a abstencion sexual como libre eleccion es un don de Dios:
"Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado. Pues hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos hechos por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba. Mt 19,10–12.
¿ABSTENCIÓN SEXUAL COMO LIBRE ELECCIÓN?
Tal afirmación es contraria a la enseñanza del Señor.
Quiero referirme a la tercera clase de eunucos que se hacen así mismo, Eunucos, por causa del reino de los cielos, es decir, para un servicio consagrado de tiempo completo al Señor.
Digo que es contraria a la enseñanza del Señor de formar un hogar y criar hijos para Cristo, porque se requiere del don de continencia, cuando no se ha nacido con él, como en el primer caso, leemos:
Mat 19:12 Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre,
Cuando Dios hizo al primer hombre y a la mujer, no los hizo niños, los creo ya adultos y con órganos sexuales listos para cumplir su mandamiento de multiplicarse sobre la tierra.
De manera que la sexualidad está ligada a la naturaleza de la descendencia del primer Adán, hasta nuestros días y no tiene nada de pecaminoso como hipócritamente le atribuye, siglos después, el catolicismo romano, a través de Jerónimo de Estridón, contemporáneo de Agustín, quien estaba absolutamente convencido de que Adán y Eva solo vinieron a tener relaciones sexuales, no antes de la expulsión, sino después de la caída, haciendo ver, de esta forma, que la sexualidad es el fruto del pecado y no una provisión divina.
Lo que es pecaminoso es la concupiscencia, la cual, en el plano sexual, no nos hace odiar a Dios, sino que una vez que opera en el cuerpo, nos arrastra hacia el pecado, como cuando un río desbordado, arrastra todo a su paso y no nos suelta hasta que el pecado haya sido consumado.
Lo digo por cuanto el apóstol Pablo nos aconseja:
1Co_7:5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; Y VOLVED A JUNTAROS EN UNO, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.
Y el apóstol Pedro nos advierte, en relación con la concupiscencia:
1Pe_2:11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
¿Qué significa que nos abstengamos de los deseos carnales que batallan contra el alma?
Que podemos ser atrapados por la concupiscencia.
Para mí, que el apóstol Pablo fue un hombre casado, que enviudó muy joven, por cuanto una de los requisitos del Sanedrín para sus miembros, era que fueran casados. De otro modo, no sería posible concebir la solvencia en el consejo sobre la sexualidad en el matrimonio, en el capítulo 7 de Primera de Corintios y la dependencia de Dios en quedarse soltero, pudiendo formar un hogar como lo tenía el apóstol Pedro (Mt.8:14). Leemos:
1Co 7:7 Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.
1Co 7:8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo;
1Co 7:9 PERO SI NO TIENEN DON DE CONTINENCIA, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.
El catolicismo romano, en abierta contradicción al propósito de Dios, de formar una familia como la base del Cristianismo, prohíbe casarse a todos sus Jerarcas, no importando si tienen don de continencia o no.
El mismo apóstol Pablo señala esta prohibición como una doctrina de demonios, juntamente con abstenerse de alimentos, cuando escribe:
1Ti 4:1
Predicción de la apostasía
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
1Ti 4:2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,
1Ti 4:3
PROHIBIRÁN CASARSE, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.
Queda entonces muy claro, en la mente los lectores, que la prohibición de casarse para los jerarcas del Catolicismo romano, ES UNA DOCTRINA DE DEMONIOS.