Este es el testimonio del ex ateo Darrin Rasberry:
"EL MOTIVADOR PRINCIPAL EN MI CAMBIO DE CORAZÓN DE ODIO A CRISTO A MIEMBRO DE LA CARTA DE CRISTO A SUS DISCÍPULOS, FUERON LOS ARGUMENTOS APOLOGÉTICOS DE LA EXISTENCIA DE DIOS."
Pues, según sus propias palabras, Su Fe, apenas comienza.
No son los argumentos apologéticos de ninguna clase, pues tal método se halla en el área de la razón humana, y, por lo tanto, es palabra de hombre, sin ningún poder de dar vida eterna, solo convence, pero no transforma.
Necesariamente, al igual que Nicodemo, tiene que mirar a la Cruz.
Es allí donde se opera el nuevo nacimiento.
Jua 3:14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
Jua 3:15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.
Hay otras citas donde se nos confirma que la Palabra de Dios es el gran instrumento del que se sirve el Espíritu Santo para dar vida a las almas de los que han muerto, o se hallan como zombis, andando muertos en sus delitos y pecados, adorando lo que no es Cristo, en templos llenos de idolatría, leemos:
Stg 1:18 Él, de su voluntad, nos hizo nacer
por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
1Pe 1:23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible,
por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
Esta afirmación del Señor a Nicodemo, introduce la pregunta:
Jua 3:5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Jua 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
¿Qué es nacer del agua y del Espíritu?
En ambos pasajes ya citados (Santiago 1:18 y 1P.1:23), la Palabra es presentada como el instrumento por el cual se produce el nuevo nacimiento.
Santiago declara que somos engendrados “
por la Palabra de verdad” y Pedro manifiesta que somos “
renacidos por la Palabra de Dios”.
Es obvio, pues, que el Señor, al hablar de nacer “de agua” representa, bajo esta significativa figura, la Palabra de Dios: figura o símbolo que “un maestro de Israel” podía haber entendido con solo estudiar Ezequiel 36:25-27, leemos:
Eze 36:25
Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
Eze 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Eze 36:27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
Y en la fiesta de los Tabernáculos, en la tradición judía, existía una procesión consistente en trasladarse desde la cima del templo hasta las calles de Jerusalén a un lugar llamado el estanque de Siloé, con el Sumo Sacerdote al frente, quien llevaba un copón en su mano, mientras le seguían los levitas con instrumentos de música cantando salmos y una multitud de fieles con ellos.
Al llegar al estanque, el Sumo Sacerdote llenaba el copón con agua y regresaban hacia el templo y una vez estaba el Sumo Sacerdote en el altar de bronce, procedía efectuar el rito del derramamiento del agua, consistente en derramar el contenido del copón a los pies del Altar de bronce, una ceremonia llena de solemnidad, y silencio, por cuanto simbolizaba, para ellos, que Jehová no los había dejado morir de sed en el desierto, donde no hay agua.
Es en este solemne momento que se escucha una voz, fuerte, como un grito audible, que hizo que todos mirasen hacia atrás, leemos en la Reina Valera:
Jua 7:37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo:
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
Y esta versión israelita mesiánica, ilustra con más fuerza aclaratoria, lo que significa el agua de vida:
(Kadosh) En Hoshanah Rabbah, el último día de la Festividad, Yahshúa se puso en pie, y gritó: "¡Si alguno tiene sed,
que se mantenga viniendo a mí para beber!
La palabra de Jesús, es fuente de agua, de vida eterna.
Todos voltearon a mirar para ver quien era el que había interrumpido la solemnidad del acto, pues hasta el Sumo Sacerdote, también miro hacia atrás y lo vio:
Jua 7:38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
¿Quién iba a estar interesado en una cantimplora sin poder?
Jua 7:39 Esto dijo del
Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
En la epístola a los Efesios hay este pasaje que presenta a la Palabra bajo la figura del agua:
“Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra” (Efesios 5:25-26).
En consecuencia, los israelitas mordidos eran sanados con una simple mirada a la serpiente de bronce izada en un madero (Números 21:59).
Ahora el pecador perdido puede hallar la vida sencillamente al mirar a Jesús por la fe, primero clavado en la cruz, y luego sentado en el trono.
Esta mirada de Fe al que ha muerto en la Cruz, infalible la vida nos da, por cuanto quién debiese estar crucificado allí, era yo, era Jorge Enrique, era Darrin Rasberry, sin embargo, Cristo lo hizo por mí y pagó la sentencia que mis pecados merecían.
¿Y cómo lo hizo?
Por amor a nosotros, aún antes de conocerle, porque somos el fruto de la aflicción de su alma.
¿Cuál fue el método usado por Dios para "justificar" un impío como yo, y al mismo tiempo no afectar su perfecta Justicia? Leemos:
2Co 5:21 Al que no conoció pecado,
por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
¿Por nosotros lo hizo pecado?
Cargó sobre el inocente Cordero, todos los pecados nuestros, leemos:
Isa_53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino;
más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
¿Con qué propósito?
PARA QUE NOSOTROS FUÉSEMOS HECHOS JUSTICIA DE DIOS EN CRISTO, EN SU HIJO.
Jesús pagó por nuestros pecados a través de su muerte en la cruz, para que pudiéramos convertirnos en la justicia de Dios.
Esta justicia viene de Jesús, ofreciéndonos una manera de tener acceso a un Dios perfecto para toda la eternidad, ya que para nosotros, como descendientes de Adán caído, reos al infierno, era completamente imposible ser justificados delante de Dios, infinitamente Santo.
Nuestra propia justicia, basada en religiones, en buenas obras, la Escritura la señala como "TRAPOS DE INMUNDICIA", leemos:
Isa 64:6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y
todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
CONCLUSIÓN
Ni Darrin Rasberry, ni ningún católico romanista, son salvos, les falta mirar a la Cruz, como posteriormente lo entendió Nicodemo.
Una cosa es ser religioso, como Apolos, varón elocuente y poderoso en las Escrituras, pero no salvo, su fe no estaba cimentada en la Cruz, donde la misericordia y la Verdad se encontraron, la Justicia y la Paz se besaron.
Por tal motivo, Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios, pues solo conocía el bautismo de Juan. (Hch.18:25-26)