Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"
LA LETRA Y EL ESPIRITU DE LA LEY
En la epístola a los Romanos el apóstol Pablo establece varios criterios con relación a la ley:
1. Nadie puede justificarse por las obras de la ley (3:20).
2. Por la ley es el conocimiento del pecado (3:20 u.p.; 4:15; 5:13;20; 7:7-10).
3. Nuestra carne no se sujeta a la ley de Dios (8:7).
4. Una vez la ley nos señala el pecado, nos conduce a Cristo, de modo que al creer en él, recibamos su justicia (10:4).
5. Dios nos ofrece la justicia y la obediencia de Cristo como un regalo (don) (5:17-19).
6. La fe no anula la ley, antes, la establece (3:31).
7. La infracción de la ley deshonra a Dios (2:23).
En el capítulo siete de la epístola a los Romanos Pablo utiliza el ejemplo de un esposo romano de su época, que tiene por compañera una esposa infiel. Ella no puede dejarlo a él, pues la ley se lo impide. Por la ley está sujeta al marido.
Cuando el esposo romano descubría la infidelidad de su esposa, la sentenciaba a muerte. Eso precisamente es lo que hace la ley con los seres humanos: los condena a muerte por su infidelidad. El hombre en su condición natural no le es fiel a la ley (8:7). El transgresor debe morir, pues pecado es infracción a la ley (1 Juan 3:4) y la paga del pecado es muerte (6:23).
¿Cómo Dios resolvió este problema del hombre? Este será el tema de este estudio.
1.
¿Por cuánto tiempo está sujeta la mujer al marido?
Resp. "Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras este vive..." Romanos 7:2 p.p.
2.
¿Como puede ella quedar libre de la ley del marido?
Resp. "... pero si el marido muere" Rom. 7:2 u.p.
NOTA: "Cuando el marido [la ley] muere, la mujer [nosotros] queda liberada de la ley del marido, la cual define su relación legal con él, pero prohibe que se case con otro mientras viva su marido" (Comentario Bíblico Adventista, tomo 6, p g. 543). Otra alternativa es que muera ella, pero, ¿para qué? Después de morir, no tenemos más vida en nosotros.
3.
La ley es santa, justa, buena y espiritual (Rom. 7:12,14). El problema radica en la naturaleza humana que es carnal (7:14 u.p.). ¿A quién decide Dios poner fin? ¿A la mujer o a la ley?
Resp. "Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo ..." Romanos 7:4.
NOTA: "La ley no puede morir porque es la voluntad perceptiva de Dios" (H. C. G. Moule Romanos, p g. 169). Pablo argumenta que la muerte termina con la obligación legal. "Por lo tanto, así como la muerte libera a la esposa de las obligaciones que le impone la ley del casamiento, o sea que pueda casarse legalmente con otro, así también la cruxificción (o muerte del cristiano con Cristo) lo libera del dominio del pecado y de la ley. Entonces puede comenzar una nueva unión espiritual con el Salvador resucitado" (Comentario Bíblico Adventista, tomo 6, p g. 543). Ahora podemos llevar fruto para Dios (7:4 u.p.), lo que en la carne no podíamos hacer antes.
4.
Estar bajo la ley es estar en la carne. ¿Qué fruto produce la carne?
Resp. "Porque mientras estábamos en la carne... llevando fruto para muerte." Romanos7:5.
NOTA: Los que están en la carne no puede agradar a Dios (Rom. 8:8), pues la carne no se sujeta a la ley de Dios (8:7). Por lo tanto, el obrar de la carne es pecado y la paga del pecado es muerte. La expresión "en la carne" describe al no regenerado, al pecador sin Cristo. Los que están en la carne no pueden obedecer a Dios, pues "Dios es espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren" (5. Juan 4:24). Esto sólo es posible luego de la justificación, cuando el hombre es declarado hijo de Dios, y como resultado inmediato al perdon y a la aceptacion al reino de Dios. El hombre es sellado con el Espíritu Santo al creer el evangelio (Efesios 1:13; Rom. 6:22; 2 Tes. 2:13). Solo así el hombre puede servir a Dios en espíritu y en verdad. Ahora la fe establece la ley (Romanos 3:31) y esta no nos condena porque estamos en Cristo. Estar bajo la ley es estar bajo maldicion, bajo condenacion, bajo muerte y es no tener con que cumplirla. Estar libres de la ley, es que esta ya no nos condena porque estamos en Cristo y el Espiritu Santo ha grabado la ley de Dios en nuestra mente y en nuestro corazon. Cuando estabamos en la carne, nuestra naturaleza se resistia a obedecer a Dios. Ahora en Cristo, al igual que el apostol Pablo, nos deleitamos en guardar la ley de Dios (Romanos 7:22). En Cristo tenemos la obediencia perfecta que necesitamos para ser justificados. Estamos completos en Cristo (Colosenses 2:10). Estamos en una posicion donde la ley no nos condena, y por la fe la establecemos, con el resto de la Palabra de Dios como una norma de fe y conducta que nos guia en el camino, puestos los ojos en Jesus, autor y consumador de la fe.
5.
Al aceptar a Jesús como salvador personal, nuestro viejo hombre muere (o sea, nuestra pasada manera de vivir) según Efesios 4:22. El nuevo hombre o nueva criatura pertenece a Cristo (2 Cor. 5:15; 1 Cor. 6:20). Ya no estamos bajo la ley (bajo condenación), sino que somos libres de la ley. ¿Qué significa ser libres de la ley? ¿Cómo servimos a Dios ahora?
Resp. "Pero ahora estamos libres de la ley de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del espiritu y no bajo el régimen viejo de la letra." Rom. 7:6. NOTA: La ley era opresiva debido a la pasada manera de vivir que poseíamos. La vieja naturaleza trata de alcanzar la salvación por las obras de la ley. Su obediencia es legalista y meritoria, como si pudiera con ella comprar el cielo. Tal era la condición de los fariseos en el tiempo de Cristo. Cuando aceptamos a Cristo, nacemos de nuevo, somos regenerados, o sea, nos hacemos partícipes de una nueva naturaleza; somos hechos participantes de la naturaleza divina (2 Pedro 1:4). Ahora somos criaturas nacidas del Espíritu (Juan 3:6). Esto no es un cambio o transplante de naturaleza, donde se elimina la vieja naturaleza. "El cristiano tiene dos naturalezas: la carnal, con la cual nació, y la espiritual que recibe en el momento de la regeneración" (Atilio Rene Dupertuis, En paz con Dios, p g. 122). De allí en adelante servimos a Dios, no para ganar algo, sino con un espíritu de libertad, agradecimiento y amor, sabiendo que él nos salvó a nosotros. Obedecemos porque le amamos, no para ganar el cielo. Por tal razon Cristo dijo: "Si me amais, guardad mis mandamientos" (S. Juan 1415). El que dice que le conoce y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no esta en el (1 Juan 2: 3, 4)
6.
La persona legalista, al igual que los fariseos en los tiempos de Jesús, ponen mucho énfasis en la rigurosa observancia de la letra de la ley con el objetivo de alcanzar la salvación. Convierten las obras externas de la letra de la ley en el fundamento de su salvación. Otros, ponen énfasis solo en el espíritu de la ley y denigran la letra. ¿Cómo Jesús armonizó la letra y el espíritu de la ley?
Resp. a. "Oistéis que fue dicho a los antiguos: No mataras. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje con su hermano será reo de juicio y cualquiera que le diga necio a su hermano ... será reo del fuego del infierno (griego original: GEHENA: Crematorio en las afueras de Jerusalem que Jesús usó como tipo del fuego del dia del juicio final). San Mateo 5:21,22.
b. "Oistéis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira una mujer para codiciarla, ya adultero con ella en su corazón". Mateo 5:27,28.
NOTA: "Cristo demostró que sus demandas iban mucho más allá de la mera letra de la ley, y que incluían el espíritu que habría de impartir vida y significado a lo que de otro modo no era sino forma. Presentó seis ejemplos específicos a fin de dejar en claro la distinción entre los hechos visibles y los móviles que llevan a realizar esas acciones... Cristo destacó cuán abarcantes son en verdad los requerimientos de la ley e hizo resaltar que la mera conformidad exterior con la ley de nada sirve (Comentario Bíblico Adventista, tomo 5, p g. 325). Los judíos ponían mucho énfasis en la observancia externa de la letra de la ley y dejaron a un lado "lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe" (Mateo 23:23). A los tales Jesús les dijo: "...Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello" (Mateo 23:23). La letra y el espíritu de la ley no se pueden separar, pues nos llevaria a uno de dos extremos:
a. fariseísmo (legalismo)
b. antinomianismo (contrarios a la ley)
El nuevo testamento no condena la letra de la ley, pues la ley es buena si se usa legítimamente (1 Tim. 1:8), pero condena su mal uso. Los judíos convirtieron la administración de la ley en un ministerio de muerte y condenación (2 Corintios 3: 7). Asi se le llama a la administracion de la ley por parte de los lideres religiosos de Israel en los tiempos del Antiguo Pacto. Convirtieron la ministracion de la ley, en un ministerio de muerte y de condenacion, ya que hicieron de la ley un camino de salvacion. Nunca fue el plan de Dios que la ley fuera un camino de salvacion. El fin (objetivo, proposito) de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree (Romanos 10:4). La ley debe conducirnos a Cristo, una vez nos hace concientes de nuestro s pecados. En ningun otro hay salvacion, solo en Cristo.
7.
Pablo dice en 2 Cor. 3:3 que el Espíritu del Dios vivo ha escrito una carta sobre las tablas de carne de nuestro corazón. Esto, en el contexto del nuevo pacto (3:6). ¿Qué es lo que realmente el Espíritu Santo escribe en los corazones de los justificados?
Resp. "...Pondré mis leyes en su corazones, y en sus mentes las escribire." Hebreos 10:15,16 (ver Heb. 8:10)
NOTA: Calvino escribió: "En vano Dios proclama su ley por medio de los hombres, a menos que la escriba por su Espíritu en nuestros corazones, es decir, a menos que nos moldee y prepare para la obediencia... lo enunciado es muy claro, un nuevo pacto se establecería, y de acuerdo con él, Dios grabaría sus leyes en nuestros corazones, porque en otra forma sería en vano y no tendría efecto... es la obra del Espíritu de Dios iluminar nuestras mentes para que así sepamos cuál es su voluntad y para que inclinemos nuestros corazones a la obediencia "(Epistola a los Hebreos, págs. 168, 170). Servir bajo el régimen nuevo del Espíritu Santo significa: permitir que el Espíritu Santo dirija nuestra vida usando como instrumento las leyes de Dios y no las de los hombres. Obediencia no es legalismo siempre y cuando esta sea un fruto del Espíritu. La vida en el Espíritu no excluye la observancia de la letra de la ley, sino que también la mantiene unida al espíritu de la ley.
8.
¿En qué dos grandes principios espirituales se divide la ley de los diez mandamientos?
Resp. Amor a Dios. Deuteronomio 6:5. Amor al projimo. Levítico 19:18.
Ver además 5. Mateo 22:35-40.
NOTA: Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento la letra y el espíritu de la ley están en armonía. El objetivo de estos dos grandes principios es fomentar una buena relación con Dios (los primeros cuatro mandamientos del decálogo - Exodo 20:3-11) y una buena relación con el prójimo. (Exodo 20:12-17). Por eso Juan afirma que si alguien dice que ama a Dios y aborrece a su hermano, es mentiroso (1 Juan 4:20). El hombre regenerado practica ambos principios y mantene una sana armonía entre la letra y el espíritu de la ley.
9.
¿Abrogó Cristo la letra de la ley?
Resp. "No penséis que he vendio para abrogar la ley o los profetas no he venido para abrogar, sino para cumplir". 5. Mateo 5:17.
NOTA: "A los que se imaginan que Jesús vino como revolucionario a quitar las molestas barreras de la ley y suprimir toda regla y disciplina, el declara que, por lo contrario, vino a cumplir la ley, es decir, primero: a hacer más perfecta la misma ley poniendo en luz todas sus exigencias, toda la grandeza infinita de ella y su belleza divina; segundo: a someterse él mismo a ella plena y fielmente; tercero: a capacitar a cada cristiano para cumplirla a su vez en el mismo espíritu filiar; cf. Jer. 31:33; Sal. 119 1,4; Rom. 10:4" (Los Tesoros del Nuevo Testamento. Editorial La Aurora, p g. 24.
Cumplir la ley en este versículo significa: "darle su verdadero significado" (Biblia Dios Habla Hoy), "darle su forma definitiva" (Biblia Católica Latinoaméricana), "A perfeccionarla" (Biblia Católica Evaristo Martín Nieto). Los líderes religiosos del tiempo de Cristo tenían un concepto muy equivocado en cuanto a la función de la ley de Dios. Habían quitado su vista de la Escritura y la habían puesto en las tradiciones de los rabinos, que eran contrarias a los principios de la ley de Dios (Mateo 1 5:6-9). Habían hecho de la letra de la ley una carga. Es en ese entonces que Jesús muestra la verdadera posición de la ley en el plan de Dios, al revelar sus grandes principios y al quitar las cargas que esos religiosos habían puesto sobre ella.
El cumplimiento de la ley debe ser un fruto del amor que el Espíritu pone en nosotros. Ese amor te capacita para darle a Dios el servicio que él espera de ti. Tu obra es la obra del Espíritu Santo. Tu obras porque amas a Dios, y aun ese amor es obra del Espíritu. ¿Cúmo se manifiesta ese amor hacia Dios y hacia el prójimo? Eso te lo muestra la letra de la ley. ¿Ves que no se pueden separar?