Creo que hay una naturaleza caída del hombre, pero creo también en un estado de gracia. No basta con leer la primera parte (v 12):
Ro 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Si no continuamos con lo que sigue (v 13):
13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.
Lo anterior significa que aunque para allá vamos todos, a una inevitable caída en el error, y hacia el pecado, al nacer no tenemos sino un estado de gracia el que es confirmado por el Juez de toda la humanidad cuando dice, tomando un niño de ejemplo que "de los tales" es Su reino y que no toca a nosotros contradecirle, ni decir que esto es falso.
La bienaventurada por todas las generaciones virgen María es, fue y sera siempre llena de gracia no por virtud de que ella fuese excepción a esta regla de la naturaleza humana, sino porque el Señor mismo es quien la llenó de gracia, y de toda virtud; del mismo modo, los niños hallaron gracia no porque escaparan de la naturaleza humana sino por la gracia que hallaron delante de Su Creador, y el ladrón en la cruz halló gracia delante de su Creador. En ninguno de los casos anteriores hubo un bautismo de por medio.
Por lo cual, somos salvos por Gracia y esto por medio de la fe, no del bautismo. Sin embargo, una vez venida la fe que es para salvación y esto por el oír la Palabra de Dios y por creer, es que somos bautizados.
Conferir al ritual del bautismo el poder de la salvación del hombre es contrario al evangelio de y para salvación del alma, en el que la salvación se recibe por fe (el oír el creer con fe) y no por obras (el ritual).