Re: El adventismo y su falsa "ley dominical"
el nuevo pacto:...........mmmmmmmmmm veamos cuál es el nuevo pacto:
Heb 8:8 Porque reprendiéndolos dice:
He aquí vienen días, dice el Señor,
En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;
Heb 8:9 No como el pacto que hice con sus padres
El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto;
Porque ellos no permanecieron en mi pacto,
Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
Heb 8:10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo;
Heb 8:11 Y ninguno enseñará a su prójimo,
Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;
Porque todos me conocerán,
Desde el menor hasta el mayor de ellos.
Heb 8:12 Porque seré propicio a sus injusticias,
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
Heb 10:16 Este es el pacto que haré con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré,
Heb 10:17 añade:
Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
Heb 10:18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
Heb 10:19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,
A LA LUZ DE LA BIBLIA HAS SIDO CONTESTADO.
Estimado hermano y amigo en Cristo Jesus:
Sin duda alguna en Nuevo Pacto que hizo Dios, se hizo realidad cuando el tiempo fue cumplido y el hijo de Dios vino en carne, pero analicemos un poquito los versiculos de hebreos del capitulo 8 y 10 que estas considerando para tu respuesta:
Capitulo 8
8.
Reprendiéndoles.
La debilidad del nuevo pacto no radicaba en el pacto, ni la falta estaba en Dios. El defectuoso era el pueblo (ver com. Heb. 8: 7; cf. Rom. 9: 30 a 10: 3; Heb. 3: 18 a 4: 2).
Vienen días.
Los vers. 8-12 son una cita de Jer. 31: 31-34 que concuerda más con la LXX que con el texto hebreo, aunque las diferencias son leves. Compárese con el comentario de estos versículos en jeremías. Estas palabras constituyeron originalmente una predicción de lo que Dios estaba dispuesto a hacer por Israel y Judá si aprendían las lecciones del cautiverio en el cual estaban por entrar, y se volvían realmente a él. A partir del Sinaí, Dios siempre trató de conducir al pueblo a una experiencia espiritual más elevada, como la que se presenta en el nuevo pacto; pero los israelitas, dominados por su rebeldía, se resistieron a progresar más allá de sus estrechos conceptos de lo que constituía la verdadera religión. Se aferraban a la creencia de que la salvación podía alcanzarse por medio del estricto cumplimiento de una ley, especialmente de las leyes referentes a los ritos y las ofrendas ceremoniales.
La ocasión era propicia; quizá aprenderían mediante la rigurosa disciplina del cautiverio aquello que se habían negado a aceptar en su propio país. Pero ni siquiera el cautiverio produjo en ellos un verdadero reavivamiento. La gran mayoría de los repatriados continuaron esclavizados a su interpretación del antiguo pacto.
La experiencia espiritual característica del nuevo pacto era posible en los días del AT, y se hubiera cristalizado si el pueblo hubiese cumplido con las condiciones; pero los judíos, en conjunto, la rechazaron. Aunque la enseñanza de Cristo y los apóstoles hicieron doblemente clara la "buena nueva [o Evangelio]" que los judíos podrían haber aceptado antes (Heb. 4: 2), les resultó difícil renunciar al antiguo sistema de formas y ceremonias. El libro de Hebreos tenía el propósito de ayudarles a hacer esa transición.
El autor de Hebreos recurre a la profecía para apoyar su tesis del supremo sacerdocio de Cristo y de la introducción de un nuevo orden. Jeremías había predicho un nuevo orden; ahora había llegado.
Con la casa de Israel.
Aquí se menciona el nuevo pacto como si hubiera sido hecho con la casa de Israel y con la casa de Judá, pues fue ofrecido primero a esas dos casas (Jer. 31: 31-34). Pero cuando los judíos menospreciaron sus privilegios religiosos, "el reino de Dios" les fue quitado (ver com. Mat. 21: 33-43). La iglesia cristiana es ahora la heredera de los privilegios y las responsabilidades espirituales que una vez pertenecieron al Israel literal (ver t. IV, pp. 37-38).
Nuevo.
Nuevo con respecto al "primero" (vers. 7). Con la venida de Cristo se cumplieron los símbolos de la ley ceremonial, con lo que se dio fin al sistema levítico (ver com. Efe. 2: 15). El derramamiento de la sangre de Cristo ratificó el pacto hecho mucho antes 461 con Adán y confirmado con Abrahán (ver com. Eze. 16: 60).
Pacto.
Gr. diathLk" (ver com. cap. 7: 22).
9.
No como.
En cuanto al antiguo pacto, ver com. Eze. 16: 60.
No permanecieron.
Este es un rápido resumen de la historia de los israelitas como se registra en el AT. "Ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios.... hasta que... no hubo ya remedio" (2 Crón. 36: 16), y Dios los desechó.
10.
Pondré mis leyes.
En el monte Sinaí el Señor escribió sus leyes en tablas de piedra (Deut. 4: 13) y en un libro (cap. 31: 24, 26). Dios tenía el propósito de que esas leyes también estuvieran escritas en los corazones del pueblo; pero los israelitas se contentaron con considerar esos estatutos sencillamente como un código externo y su observancia como un asunto de cumplimiento también externo. Dios no tenía el propósito de que sus leyes fueran consideradas así. Ofreció a su pueblo que disfrutara de la experiencia de tener un corazón nuevo (ver com. Eze. 36: 26); pero los israelitas se contentaron con una religión de formas y apariencias.
Ahora, bajo los términos del nuevo pacto, se transforman los corazones y las mentes de las personas (ver com. Rom. 12: 2; 2 Cor. 5: 17). Los hombres proceden correctamente no por su propia fuerza sino porque Cristo mora en el corazón y manifiesta su vida en el creyente (ver com. Gál. 2: 20). Son nacidos del Espíritu y producen los frutos del Espíritu (Gál. 5: 22-23). El poder divino es lo único que puede efectuar el cambio. Sólo Dios puede "poner" su ley en el corazón de sus seguidores, pero, por supuesto, no sin el consentimiento del hombre y de su cooperación (Apoc. 22: 17; cf. DMJ 120).
Seré a ellos por Dios.
Este es el propósito de todos los pactos divinos (cf. Exo. 6: 7). Dios desea ocupar su lugar debido, y la gente anhelará reconocerlo como a su Dios.
11.
Ninguno enseñará.
No habría necesidad de admoniciones y consejos continuos pues los seres humanos disfrutarían de una experiencia religiosa personal. Los cristianos podrían ahora allegarse directamente a Dios sin el sacerdocio levítico como intermediario. Serían "guiados por el Espíritu de Dios" (Rom. 8: 14), habrían "aprendido de Dios" (1 Tes. 4: 9) y tendrían "la unción del santo" que les haría conocer "todas las cosas" (1 Juan 2: 20). Desde hace muchos siglos los cristianos han tenido todo el canon de las Escrituras para que aprendan acerca de Dios; pero esto no suple la necesidad de instructores espirituales. Dios ha dado a la iglesia como dones "pastores" y "maestros" (Efe. 4: 11).
Todos me conocerán.
Es decir, todos los cristianos tendrán un conocimiento personal de Dios, no importa cuál sea su edad, condición social o capacidad mental.
Ahora el capitulo 10
16.
Este es el pacto.
Ver com. cap. 8: 10. La redacción es diferente a la del cap . 8: 10. El autor quizá cita de memoria el pasaje, o sencillamente puede haber elegido los puntos más resaltantes de la profecía de Jeremías, que son suficientes para el propósito que 477 ahora está persiguiendo,
17.
Nunca más me acordaré.
Ver com. cap. 8: 12. Los pecados podían ser olvidados ahora, pues se había ofrecido el supremo sacrificio expiatorio, lo cual no había sucedido bajo el antiguo pacto (ver com. cap. 10: 2).
18.
Remisión.
Gr. áfesis (ver com. cap. 9: 22).
No hay más ofrenda.
Ver com. vers. 1-2.
19.
Así que... teniendo. Aquí comienza una nueva sección. El autor resume brevemente sus conclusiones, a saber: que por medio de Jesucristo tenemos acceso directo a Dios, y deduce lecciones prácticas para los cristianos de origen judío. Esta sección práctica continúa hasta el fin de la epístola.
Hermanos.
Ver com. cap. 3: l. Esta es la segunda vez que aparece esta manera familiar de hablar (ver cap. 3:12).
Libertad.
Gr. parresía, "franqueza", "claridad para hablar", "valor", "confianza", "osadía", "intrepidez".
Para entrar.
Bajo el antiguo pacto esto era privilegio exclusivo del sumo sacerdote, y sólo una vez al año (cap. 9: 7, 25). Ahora cada creyente tiene libre acceso.
El Lugar Santísimo.
Aquí se emplea nuevamente la frase ta hágia, "los lugares santos", nominación que se aplica al santuario celestial (ver Nota Adicional del cap. 8).
Por la sangre de Jesucristo.
No como el sumo sacerdote terrenal, con la sangre de animales que no podía quitar los pecados (vers. 4), sino por la sangre del sacrificio eficaz de Cristo, hecho "una vez para siempre".
Sin lugar a dudas esto nos da una idea mas clara acerca de lo que fue el Pacto del AT y el nuevo Pacto para hoy y hasta el cierre de la Gracia de Dios.
Concluimos pues, que las notas aclaratorias que has observado no tienen nada que ver con el diezmo, mismo que debera ser observado como reconocimiento que Dios es el dueño de todo, porque el dice: "Mio es la plata y el oro". Esto quiere decir que solo somos sus administradores de lo que Dios ha creado, esto nos incluye a nosotros cuando hemos aceptado por Fe, que Dios en un principio creo los cielos y la tierra y todo lo que hay en ella y le dio la autoridad ha Adan para que gobernara sobre todas y cada unas de las cosas y animales que existen en la tierra. Por tanto habremos de considerar que Dios no necesita dinero, sino el hecho que devolvamos los diezmos a Dios representa que reconocemos que el es el dueño de todo. Pero veamos que dice la biblia acerca del diezmo:
Libro de Deuteronomio
14:22 Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año.
14:23 Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los día;
4:29 Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren.
En levitico:
27:32 Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová.
Ahora bien, veamos que se dice en el NT, acerca del diezmo:
Pablo en 1 Corintios 9, dice acerca de los que viven del evangelio:
9:1 ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?
9:2 Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.
9:3 Contra los que me acusan, esta es mi defensa:
9:4 ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber?
9:5 ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?
9:6 ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar?
9:7 ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño?
9:8 ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley?
9:9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes,
9:10 o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto.
9:11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?
9:12 Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.
9:13 ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan?
9:14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
Analicemos unicamente el versiculo 14, donde Pablo dice que el Señor Jesucristo ordeno que los que anuncian el evangelio vivan de este:
14.
Ordenó.
Gr. diatássÇ, "disponer", "indicar", "dar órdenes". Dios ha ordenado, en general, que sus ministros sean aliviados de la doble responsabilidad de predicar el Evangelio y de ganar su sustento material. Jesús envió a sus discípulos a los pueblos y las aldeas de Palestina, y les dijo que no se preocuparan por sus necesidades físicas, porque de eso se encargarían aquellos por quienes ellos iban a trabajar (Mat. 10: 9-10; Luc. 10: 7). Dios informó a los israelitas que una décima parte de todas sus posesiones era de él, y que el deber de ellos era entregar un fiel diezmo a los sacerdotes del templo (Lev. 27: 30, 32; Núm. 18: 21; Mal. 3: 10-11; Heb. 7: 5). Jesús sancionó este plan cuando estuvo en la tierra (Mat. 23: 23). Así se ha establecido claramente el modelo del método divinamente ordenado que debe seguir la iglesia cristiana para el sustento material del ministerio. El Israel de la antigüedad se apartó de las claras instrucciones de Dios en este asunto, y recibió una maldición (Mal. 3: 8-9). El no devolver a Dios lo que es suyo expone al cristiano a la misma maldición que fue pronunciada sobre Israel, mientras que el cumplimiento fiel y con buena voluntad de este mandamiento justo y equitativo, hace que el creyente pueda reclamar el cumplimiento de la maravillosa promesa dada para el que obedientemente devuelve el diezmo (Mal. 3: 10-12). El hombre es por naturaleza extremadamente egoísta. Sigue el ejemplo del gran adversario de la verdad, quien perdió su elevada posición en el cielo por cultivar el deseo del ensalzamiento propio (ver Isa. 14: 12-15; Jer. 17: 9).
Entregar el diezmo y dar ofrendas es una reprensión continua del egoísmo humano; además, ayuda al dador a poner su confianza en Dios y no en las cosas materiales (ver Mat. 6: 19-21). De ese modo resulta evidente que la entrega del diezmo y la generosa dádiva de ofrendas para el sostén del ministerio y el progreso de la obra de Dios en toda la tierra, proporciona bendiciones al que da y al que recibe. Se refrena el egoísmo, y se fomenta y mantiene el interés en la obra de la iglesia. Al mismo tiempo, los que se han entregado a la obra del ministerio están debidamente atendidos, libres de la carga y preocupación de tratar de atender los asuntos seculares y también las cosas espirituales.
Vivan.
Si todos los miembros de iglesia son fieles en la entrega de los diezmos y de las ofrendas, habrá abundantes recursos para llevar adelante la obra del Evangelio. Se pueden emplear más obreros y se apresura la venida del Señor. Los ministros tienen el deber de educar en este asunto de orden económico a los miembros de iglesia, para que los creyentes puedan recibir las bendiciones que Dios ha prometido a los que cumplen con el plan divino contenido en esta ordenanza, y también para hacer progresar la proclamación del Evangelio en todo el mundo (ver 2 Cor. 8: 4-8, 11-12; 9: 6-12; HAp 277).
Por ultimo espero hermano haber ayudado en algo a la controversia que tenias con otro hermano en relacion al diezmo.
Saludos en Cristo Jesus, desde Tlaxcala-Mexico.