Re: El adventismo y el falso "principio del día por año"
Estimado [bla, bla, bla]
Respondo: Lee lo que nunca aprendiste en esos cursillos preterista.
"Porque la ciudad era espaciosa y grande, pero poco pueblo dentro de ella, y no había casas reedificadas." Nehemías 7:4.
¿Había casas reedificadas, según Nehemías?
Despreciable payaso: Yo jamás he estado en ningún “cursillo”, aunque sí en seminarios, cursando estudios de teología de posgrado. El versículo que citas lo conozco muy bien. Tanto, que dejaré que Nehamías te deje, como no podía ser de otra manera para un sujeto de tu ralea, en ridículo:
“Entonces se levantaron el sumo sacerdote Eliasib y sus hermanos los sacerdotes y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel. 2 Junto a ella trabajaron […]. [A]simismo, junto a ellos, y
frente a su casa, Jedaías hijo de Harumaf. Junto a este trabajó Hatús hijo de Hasabnías. […] Después de él trabajó en la restauración Nehemías hijo de Azbuc, gobernador de la mitad de la región de Bet-sur, hasta delante de los sepulcros de David, el estanque labrado y
casa de los Valientes. Tras él Meremot hijo de Urías hijo de Cos restauró otro tramo, desde la entrada hasta el extremo de
la casa de Eliasib. […] Después de ellos, Benjamín y Hasub,
frente a su casa; y, después de estos, Azarías hijo de Maasías hijo de Ananías
cerca de su casa. Después de él Binúi hijo de Henadad restauró otro tramo,
desde la casa de Azarías hasta el ángulo entrante del muro, y hasta la esquina. Palal hijo de Uzai restauró el muro frente a la esquina y también la torre alta que sale de
la casa del rey, la cual está en el patio de la cárcel. Después de él siguió Pedaías hijo de Faros. […] Desde la puerta de los Caballos trabajaron en la restauración
los sacerdotes, cada uno frente a su casa. Después de ellos, trabajó en la restauración Sadoc, hijo de Imer,
frente a su casa. Después de él, Semaías, hijo de Secanías, guardián de la puerta oriental […] y después de él Malquías hijo del platero restauró hasta
la casa de los sirvientes del Templo y de los comerciantes, frente a la puerta del Juicio, y hasta
la sala de la esquina” (Nehemías 3:1, 2, 10, 16, 20, 21, 23-25, 28, 29, 31).
Permíteme que me ría de tu estupidez con mandíbula batiente. Las casas mencionadas son únicamente las más cercanas a las murallas, y estas siempre se hacían para dejar sitio a nuevas edificaciones, para dar lugar a la expansión de la ciudad.
Nehemías también menciona la “casa de Semaías” (6:10) y añade algo muy interesante: “
[D]e entre los habitantes de Jerusalén nombré guardias e indiqué que cada uno hiciera su turno frente a su propia casa” (Neh. 7:3).
Naturalmente, la mayor parte de esas casas estaban edificadas desde hacía décadas. No en vano el profeta Hageo denunció (sé que intentarás hacerte el loco, pero esto lo digo para aplastarte ante todo el foro, sin el menor miramiento):
“En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, fue dirigida esta palabra de Jehová, por medio del profeta Hageo, a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, el sumo sacerdote: 2 "Así ha hablado Jehová de los ejércitos: Este pueblo dice: "No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada"". 3 Entonces llegó esta palabra de Jehová por medio del profeta Hageo: 4 "¿Es acaso para vosotros tiempo de habitar en vuestras casas artesonadas, mientras esta Casa está en ruinas?” (Hag. 1:1-4).
Así, pues, las muchas decenas de miles de habitantes de Jerusalén vivían en casas lujosas en la ciudad de Jerusalén mucho tiempo antes de que acabaran el templo. Un placer despedazar a todo un majadero como tú, gavialito.
Ahora viene la pregunta crucial:
¿Porque prefirieron habitar en sus ciudades, y no en Jerusalén?
¿De dónde te sacas, payaso, que no habitaran en Jerusalén? Nehemías da testimonio de que sí. Esdras da testimonio de que sí. Hageo da testimonio de que sí. Zacarías da testimonio de que sí. Zorobabel da testimonio de que sí.
Los judíos preferían habitar en sus casas artesonadas y dejar la casa de Dios desamparada, ya que amaban la comodidad.
JA, JA, JA, JA, JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA. Y esa “comodidad”, bufón, la disfrutaban en sus casas, ubicadas en la ciudad de Jerusalén.
Es por eso que 9 de cada 10 judíos preferían la comodidad de sus casas artesonadas en las otras ciudades, ya que como leemos en Nehemías,
"Habitaron los jefes del pueblo en Jerusalén; mas el resto del pueblo echó suertes para traer uno de cada diez para que morase en Jerusalén, ciudad santa, y las otras nueve partes en las otras ciudades.
Y bendijo el pueblo a todos los varones que voluntariamente se ofrecieron para morar en Jerusalén." Nehemías 11:1,2.
Tu “interpretación” es la que daría un demente. Una somera información sobre la demografía de Madrid, capital de España. Madrid tiene, en cifras redondas, cuatro millones de habitantes. España tiene, en cifras redondas, cuarenta millones de habitantes. ¡No pretenderás, bufón, que toda la nación se meta en la capital! Que la capital tenga un diez por ciento era lo habitual, antes y ahora. Solo un perfecto imbécil pensaría que eso implique que la capital esté “despoblada”.
Indudablemente, tú también hubieras preferido la comodidad de las casas artesonadas construidas en las otras ciudades, ya que en Jerusalén, no había casas reedificadas.
Despreciable monigote: Yo no soy tan tonto como para tragarme tu babosada esa de las “casas artesonadas construidas en las otras ciudades”, pedazo de acémila. Hageo se dirigió a sus paisanos, incluido el gobernador Zorobabel y el sumo sacerdote, habitantes de Jerusalén, no “de otras ciudades”, farsante.
"Porque la ciudad era espaciosa y grande, pero poco pueblo dentro de ella, y no había casas reedificadas." Nehemías 7:4.
Lo malo de buscar una versión concreta de la Biblia para agarrarte a ella como a un clavo ardiendo, payaso, es que conocemos otras traducciones. Mira esta:
“La ciudad ocupaba una gran extensión, pero tenía pocos habitantes porque
no todas las casas se habían reconstruido” (NVI).
Ya ves adónde conduce inevitablemente tu cretinismo, gavialito.
Sí. Indudablemente, doy gracias a Dios por sus bendiciones de discernimiento para aniquilar las infamias de gentuza como tú. Siempre es un placer.