Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor,
¿no profetizamos en tu nombre,
y en tu nombre echamos fuera demonios,
y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Y entonces les declararé:
Nunca os conocí; apartaos de mí,
hacedores de maldad.
S. Mateo 7:22-23 RVR1960
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apa
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Pero hubo también
falsos profetas entre el pueblo,
como habrá entre vosotros falsos maestros,
que introducirán encubiertamente
herejías destructoras,
y aun negarán al Señor que los rescató,
atrayendo sobre sí mismos
destrucción repentina.
Y muchos seguirán sus disoluciones,
por causa de los cuales
el camino de la verdad será blasfemado,
y por avaricia harán mercadería
de vosotros con palabras fingidas.
Sobre los tales ya de largo tiempo
la condenación no se tarda,
y su perdición no se duerme.
y mayormente a aquellos que,
siguiendo la carne,
andan en concupiscencia e inmundicia,
y desprecian el señorío.
Atrevidos y contumaces,
no temen decir mal
de las potestades superiores,
mientras que los ángeles,
que son mayores en fuerza y en potencia,
no pronuncian juicio de maldición
contra ellas delante del Señor.
Pero estos, hablando mal
de cosas que no entienden,
como animales irracionales,
nacidos para presa y destrucción,
perecerán en su propia perdición,
recibiendo el galardón de su injusticia,
ya que tienen por delicia
el gozar de deleites cada día.
Estos son inmundicias y manchas,
quienes aun mientras comen con vosotros,
se recrean en sus errores.
Tienen los ojos llenos de adulterio,
no se sacian de pecar,
seducen a las almas inconstantes,
tienen el corazón habituado a la codicia,
y son hijos de maldición.
Estos son fuentes sin agua,
y nubes empujadas por la tormenta;
para los cuales la más densa
oscuridad está reservada para siempre.
Pues hablando palabras infladas y vanas,
seducen con concupiscencias de la carne
y disoluciones a los que verdaderamente
habían huido de los que viven en error.
Les prometen libertad,
y son ellos mismos esclavos de corrupción.
Porque el que es vencido por alguno
es hecho esclavo del que lo venció.
Ciertamente, si habiéndose ellos escapado
de las contaminaciones del mundo,
por el conocimiento
del Señor y Salvador Jesucristo,
enredándose otra vez en ellas son vencidos,
su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido
el camino de la justicia,
que después de haberlo conocido,
volverse atrás del santo mandamiento
que les fue dado.
Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio:
El perro vuelve a su vómito,
y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.
2 Pedro 2:1-3, 10-14, 17-22 RVR1960
Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo
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