¿Ya te quedaste sin argumentos, amigo Jorge Enrique? Por lo visto ya te diste por vencido con tu insistencia de que la ICAR enseña que la salvación sólo es por gracia por medio de la fe. Yo ya te demostré lo contrario. Por ejemplo mira lo que dice el punto 1129 de tu catecismo:@Robespengler cree que sólo con la Escritura tiene lo suficiente para salvar su alma, no necesita más
Este señor es un exponente del fanatismo religioso y condena a todo el que no crea igual que él
La Iglesia afirma que para los creyentes los sacramentos de la Nueva Alianza son necesarios para la salvación (cf Concilio de Trento: DS 1604).
Clarísimo entonces que el sistema de sacramentos (buenas obras) es indispensable para la salvación en el catolicismo romano.
Y ves que ahí mencionan el Concilio de Trento? El Concilio de Trento fue el que decretó esos cánones que dejan claro que, para la ICAR, las buenas obras son necesarias para la salvación.
Y claro que la Escritura tiene (para mí y para cualquier cristiano) todo lo suficiente para salvar mi alma. Mira lo que la misma Biblia dice:
"Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre." (Juan 20:31)
Ahora bien, la Biblia también deja claro, que después de convertimos en cristianos, es conveniente que hagamos lo siguiente:
Leer la Biblia TODOS los días para llegar a conocer mejor a Cristo:
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” (2 Timoteo 2:15)
“Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino.” (Salmo 119:105)
Hablar con Dios a través de la oración TODOS los días:
“Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.” (Mateo 21:22)
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4:6)
Bautizarse, adorar a Dios, convivir con Dios, servir a Dios y al prójimo junto a otros cristianos en una iglesia, confesión, comunidad, congregación o asamblea cristiana donde Cristo sea el centro y la Biblia la autoridad final:
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;” (Mateo 28:19)
“No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” (Hebreos 10:25)
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,” (2Timoteo 3:16)
Hablarle a otros acerca de Jesucristo:
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” (Marcos 16:15)
“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Corintios 9:16)
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” (Romanos 1:16)
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Entonces, amigo Jorge Enrique, ahora sabes lo que tienes que hacer. Ve y hazlo.
En Cristo.
Robespengler