LA ESCRITURA ENSEÑA
¿Qué es un católico comprometido con su obediencia a Bergoglio; comprometido con las enseñanzas del magisterio católico?
¿Qué es?
En los tiempos de Jesús el Mesías, de acuerdo a los escritores judíos, existía un magisterio sobre jurisprudencia criminal, basado en la ley de Dios llamado el Sanedrín, compuesto por 71 rabinos, en cada ciudad de la tierra de Israel.
Podemos asumir entonces, como el Sanedrín ejercía una autoridad espiritual suprema, y como tal, decidía de modo definitivo, todos los asuntos religiosos, incluso, tenía el poder de dar muerte cuando la ley hubiese violada intencionalmente, como está escrito:
Heb_10:28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.
Esta sentencia de muerte, que ellos ejercían con entera libertad, fue condicionada cuando fueron sometidos por el Imperio Romano, leemos:
Jua_18:31 Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie;
El Sanedrín no podía ni originaba acusaciones. Sólo investigaba las que le presentaban.
En el caso de Jesús no fue así. Hipócritamente, ellos mismos, desde el comienzo del Ministerio del Señor, habían comisionado un grupo de fariseos y escribas para que siguieran al Señor y espiaran su conducta y palabras. Buscando siempre, entramparlo, para poder acusarle.
Después de esta breve mención sobre algunas actividades de una institución que ejerció una influencia decisiva sobre el futuro
de Israel, parece necesario, de modo similar, seguir el desarrollo de las tradiciones de los Ancianos, a fin de entender lo que, ¡ay!, de
modo tan efectivo se opuso a la nueva doctrina del Reino predicada por Jesús.
Las tradiciones de los Ancianos, fueron consideradas de origen divino como si fueran las Sagradas Escrituras. Y ellos mismos explicaban las Escrituras, y lo hacían con autoridad, en una época cuando no existía la Iglesia de Cristo y por lo tanto, el Espíritu Santo no había descendido a morar en Ella.
La tradición de los Ancianos extendía y añadía a la provisión de la ley, una especie de cerco o vallado, alrededor de un "huerto cerrado", que en este caso era la misma ley de Dios, de tal manera, que el mayor mérito de un rabino era su adherencia más estricta a las tradiciones que habían recibido de sus antecesores.
No podía un Sanedrín anular, o dejar a un lado, los decretos de sus predecesores.
He traído, de forma sencilla y muy breve, estas informaciones sobre la ley de Dios, el Sanedrín, y la tradición de los Ancianos, porque guarda una similitud muy estrecha con el catolicismo romano, pues luego de su establecimiento en Roma por decreto Imperial, a mitad del siglo III, sus líderes vieron en el AT las estructuras religiosas que usarían para construir este sistema religioso que ha engañado al mundo entero y que sirve para responder a la pregunta:
¿Qué es un católico comprometido con su obediencia a Bergoglio; comprometido con las enseñanzas del magisterio católico?
1. Bergoglio y sus antecesores, asumen su rol de Sumo Sacerdote o Sumo Pontífice, cuyo poder Soberano, está sobre los pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas donde se sienta la ramera (Ap.17:5).
2. Leemos que la ramera ha fornicado con los reyes de la tierra (Ap.17:2). Son Concordatos o acuerdos, entre la Santa Sede, representante del catolicismo romano, y los líderes, presidentes, o primeros ministros de los países donde el gobierno se obliga a subvencionar al catolicismo con prebendas y concesión de predios para el usufructo de su religión idolátrica.
3. El Magisterio Católico está formado por el Papa de turno y los Obispos, en materia de fe y tradiciones inventadas para esclavizar al católico en su adherencia y fidelidad al Sumo Pontífice y a la Iglesia de Roma.
Así como el Corbán era una tradición que invalidaba el mandamiento de Dios (Mr.7:9-13), de la misma manera, los Concilios inventaron tradiciones, las cuales invalidan los mandamientos de Dios, como por ejemplo lo que se aprobó en el Concilio de Trento (1545-1563)
a) Se reafirman la existencia del purgatorio y la veneración de los santos y reliquias.
La Biblia solo enseña dos lugares, el cielo y el infierno y considera abominación la idolatría.
b) Se reafirma el celibato en la jerarquía eclesiástica.
Esta doctrina de demonios (1Tim.1:1-3), en personas sin el don de continencia, ha sido un caldo de cultivo para la pederastía de los Jerarcas Católicos.
c) El valor del sacramento en general: Tasas sobre el sacramento del bautismo, tasas sobre el sacramento de la confirmación, reforma de pluralidades, exenciones y asuntos legales del clero, tasas sobre el sacramento de la penitencia y la extremaunción.
Hay que pagar por el bautismo católico y por el rito de la confirmación y otros oficios del clero.
d) Se reafirmó la creencia de la eucaristía como un sacrificio expiatorio, donde la sangre y el cuerpo de cristo son representados por el pan y el vino.
Este pecado es lo más asqueroso y ruin que el diablo haya podido instituir como práctica católica en cada misa.
Resulta que una pequeña oblea en forma circular, hecha de harina de trigo y algo de gluten, llamada hostia, por la doctrina de la transubstanciación, inventada por el magisterio romano, según ellos, contiene en esencia y naturaleza, el cuerpo entero de un hombre que ellos llaman Jesús, y se lo tragan en cada misa, y obviamente, lo excretan posteriormente.
Entonces cuando formulamos esta pregunta:
¿Qué es un católico comprometido con su obediencia a Bergoglio; comprometido con las enseñanzas del magisterio católico?
Tenemos obligatoriamente que reconocer, que un católico, por ingenuo e inocente que sea, no es salvo.
Aquí no valen argumentaciones que sirven de apoyo, para alcahuetear este estado espiritual de un católico, apelando al versículo:
Luc_6:37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
Por que lo que esta en juego es el alma del católico, atrapada en esta secta del diablo.
Y no un texto sacado fuera de su contexto natural y utilizado para que el católico siga fiel a Roma.
Ante el Sanedrín, el Señor los enfrentó y desnudo su verdadera condición espiritual (Jn.8:44).