Re: ¿Cuantas virgenes (imagenes) católicas existen en la actualidad?
Estos tienen un buen montón de
madres Santísimas.... :-D
Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas
Pero aunque el momento sea crítico por no dejarnos bajar a las auténticas Madres Santísimas, no se acabará nuestra fe, nuestro amor por la Madre Santísima ...
Don Gustavo, devoto de las Vírgenes de Copoya
La disputa por las imágenes
Como vienen haciendo desde hace mucho tiempo, a principios de 2004 los habitantes de Tuxtla Gutiérrez --capital del estado de Chiapas-- y zona conurbada, se organizaron para celebrar a las Vírgenes de Copoya. (1)
La fiesta se celebra dos veces al año: del 30 de enero a, poco más o menos, final del mes de marzo; y del 14 al 23 de octubre. En estas dos ocasiones tres imágenes son llevadas a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez. Las "Copoyitas" son símbolos que poseen gran veneración, no sólo entre la gente que se identifica como de "el Costumbre", sino de muchos devotos que no participan de las actividades religiosas que realizan la Mayordomía del Rosario y la Junta de Festejos de Copoya: aun así se sienten muy unidos a ellas.
Lo anterior puede verse en las Bajadas y Subidas, (2) dos momentos rituales que convocan a un número importante de personas. De su celebración se hacen cargo la Mayordomía del Rosario y la Junta de Festejos de Copoya, además estas asociaciones también conmemoran otras celebraciones religiosas, como la Inmaculada Concepción, la Semana Santa, la Santa Cruz, el Corpus Christi, la Octava de Corpus, la Sagrada Familia de las Chabelitas y San Roque.
Las Vírgenes de Copoya son custodiadas desde hace muchos años en la iglesia del poblado rural de Copoya, ahora unido a Tuxtla Gutiérrez. El templo fue construido por la población misma, usando los terrenos del común.
La fiesta consiste en una peregrinación que durante varias semanas recorre diferentes zonas de la ciudad y termina con el regreso de las imágenes a su templo. Pero en 2004 las Vírgenes no volvieron a su casa.
Los primeros indicios de desestabilización sociorreligiosa se presentaron a finales del año 2003, a raíz de que el sacerdote de Copoya --Severo Castellanos--, ordenara a un grupo de jóvenes derribar algunos árboles que se encontraban en el patio contiguo al templo porque impedían la construcción de una casa destinada al sacerdote. Este suceso provocó el descontento de los costumbristas debido a que no se tomó en cuenta la opinión de la Junta de Festejos de Copoya ni de la Mayordomía del Rosario. En meses posteriores, el nuevo párroco de Copoya pidió junto al entonces obispo de la diócesis de Tuxtla, Chávez Botello, que la Mayordomía y la Junta cambiaran la fecha de los festejos de las Vírgenes de Copoya; petición que fue negada por los costumbristas. El 26 de marzo de 2004 los representantes de las asociaciones religiosas zoques realizaron una conferencia de prensa en donde fijaron su postura respecto a este conflicto:
[La Mayordomía y la Junta] no reconocen la autoridad de la Iglesia para la modificación de las tradiciones, [Además] la Iglesia no es nadie para decirle que es lo bueno y que es lo malo, los curas no pueden evaluar lo relativo a los festejos, porque no conocen lo que significa para sus familias el Costumbre; si quiere quitamos a las Vírgenes correrá sangre.
El día 28 de marzo de 2004, durante la procesión que se organiza para el regreso de las Vírgenes de Copoya a su templo, se presentaron los primeros roces entre grupos: prodiocesanos (3) y costumbristas. (4)
La procesión partió a las 8 de la mañana de la casa del segundo Mayordomo de la Virgen de Candelaria. (5) Este día el contingente de feligreses que transportaba las imágenes planeó hacer el recorrido por Tuxtla Gutiérrez, tomando una de las principales arterias de la ciudad, el bulevar Ángel Albino Corzo; continuaron por la Avenida Central hasta llegar a la catedral de San Marcos. Una vez aquí, las imágenes fueron colocadas frente al atrio de la Catedral durante unos minutos, posteriormente la procesión siguió su recorrido hacia Copoya. Más tarde, un par de kilómetros antes de llegar al santuario del mismo nombre, el grupo de costumbristas fue interceptado por aproximadamente 300 jóvenes de diferentes parroquias. Este grupo de prodiocesanos gritaba consignas en favor del párroco, el obispo y d papa; se identificaban porque llevaban una cinta colocada sobre la frente, tenía como signo particular una cruz al centro; otros más portaban globos de colores blanco y amarillo.
La procesión llegó hasta una cuadra antes de llegar a la parroquia, pues los costumbristas consideraron que la intención del otro grupo era que una vez que fueran depositadas las imágenes en el templo, se perdiera su resguardo; por lo que decidieron dirigirse a la casa del presidente de la Junta de Festejos --José Paredes Jiménez-- para protegerlas en este lugar. La decisión tomada por los Albaceas, Priostes, Mayordomos y Socios desató el enojo entre los prodiocesanos y se presentaron los primeros brotes de violencia sin llegar a la agresión física. Las discusiones entre los grupos no pasaron de los insultos:
Qué tienen que venir a mandar la gente de Tuxtla a Copoya, el presidente es un roba santos, que la gente de Tuxtla haga su fiesta allá en la ciudad y no aquí en Copoya, esos de la Junta quiere que se les eche bala.
Después del día 28 de marzo de 2004 las imágenes comenzaron a ser custodiadas por miembros de la Junta de Festejos y la Mayordomía en la casa del presidente de la Junta de Copoya: temían ser despojados de las Vírgenes. Hubo rumores de que un grupo de personas influido por el nuevo párroco y el obispo tenía la intención de arrebatar las imágenes y el templo a esta agrupación. (6) La duda se prolongó hasta el 27 de abril de 2004, cuando la Junta guardaba las imágenes en la casa del presidente. (7)
Durante toda la mañana de este día, los habitantes de Copoya vieron movilizarse a varios grupos de personas que llegaban al pueblo y se retiraban; otros más se iban concentrando cerca del templo. La dinámica se mantuvo hasta aproximadamente las 19:00 horas, momento en que un grupo identificado como prodiocesanos convocó a una misa, la cual se llevaría a cabo en el templo de las "Copoyitas". Terminado d servicio religioso un primer contingente de éstos se dirigió a la casa del presidente de la Junta de Festejos, algunos miembros entraron por la fuerza a la vivienda de don José Paredes, mientras que otros permanecían en el exterior de la casa para asegurarse que los costumbristas no pudieran asistir a sus compañeros. La intención era ejercer presión en contra de la Mayordomía y la Junta de Festejos para que regresaran a las tres imágenes al lugar que les correspondía, el altar principal del templo de Copoya. Al mismo tiempo, otro grupo se concentraba en el atrio del templo y en la plaza central del pueblo. (8)
Algunos prodiocesanos tenían como objetivo impedir que los costumbristas accedieran a la casa del presidente, y que entrara en el pueblo la fuerza pública. De hecho la policía llegó, pero varios prodiocesanos amenazaban con agredir al cuerpo de antimotines si intervenían, por lo que permanecieron a la entrada de la población sin poder hacer nada.
Aproximadamente a las 8:00 de la noche la agitación continuaba, los ánimos en los prodiocesanos se encontraban al máximo. Cuando llegó al lugar el Albacea de la Mayordomía del Rosario, don Paulino Jonapá, (9) fue recibido por un grupo de personas que entre jalones y forcejeos trataban de llevarlo --junto con un Ramilletero-- (10) a la plaza central. Amenazaban con desnudarlos y amarrarlos a un árbol mientras no se solucionara el problema. Incluso en caso de que la Mayordomía y la Junta de Festejos no devolvieran las imágenes al templo, este grupo amenazó con quemar a los dos retenidos.
Al ver así la situación el Albacea tomó la decisión de entregar las imágenes. Para ello pidió a una persona de su confianza que fuera a decir a los principales retenidos en la casa del presidente de la Junta de Festejos de Copoya que llevaran a las Vírgenes al Templo. Haciendo caso de la orden dada por el Albacea, alrededor de las 11:00 o 12:00 de la noche algunos Priostes y Mayordomos, mediante procesión, devolvieron las imágenes a su santuario. Al término de ésta se hizo firmar un documento a los principales costumbristas. Finalmente, el grupo de prodiocesanos liberó a los retenidos y se marcharon de la población.
Las diferencias entre la Iglesia y las asociaciones religiosas populares en Tuxtla no son un fenómeno nuevo. Se sabe que durante todo el siglo XX se han presentado conflictos entre la Iglesia y las agrupaciones "católicas populares" conformadas por laicos, principalmente zoques. Por ejemplo, el actual templo del Niño de Atocha es un recinto que en sus inicios fue ermita administrada por una Junta de Festejos. Esta asociación se encargaba de organizar las celebraciones anuales al santo; sin embargo, la Iglesia intervino en sus festejos y despojó del control de las fiestas y del templo a la organización por considerar que algunas prácticas rituales rayaban en los excesos, como los gastos en comida,...
http://www.accessmylibrary.com/coms2/summary_0286-32170858_ITM
jooo joooo joooo :-D