Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales
a su pueblo:
«No escuchen a estos profetas
cuando ellos les profeticen,
llenándolos de esperanzas vanas.
Todo lo que dicen son puros inventos.
¡No hablan de parte del Señor !
Siguen diciendo a los que desprecian mi palabra:
“¡No se preocupen!
¡El Señor dice que ustedes tendrán paz!”.
Y a los que obstinadamente
siguen sus propios deseos,
los profetas les dicen:
“¡No les sucederá nada malo!”.
»¿Ha estado alguno de estos profetas
en la presencia del Señor
para escuchar lo que en realidad dice?
¿Acaso alguno de ellos se ha interesado
lo suficiente como para escuchar?
¡Miren! El enojo del Señor estalla
como una tormenta, como un torbellino
que se arremolina sobre la cabeza
de los perversos.
El enojo del Señor no disminuirá
hasta que termine con todo
lo que él tenía pensado.
En los días futuros,
ustedes entenderán todo esto con claridad.
»Yo no envié a estos profetas,
sin embargo, van de un lado a otro
afirmando hablar en mi nombre.
No les he dado ningún mensaje,
pero aun así siguen profetizando.
Si hubieran estado en mi presencia
y me hubieran escuchado,
habrían hablado mis palabras
y habrían hecho que mi pueblo
se apartara de sus malos caminos
y sus malas acciones.
«He oído a estos profetas decir:
“Escuchen el sueño que Dios me dio anoche”.
Y después pasan a decir mentiras en mi nombre.
Con decir estos sueños falsos,
pretenden hacer que mi pueblo me olvide,
tal como lo hicieron sus antepasados,
al rendir culto a los ídolos de Baal.
»Que estos falsos profetas cuenten sus sueños,
pero que mis verdaderos mensajeros
proclamen todas mis palabras con fidelidad.
¡Hay diferencia entre la paja y el grano!
¿No quema mi palabra como el fuego?
—dice el Señor —.
¿No es como un martillo poderoso
que hace pedazos una roca?
»Por lo tanto —dice el Señor —,
estoy en contra de estos profetas
que se roban mensajes el uno al otro
y alegan que provienen de mí.
Estoy en contra de estos profetas
que con mucha labia dicen:
“¡Esta profecía es del Señor !”.
Yo estoy contra estos falsos profetas.
Sus sueños imaginarios
son mentiras descaradas
que llevan a mi pueblo a pecar.
Yo no los envié ni los nombré,
y no tienen ningún mensaje para mi pueblo.
¡Yo, el Señor , he hablado!
»Supongamos que alguien del pueblo
o uno de los profetas o sacerdotes te pregunta:
“Y ahora, ¿qué profecía te ha encargado el Señor ?”.
Debes responder:
“¡Ustedes son la carga!
¡El Señor dice que los abandonará!”.
»Si algún profeta, sacerdote o alguien más dice:
“Tengo una profecía del Señor ”,
castigaré a tal persona junto con toda su familia.
Ustedes deberán preguntarse el uno al otro:
“¿Cuál es la respuesta del Señor ?” o
“¿Qué dice el Señor ?”.
Ya dejen de usar esta frase:
“Una profecía del Señor ”.
La gente la usa para darle importancia
a sus propias ideas,
tergiversando las palabras de nuestro Dios,
el Dios viviente,
el Señor de los Ejércitos Celestiales.
»Esto deberás decir a los profetas:
“¿Cuál es la respuesta del Señor ?” o
“¿Qué dice el Señor ?”.
Pero supongamos que responden:
“¡Esta es una profecía del Señor !”.
Entonces deberás decir:
“Esto dice el Señor :
‘Debido a que han usado la frase
“una profecía del Señor ”,
aun cuando les advertí que no la usaran,
me olvidaré de ustedes por completo.
Los expulsaré de mi presencia,
junto con esta ciudad que les di a ustedes
y a sus antepasados.
Los haré objeto de burla
y su nombre será infame
a lo largo de los siglos’”».
Jeremías 23:16-22, 25, 27-40 NTV
Esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales a su pueblo: «No escuchen a estos profetas cuando ellos les profeticen, llenándolos de esperanzas vanas. Todo lo que dicen son puros inventos. ¡No habl
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