En el próximo mensaje, si Cristo aún no ha venido por sus redimidos, veremos el simbolismo de la Copa con su contenido de vino, conforme a las Escrituras.
DANDO GRACIAS POR LA COPA CON SU CONTENIDO DE VINO
Luego de finalizado el partimiento del Pan, se canta otro Himno y hay libertad para que otro hermano que no ha participado en la adoración, se levante y de Gracias por la Copa con su contenido de vino.
Una adoración sencilla podría ser:
"Hemos participado del Pan, Padre Amado, hemos contemplado los sufrimientos del Señor, ahora queremos meditar en la Copa con su contenido de vino, antes de pasarla de mano en mano.
Y le vemos allí en Getsemaní, en agonía extrema.
"Mi alma está muy triste, hasta la muerte"
Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
El Señor, en su Humana condición, está ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lagrimas, diciendo:
"Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú."
¿Cuánto pesa un pecado?
Jamás en su vida había tenido contacto con el pecado, y ahora se aproximaba la hora dónde el peso de los pecados de la Humanidad iban ser puesto sobre sí mismo.
No hubo respuesta a su clamor, el cielo permaneció cerrado como de bronce.
En otras ocasiones se había abierto para dar testimonio de la felicidad del Padre:
"Este es mi Hijo Amado en quién tengo toda complacencia"
Ahora permanece cerrado, en un solemne silencio.
Aquella Copa de Amargura que nos correspondía beberla a nosotros el Señor debía apurarla hasta la última gota.
La hora de las tinieblas había llegado, Judas ya ha recibido el salario de su iniquidad y viene al frente de un grupo de hombres armados, lo buscaron primero en la casa de Juan Marcos, y no lo hallaron.
Ahora vienen a buscarlo donde Judas sabe que lo pueden hallar.
Pero el Señor está atento y les dice:
"Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega."
Todos sus discípulos huyeron, incluyendo aquel que llegó antes que el grupo con la intención de avisarle al Señor que venían por él.
"Mas él, dejando la sábana, huyó desnudo."
Y ahí va el Señor, se están llevando a mi Señor vendido y traicionado.
Le vemos despreciado por todos llevando su Cruz rumbo al Calvario.
El peso de la Cruz no se igualó con el peso del pecado que allí llevó.
El Señor ha sido izado entre el cielo y la tierra, su sangre ha sido derramada como el precio pagado por nuestra Redención, porque la vida de la carne en la sangre está y Dios nos la ha dado para hacer expiación sobre el altar por nuestras almas, no había otro camino, era necesario apurar hasta la última gota de esta copa de angustia existencial, donde Dios lo abandonó.
Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Oh Dios Santo, muy puro eres ojos para contemplar el pecado.
Y el cielo respondió con un manto de tinieblas por tres horas, Jesús había sido hecho pecado, había recibido la maldición de Dios que nos correspondía llevarla a nosotros, porque maldito por Dios es el colgado.
El mundo contempla un hombre agonizante y digno de lástima allí en el altar de la Cruz, pero otra, bien distinta, es la estimación que Dios tiene de la muerte de su Hijo.
Allí venció al emperador de la muerte, esto es el diablo.
Le quitó el poder al pecado, la ley.
Venció la muerte, "ella" tuvo que retirar sus frías garras del cuerpo del Señor, y el Señor resucitó al tercer día para la gloria del Padre y gozo nuestro.
El ahora está a la Diestra de su Padre en el mismo Trono, y contempla satisfecho el fruto de la aflicción de su alma, el cual somos nosotros, los que creemos.
Recibe Oh Padre la adoración que te tributamos en el Nombre precioso de tu amado Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, Amén"
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Los católicos no saben el gozo que se están perdiendo de pertenecer a la Iglesia de Cristo, fundada en el día de Pentecostés, la de Jerusalén, hasta nuestros días.
Porque fiel es el que prometió:
Mat 18:20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Que el Señor prospere su Palabra.