causa de mis pecados, de nuestros pecados.
Con qué gratitud nosotros participamos de la Cena del Señor, teniendo sobre la mesa los símbolos del Pan, que nos habla de los sufrimientos físicos y espirituales del Señor y la Copa con su contenido de vino, que nos habla de su sangre preciosa, que nos ha limpiado de todo pecado.
2. El Señor puso su vida y volviola a tomar.
Él sabía, antes de la fundación del mundo (1P.18-20), que debía encarnarse y morir, por amor al Padre, por amor a nosotros.
Aquellas palabras, expresada antes de su padecimiento, revisten un especial significado en la eternidad, leemos:
Luc_22:15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!
En su corazón de Dios, estaba indeleble aquel momento cuando de su propia voluntad contestó a la pregunta formulada en la reunión de la Deidad:
¿A quién enviaré y quien irá por nosotros?
El Señor es Aquel a quien Pedro se refiere:
1Pe_1:20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,
Y Juan el bautista lo identifica cuando lo ve acercarse hacia el:
Jua 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo:
He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Pero ahora él está a punto de ser sacrificado y lo sabe, lo hace con AMOR.
¡¡Oh Dios mío!! ¿Por qué somos tan insensibles a Cristo?
Escuchemos de nuevo sus palabras:
Luc_22:15 Y les dijo:
¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!
Él puso la vida, y volviola a tomar,
y el gozo propuesto pudo estimar,
llevando su cruz.
En ese AMOR estamos nosotros, está el amor del Padre (Jn.3:16).
Está el propósito de llevar muchos hijos a la gloria por medio de sí mismo, de sus sufrimientos, de su angustia, de su pasión, de su muerte.
SOMOS EL FRUTO DE LA AFLICCIÓN DE SU ALMA.
Isa 53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino;
más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Isa 53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
ESTO ES LO QUE NOSOTROS HACEMOS EN LA CENA DEL SEÑOR CADA PRIMER DÍA DE LA SEMANA.
Hacer memoria de sus glorias, porque El mismo que padeció aquí en la tierra, es el mismo que en esta hora está siendo adorado por miles de millones y millones de criaturas, escuchemos tal adoración individual:
Apo 5:10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
Apo 5:11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era
millones de millones,
Apo 5:12 que decían a gran voz:
El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.
Y ahora contemplamos la adoración al Padre y al Hijo a su Diestra:
Apo 5:13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir:
Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
Por tal motivo, la solemne advertencia apostólica:
1Co 11:28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.
1Co 11:29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
1Co 11:30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.
LO QUE SABEMOS HABLAMOS Y NO RECIBÍS NUESTRO TESTIMONIO.