El Señor me dirigió la palabra:
«Hijo de hombre,
profetiza contra los pastores de Israel;
profetiza y adviérteles
que así dice el Señor omnipotente:
“¡Ay de ustedes, pastores de Israel,
que solo se cuidan a sí mismos!
¿Acaso los pastores no deben cuidar al rebaño?
Ustedes se beben la leche,
se visten con la lana,
y matan las ovejas más gordas,
pero no cuidan del rebaño.
No fortalecen a la oveja débil,
no cuidan de la enferma,
ni curan a la herida;
no van por la descarriada
ni buscan a la perdida.
Al contrario, tratan al rebaño
con crueldad y violencia.
Por eso las ovejas se han dispersado:
¡por falta de pastor!
Por eso están a merced
de las fieras salvajes.
Mis ovejas andan descarriadas
por montes y colinas,
dispersas por toda la tierra,
sin que nadie se preocupe por buscarlas.
»”Por tanto, pastores, escuchen bien
la palabra del Señor :
Tan cierto como que yo vivo
—afirma el Señor omnipotente—,
que por falta de pastor mis ovejas
han sido objeto del pillaje
y han estado a merced
de las fieras salvajes.
Mis pastores no se ocupan de mis ovejas;
cuidan de sí mismos,
pero no de mis ovejas.
Por tanto, pastores,
escuchen la palabra del Señor .
Así dice el Señor omnipotente:
Yo estoy en contra de mis pastores.
Les pediré cuentas de mi rebaño;
les quitaré la responsabilidad
de apacentar a mis ovejas,
y no se apacentarán más a sí mismos.
Arrebataré de sus fauces a mis ovejas,
para que no les sirvan de alimento.
Ezequiel 34:1-10 NVI
La palabra del SEÑOR vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y adviérteles que así dice el SEÑOR y Dios: “¡Ay de ustedes, pastores de Israel, que solo
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